VER, RECORDAR Y HACER
Por: Moshé Hernandez
“…y los verás y recordarás todos los mandamientos de HASHEM y lo realizarás…” (Nm 15:39).
Al final de esta Parashá (Nm 15:37-41) encontramos la mitzvá de tzitzit, la cual es una mitzvá que de manera práctica regula el comportamiento humano, tanto para hombres y mujeres, porque la mitzvá de “no explorar detrás de tu corazón y ojos” va más allá de la cuestions física y material.
¿Qué son los tzitzit?
Son los flecos que cuelgan de cuatro esquinas de una prenda rectangular, como dice la Torá: “que se hagan tzitzit en las esquinas de sus vestidos”.
Rashi comenta, que se llamaצצית debido a los hilos que cuelgan de él. Similar a, (Ezequiel 7:3) «y él me atrapó por los rizos (ציצת) de mi cabeza». (La palabra denota algo retorcido como hilos o rizos).
Otra explicación es: se llama ציצת debido al mandamiento asociado con él (v. 39) «y lo veréis». Similar es «mirar (מציץ) desde la red» (Cantares 2:9).Por lo tanto, la palabra denota «algo mirado» (Sifrei Bemidbar 115).
¿Por qué un hilo de “tejélet”?
Tejélet es traducido como azul celeste, ¿cuál es la importancia de este color?
En Shemot 24:12 se nos dice de tres cosas que HaShem dio en el Monte Sinai:
Las lajas de piedra.
La Torá.
La mitzvá de aprender de Él.
¿De qué material eran las Lajas de Piedra?
La tradición nos enseña que las lajas sobre las cuales HaShem escribió las Diez Palabras, al igual que las que Moshé luego labró, eran de zafiro. El zafiro en hebreo (ספיר) significa pulcro. Para obtener el color azul, su composición química es una mezcla de óxidos de aluminio, hierro y titanio.
En Shemot 24:10 leemos: “y vieron al Di-s de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno”.
¿Por qué usarlos?
La Torá nos dice: “Y os servirá de tzitzit, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de HASHEM, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis.”
De aquí nos surge una pregunta que intentaremos responder al final: ¿Pueden los tzitzit salvar a alguien del pecado?
El Ibn Eza dice que una persona que usa un talit [en la sinagoga] no ha realizado completamente esta mitzvá, porque en realidad es una obligación todo el día. Cuando él está en el mercado y ve formas (es decir, mujeres bonitas), su corazón se desviará de sus ojos, más que mientras está orando. Menciono esto porque he visto a muchas personas que no temen a Di-s, pero usan un talit por su propio honor.
El Talmud (Menajot 43b) dice: “ראיה מביאה לידי זכירה, זכירה מביאה לידי עשיה”, lo cual significa: “Mirar lleva a la memoria, y la memoria conduce a la acción”.
De esto aprendemos que los tzitzit son para actuar no para jactarse de su uso. El uso de los tzitzit conduce a que se desarrolle un ejercicio de recordar algo que se ha memorizado y luego a actuar de conformidad con eso. Esta mitzvá nos ayuda a activar procesos cognitivos básico que permiten aprendizaje de comportamiento y ejecutarlo de conformidad con la regla aprendida.
¿Qué nos recuerdan los tzitzit?
Los rabinos ofrecieron diferentes respuestas:
– El Shemá (Menajot 43b).
“Para que al mirarlos te acuerdes…”. Al ver está mitzvá nos llama la atención de otra mitzvá conectada a esta. ¿Cuál? Recitar el Shemá”.
– Recordar que los judíos son siervos de Di-s (Jizkuni).
“Ver los tzitzit les recuerda a los judíos que son siervos de Di-s, ya que, ellos guardan Sus mandamientos y así aumentan su probabilidad de cumplimiento de otros mandamientos de Di-s”.
– Conocer el Rostro de Di-s (Sifrei Bemidbar 15).
וראיתם אותו El verso enseña que aquellos que observan la mitzvá de tzitzit, es como si hubieran visto el rostro de la Presencia Divina (Shejiná). Porque el tejélet es el color del mar y el mar es como el cielo, y el cielo es como el Trono Divino.
אותו Esta palabra puede entenderse de dos formas, ver los tzitzit (a eso) o ver a HaShem (a Él).
De aquí aprendemos que al ver los tzitzit veremos el tejélet, lo cual nos recuerda el azul del trono de HASHEM, el cual estaba hecho de zafiro que es de color azul, que además lleva a recordar las Lajas de Piedra que estaba hechas de zafiro.
El corazón y los ojos son los «espías» del cuerpo: actúan como agentes del pecado: el ojo ve, el corazón codicia y el cuerpo comete el pecado (Midrash Tanchuma, Sh’lach 15; cf. Talmud Yerushalmi Berakhot 1:8).
Por eso leemos en Iaaqov (Santiago) 1:14-15 que: “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Di-s; porque Di-s no puede ser tentado por el mal, ni Él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”.
Ahora, volvamos a la pregunta de si los tzitzit pueden salvar a alguien del pecado, la respuesta sería que son una ayuda para que la persona no peque, como enseñan nuestros Sabios en el Talmud (Berajot 12b) que “no ir en pos de nuestros corazones” significa involucrarnos a nosotros mismos en herejía, y “no ir en pos de nuestros ojos” significa no involucrarnos en actos inmorales.
Los tzitzit y la mitzvá de no ir detrás del corazón y de los ojos desarrolla un fuerte vínculo emocional con la Torá, las mitzvot y el servicio a HASHEM, lo cual llenará el corazón con emociones que promueven la búsqueda de la perfección y por lo tanto previene que la persona desarrolle emociones contradictorias.
Además, evita situaciones en las que los ojos pueden ver algo que puede conducir al pecado porque un deseo puede desarrollarse de la más ligera percepción. También se pueden desarrollar deseos de la espiritualidad, lo cual se manifiesta en aprender para escoger correctamente como algo rutinario y no meramente de memoria.
Finalmente, esta mitzvá nos ayuda a proteger las demás mitzvot de la Torá porque requiere que se tomen pasos para evitar distraerse y perder la visión de nuestras metas y misión, por eso el salmista escribió (Salmo 119:9-16): “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. Bendito tú, oh HASHEM; enséñame tus estatutos. Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca. Me he gozado en el camino de tus testimonios más que de toda riqueza. En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos. Me regocijaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras”.
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¡Shavúa Tov!
REFERENCIAS
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Moshé Hernández
Esposo de Lulú. Psicólogo (Konrad Lorenz). Máster en Estudios Judaicos (Universidad Hebraica de México). Gabai y Moréh (Kehilat Yovel). Moréh de Hebreo Bíblico (Ulpan Yovel). Estudiante de LSC.