
Las Escrituras también registran la circuncisión de Yeshúa, así lo afirma: “Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, llamaron su nombre Yeshúa (Jesús), como fue llamado por el ángel antes que Él fuese concebido en el vientre” (Lucas 2:21).
La traducción literal de la expresión hebrea «Brit Milá» es pacto de la circuncisión. La Biblia nos indica que el Señor le ordenó a Abraham cumplir esta señal del pacto por siempre, diciendo “Y éste es el pacto que establezco contigo y con tu descendencia, y que todos deberán cumplir: Todos los varones entre ustedes deberán ser circuncidados. Circuncidarán la carne de su prepucio, y ésa será la señal del pacto entre nosotros. Todos los varones de cada generación deberán ser circuncidados a los ocho días de nacidos, tanto los niños nacidos en casa como los que hayan sido comprados por dinero a un extranjero y que, por lo tanto, no sean de la estirpe de ustedes” (Génesis 17:10-12).
¿Qué significa la circuncisión desde el punto de vista bíblico?
Según el relato bíblico, la circuncisión es la señal de un pacto. Sin embargo, ¿a cuál pacto se refiere? Génesis 17:4-8, declara: “En cuanto a mí, he aquí, mi pacto es contigo, y serás padre de multitud de naciones… Y estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia después de ti, por todas sus generaciones, por pacto eterno, de ser Di-s tuyo y de toda tu descendencia después de ti…Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra de tus peregrinaciones…”.
Este pacto es de Di-s con Abraham, con sus descendientes y con las tierras de su peregrinaje, esto es Canaán. Ahora bien, debemos entender que una cosa es ser descendiente de Abraham, que viene de la línea de Sem (el primogénito de Noé) y otra cosa es, ser del olivo silvestre -otras naciones-, y que hemos sido injertados en el olivo natural (Romanos 11). Así mismo, es importante tener claridad en que la fe en el Mesías de Israel, nos hace partícipes de las promesas y del pacto con Abraham, siendo por esto llamados conciudadanos y miembros de la familia de los santos (Efesios 2).
El Brit Milá es una señal del pacto entre Dios y la descendencia de Abraham. Las personas que provenientes de las otras naciones, son introducidas a ese pacto, mediante la obra redentora del Mesías de Israel.
Hay otros detalles en Génesis 17:12-13 muy importantes de este pacto, respecto a quiénes deben circuncidarse. Así dice la palabra “A la edad de ocho días será circuncidado entre vosotros todo varón por vuestras generaciones; asimismo el siervo nacido en tu casa, o que sea comprado con dinero a cualquier extranjero, que no sea de tu descendencia…así estará mi pacto en vuestra carne como pacto perpetuo…”. Esto significa, que la circuncisión no sólo se practicaría a la descendencia de Abraham, sino aquellos que, luego de ser comprados, hicieran parte de la descendencia de Abraham.
Asimismo, en 1 de Pedro 1:18-20 encontramos que las personas de las naciones fuimos redimidos o comprados de manera especial, mediante la sangre del Mesías y de esta manera como la sangre de la circuncisión somos introducidos al pacto, las promesas y la familia de Israel. El «Brit Milá» es una señal externa de aquel pago que realizó el Mesías por todos nosotros.
En el pueblo de Israel, la circuncisión es el acto con el que se formaliza la pertenencia al pueblo de Abraham. Para los creyentes en el Mesías, que provienen de las otras naciones, el pacto del Brit Milá, se cumple por la sangre de Yeshúa, en su sacrificio y la circuncisión de corazón, tiene prioridad.
Para el mesiánico de entre las naciones, la circuncisión de corazón es la prioridad. Deuteronomio 10:16 dice: “Circuncidad, pues, vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz”. Con el Mesías, entendemos que la circuncisión trasciende a otro nivel, en el cual se incluye a las mujeres, aunque no estaban obligadas.
La circuncisión debe mantenerse como un pacto perpetuo. Debe entenderse que NO SE HACE como uno de los pasos para ser considerado parte del pueblo de Israel, sino que se debe HACER por libre determinación, entendiendo que la que la circuncisión de corazón, trasciende en la carne.
La circuncisión de corazón implica un compromiso continuo. La responsabilidad de la circuncisión no es un tema personal, influye sobre la familia, se hereda y se debe enseñar. En últimas, este precepto significa que se trata de un legado para nuestra familia. Debe enseñarse como el camino y la forma de vida, no es parte de un lapso de tiempo, es tomar como acto de fe este precepto para caminar en Él.
Lo invitamos a una reflexión personal, ¿debemos circuncidar a nuestros hijos el 8 día de nacido, o debemos de esperar a que ellos entiendan el concepto de la circuncisión de corazón?