Soldados ¡Adelante!
Por: Martha Tarazona
¡Fortaleza solados! que HaShem adiestra nuestras manos para la batalla y veremos su gloria en nuestras vidas.
En la parashá Bamidbar (en el desierto), HaShem habló a Moisés y le dio la instrucción de censar a los hijos de Israel por sus familias; varones mayores de 20 años que pudieran salir a la guerra en Israel, además que se nombraran capitanes de los millares de Israel y que se agruparan por familias. Cada escuadrón pertenecía a una tribu, se conocía el número exacto de los soldados. Acampaban en su campamento, junto a su bandera por sus ejércitos. Cada campamento tenía un lugar específico de batalla; al oriente (Judá, Isacar y Zabulón), al sur (Rubén, Simeón y Gad), al occidente (Efraín, Manasés y Benjamín), al norte (Dan, Aser, Neftalí) y marcharon cada uno por sus familias [Nm 1, 2].
Cada soldado era llamado por su nombre y cada uno de los 12 capitanes o jefes fue escogido por dos razones; su capacidad intelectual y la confianza del pueblo en cada uno. Cada jefe era consciente de la comisión que había recibido y de la responsabilidad adquirida. Este relato muestra el origen militar, la formación de unidades, nombramiento de jefes, orden de marcha, orden de campamento, la disciplina y el orden. Israel se acercaba a la fase de la conquista y no podía presentarse como un grupo de esclavos escapados de su amo, sino como un cuerpo sólido obediente a las consignas y respetuosos de las órdenes. En el monte Sinaí los Israelitas habían tenido la visión del eterno descendiendo hacia ellos rodeado de millares de ángeles, que acampaban a su alrededor, y el Eterno se mantenía por encima de este campamento. Por lo tanto, los Israelitas quisieron agruparse alrededor del eterno y glorificarle como los ángeles en el cielo [1].
¿Cuáles eran los requerimientos para ser soldado?
La edad (mayor de 20 años), llamado cada uno por su nombre, pertenecer a una tribu, tener un jefe, acampar en su campamento, tener una bandera, conocer la ubicación de batalla, acatar las normas de disciplina, respeto y orden. Al igual que HaShem instituyó un orden militar con Moisés, lo dejó establecido hasta nuestros días, siendo nosotros soldados de Yeshúa.
¿Estamos preparados para ser soldados?
Edad
Los soldados debían ser mayores de 20 años; es decir no podían ser niños. En nuestro caso los niños espirituales no están aptos para ir a la guerra. ¿Quiénes son los niños espirituales? Los que deben tomar leche, porque no son capaces de digerir lo sólido, los que aún son carnales; andando en celos, contiendas, disensiones [1 Co. 1-3] y todas las obras de la carne; adulterio, fornicación, inmundicia… [Ga. 5:19-21].
Nuestro nombre
Cada soldado es llamado por su nombre. Si conocemos a HaShem y tenemos intimidad con Él, podemos reconocer su voz y decir que Él es nuestro pastor y él conoce a sus ovejas y ellas le siguen [Jn 10:14-27]. Sin embargo, hay algunos que no están aptos para la guerra, porque no son conocidos por HaShem, Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. [Lc. 13:25-27]
Bandera
Cada soldado debía pertenecer a un campamento y tener una bandera. ¿Cuál es nuestra bandera? La presencia de HaShem en nuestras vidas. Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-nisi; HaShem es mi estandarte [Ex.17:15]. Esta bandera es levantada por los pueblos y contra el enemigo. Así dijo HaShem el Señor: He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera [Is. 49:22]. Y temerán desde el occidente el nombre de HaShem, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de HaShem levantará bandera contra él. [Is. 59:19].
Tener un norte
Cada soldado tenía designado un lugar de batalla; en nuestro caso debemos tener claro cuál es la carrera que estamos corriendo y hacia donde vamos, así tengamos que pasar por dificultades, ya que un buen soldado sigue adelante a pesar de las adversidades hasta lograr la meta. “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Yeshúa” [2 Tim. 2:3].
No distraerse
El soldado debe estar firme en su objetivo; poniendo su mirada en las cosas de arriba y no en las de la tierra, sin darle lugar a las preocupaciones y discernir la voz del enemigo. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno [Ef. 6:16]. Además, de no enredarse en la cotidianidad de la vida. “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” [2 Tim. 2:4].
Sentidos ejercitados
Un soldado apto para la guerra debe tener sus cinco sentidos en normal funcionamiento, si falla alguno no es apto para salir a la batalla. Por lo tanto, nosotros debemos ejercitar nuestros sentidos para poder estar alerta y discernir entre la luz y la oscuridad. “El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” [Heb. 5:14].
Además, afinar el oído para escuchar el sonido correcto “Ciertamente, las cosas inanimadas que producen sonidos, como la flauta o la cítara, si no dieran notas distintas, ¿cómo se sabría lo que se toca con la flauta o con la cítara? Y si la trompeta diera un sonido incierto, ¿quién se prepararía para la batalla? [1 Co. 14:7-8].
Estudiar al enemigo
Así como un soldado estudia su enemigo y sabe como puede atacarlo, nosotros sabemos que nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes [Ef. 6:12]. Conociendo las estrategias de satanás para que no saque ventaja alguna sobre nosotros, pues no ignoramos sus maquinaciones [2Co.11]. Estando alerta, “sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” [1 Pe. 5:8].
Entrenamiento
Un soldado debe tener entrenamiento físico, y conocer lo que come antes de salir a la batalla. Así mismo un atleta debe prepararse “Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente” [2 Tim. 2:5]. Nuestra comida para salir a la batalla debe ser la palabra de Di-s ya que está escrito “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Di-s.” [Mt. 4:4]. El entrenamiento debe estar basado en el arrepentimiento, oración, ayuno, vigilia, alabanza y adoración.
Alistamiento de armas
Al igual que un soldado revisa su armamento antes de salir a la batalla, nosotros debemos tener la armadura de Di-s en nuestra vida “Aunque andamos en la carne, no militamos según la carne, porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Yeshúa” [2 Co. 10:3-5]. Si tenemos las armas correctas, y revestidos del poder de HaShem podemos marchar hacia adelante ya que un buen soldado no retrocede.
Fortaleza
Es el momento de discernir en el espíritu los tiempos en los que estamos y ser fuertes “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes” [Ef. 6:13].
Debemos mantener el espíritu fuerte, resistir con fe y creer que HaShem estará con nosotros y nos cuidará. Al igual que un soldado está preparado para la batalla, nosotros debemos estar preparados cada día, porque nadie sabe el día ni la hora. Es necesario arrepentirnos, deshacernos de las doctrinas de hombres y del equipaje innecesario. Una forma de estar preparado es activar los dones que Di-s puso en nosotros. Que HaShem nos llene y nos use para ser parte de su ejército en los últimos días que el Señor nos llene de su gloria [2].
Amigo lector, ¿estás preparado para ser un soldado aprobado de Yeshúa?, ¿has muerto a las obras de la carne? ¿Estás centrado en la meta final? ¿estás arraigado a las cosas de este mundo? ¿tienes tus sentidos ejercitados para escuchar la trompeta final? ¿conoces el enemigo al que te enfrentas cada día? ¿estás entrenado para echar fuera todo espíritu contrario en tu vida? ¿Te estás entrenando para llegar a la estatura del varón perfecto? ¿Tienes las armas correctas y las sabes utilizar?
Estamos en los últimos tiempos, en el cumplimento de las profecías bíblicas, donde hay y habrá una opresión espiritual que solo con el poder de Di-s y siendo soldados aprobados la podremos vencer. Que el eterno nos equipe, entrene, fortalezca, anime, ya que las tinieblas nunca prevalecerán y veremos su gloria, en el nombre de Yeshúa HaMashiaj.
Referencias
[1] Munk, E. (2001). La voz de la Torah. Comentario del pentateuco. Edición original en francés. Fundación Samuel y Odette Levy. Paris.
[2] Sid Roth. Es sobrenatural. Lo Que se Avecina en Estos Últimos Tiempos y Cómo Prepararse. Disponible en https://youtu.be/QDa_UgXsdi8. [9 mayo 2021].
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Martha Tarazona
Miembro de la comunidad Yovel, Dra. Ingeniería de Alimentos. “Nada tenemos que no hayamos recibido” [1 Cor. 4:7]