Las bendiciones intermedias
Por: Familia Barrios Lara
Hay oportunidades que se disfrazan de bendición: ofertas de última hora, cosas que parecen demasiado buenas para dejarlas perder… ¿Cómo diferenciar si son la meta o solo una estación en el camino?
La tierra que Di-s le prometió a Abraham está entre el río de Egipto (probablemente el Nilo) hasta el río Éufrates [Gn 15:18]. Al cabo de los años Israel tomo posesión de la tierra prometida, pero hubo 2 tribus que decidieron establecerse al oriente del Jordán: Rubén y Gad. Aunque los territorios de estas tribus no eran parte de Canaan, sí estaban dentro en los límites iniciales que Hashem le dio a los descendientes de Abraham (Figura 1), entonces ¿Por qué Moshé se molestó tanto cuando decidieron quedarse al otro lado del Rio Jordán?
El nombre de la parashá de esta semana es מַטֶּה –Matot (S. 4294) significa tribus, personas, barra, eje y rama; todas en referencia a un conjunto, una unidad. Yeshua nos enseña que un pampano (la rama de la vid) no puede dar fruto separado del tronco [Jn 15:4]. Cuando Rubén y Gad decidieron establecerse al oriente del río Jordán, iniciaron un proceso de separación de las demás tribus. De hecho, antes de volver a su tierra, después de haber ayudado a la conquista de Canaan, edificaron un altar de piedras junto al Jordán, pues temían que sus hijos olvidaran que eran parte del pueblo del Eterno [Josué 22:24-27]. Al vivir separadas del centro espiritual, Rubén y Gad se contaminaron más rápidamente y fueron las primeras tribus en ser exiliadas de la tierra de Israel. [Divré Haiamim 1,5:26].
Rubén y Gad escogieron esa tierra pensando en sus riquezas, pues era una tierra buena para el pastoreo. Según el Midrash, para Ruben y Gad lo principal eran sus posesiones, pues querían construir primero “establos para sus rebaños» y después “ciudades para sus hijos” [Nm 32:16]. Yeshúa nos enseña que donde está nuestro tesoro, también allí estará nuestro corazón [Lc 12:34]. Al escoger el tesoro terrenal, estas tribus pagaron el alto precio de estar separados catorce años de sus familias, por su compromiso de ayudar en la conquista de la tierra prometida [Josué 22:3], para poder quedarse con la tierra que habían anhelado sus ojos.
Pero es otra la razón del reclamo de Moshe: “¿Por qué desaniman el corazón de los hijos de Israel para que no pasen a la tierra que les ha dado Adonai?” [Nm 32:7]. Ruben y Gad se quedaron a mitad de camino, escogieron la bendición intermedia: la conquista de los reinos de Og-rey de Basan y Sehón-rey amorreo; era solo una estación en el camino de Israel, pero no el objetivo final de Hashem. Él quería llevarlos a la tierra pasando el Rio Jordán [Dt 11:31-32], y justo a esta generación, Di-s les había prometido que entrarían a Canaan: «…a vuestros niños, de los cuales dijisteis que se convertirían en botín de guerra, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. » [Nm 14:31]. Aunque en su momento parecía una excelente oportunidad, el Midrash dice que cuando entraron a Canaan y se dieron cuenta de la clase de tierra que era, Ruben y Gad se lamentaron entendiendo que hubiera sido mejor una pequeña porción en Eretz Israel, que sus extensas tierras al otro lado del Jordán.
Es fácil juzgar las tribus de Rubén y Gad, pero hay muchas decisiones en la vida cotidiana que pueden disfrazarse de bendiciones intermedias: atajos para llegar rápidamente, oportunidades que parecen demasiado buenas para dejarlas perder, lo bueno conocido contra la promesa por conocer. Se visten de negocios, autos, becas, relaciones. Y a veces, pasar al otro lado del Jordán implica mojarse los pies y abandonar la comodidad que tenemos a este lado de la rivera. Entonces ¿Cómo diferenciar si son la meta o solo una estación en el camino? ¿Si es lo que Di-s quiere para nosotros o solo una parada para afirmarnos en nuestro objetivo?
No hay formulas mágicas para esto, pero la palabra de Di-s esta llena de claves para entender su voluntad. Él nos enseña que sus bendiciones enriquecen y no añaden tristezas [Pv 10: 22], por ende, tampoco añaden presiones, afanes, ni ofertas de última hora. También, a no poner nuestros ojos en las ventajas aparentes que tiene una situación (las cuales se ven), sino fijarnos en lo invisible que es lo que mira el [2 Cor 4:18]. Debemos estar dispuestos a salir de la zona de confort y dejarnos sacudir para que él quite lo que nos estorba y deje lo realmente importante [Hebreos 12:27]. Buscar el consejo de Di-s, es un ejercicio continuo de consultarle hasta lo más pequeño de la vida (por ejemplo, el desayuno de hoy) para que siendo fiel en lo pequeño podamos escucharlo en lo grande. Al final, decidiremos según las prioridades de nuestro corazón, y éste solo puede ser transformado a través del estudio y la oración, por medio de nuestro Mesías Yeshua.
Shavua Tov!
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Por familia Barrios Lara
Somos Deivy Barrios y Natalia Lara, casados desde el 2016, padres de 3 pequeños y comunitarios de Yovel.***