Los milagros de Janucá

Por: Martha Tarazona

En la fiesta de Janucá, Yeshúa que es la luz del mundo, nos reta a creer en él y en lo que está escrito en su palabra, si él lo hizo antes, lo puede hacer ahora. ¿No te he dicho que, si crees verás la gloria de Di-s?”

Dado que Janucá es una fiesta de milagros, vamos a ver algunos prodigios relatados en la palabra y cómo en este tiempo podríamos recibir nuestro milagro.

  • Milagros de Sanidad

“Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. Entonces Yeshúa dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado? Pero Yeshúa dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí. Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz” [Lc. 8:43-48]. 

En este relato vemos cómo esta mujer había estado oprimida durante 12 años, había gastado todo su dinero en médicos, tuvo fe, se acercó, tocó el talit de Yeshúa y recibió su milagro.

  • Milagros de Provisión

“Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de HaShem; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Entra luego, y enciérrate, tú y tus hijos; y echa aceite en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. Vino ella luego, y lo contó al varón de Di-s, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede” [2 R. 4:1-7].

En la historia de la viuda podemos ver que ella dio de lo que tenía: “Una vasija de aceite”, buscó más vasijas y pudo contemplar la multiplicación del aceite. Eliseo le dio la estrategia de negocio: ve y vende el aceite y con el dinero de la venta haz dos cosas: paga a tus acreedores y utiliza lo que quede para tus gastos y los de tus hijos. 

  • Milagros de Liberación

“Enseñaba Yeshúa en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Yeshúa la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Di-s. Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Yeshúa hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en estos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo? Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él” [Lc. 13:10-17]. 

En esta historia, hay una mujer oprimida por el enemigo durante 18 años con un espíritu de enfermedad que le causaba encorvamiento en su cuerpo, cuando Yeshúa le liberó ella se enderezó y dio la gloria al eterno.

  • Milagros de Fertilidad

Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. Se rio, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? [Gén. 18:11-12].

En este relato vemos que, contra todo pronóstico médico, por la edad de Sara, para concebir un hijo, el proceso de gestación y el proceso de parto, HaShem iba al frente de toda esta situación como poderoso gigante y ella, su esposo y toda la gente a su alrededor pudieron ver el milagro.

  • Milagros de unión para el matrimonio

“y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo” [Gen. 25:20]. 

Abraham envió a su mayordomo Eliezer a buscar esposa para su hijo Isaac, HaShem prosperó su camino y tuvo misericordia de Abraham, Isaac y Eliézer al conceder una mujer como Rebeca como respuesta a esta petición. 

  • Milagros de Resurrección

HaShem envió a Elías a Sarepta de Sidón donde una mujer viuda lo sustentaría, esta tenia un hijo que murió: 

“Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo del ama de la casa; y la enfermedad fue tan grave que no quedó en él aliento. Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Di-s? ¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo? Él le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y lo llevó al aposento donde él estaba, y lo puso sobre su cama. Y clamando a HaShem, dijo: HaShem Di-s mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo? Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a HaShem y dijo: HaShem Di-s mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él. Y HaShem oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió. Tomando luego Elías al niño, lo trajo del aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive. Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Di-s, y que la palabra de HaShem es verdad en tu boca” [1R. 17:17-23]. 

En esta historia vemos un hijo que enfermó, murió y un hombre como Elías ungido por el eterno, fue usado para que HaShem lo resucitara. 

  • Milagros sobre la naturaleza

“Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.  Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto” [St. 5:17-18]. 

De acuerdo con las leyes de la naturaleza, no es posible que un ser humano ore y llueva o no llueva, sin embargo, en este relato vemos como Elías era un ser humano como nosotros, y oró y como resultado de su oración no llovió y luego oró y llovió. 

  • Milagros de Salvación 

Yeshúa fue informado que Lázaro estaba enfermo, y declaró que: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Di-s, para que el Hijo de Di-s sea glorificado por ella” [Jn. 11:4]. Lázaro murió, Yeshua lloró y lo resucitó. Habiéndole dicho a Martha: ¿No te he dicho que, si crees verás la gloria de Di-s?” [Jn. 11:40].

“Entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Yeshúa, creyeron en él” [Jn. 11:45].

Este fue un milagro de resurrección al levantarse lázaro teniendo cuatro días de muerto, y los judíos no creyentes en Yeshúa como el mesías, creyeron en él al ver semejante prodigio. 

Amigo lector, ¿Qué milagro necesitas en tu vida?, este tiempo de Janucá, donde la luz de Yeshúa ilumina nuestra alma, podemos recibir el milagro. En los 8 milagros anteriores, podemos ver una mujer oprimida por 12 años por un flujo de sangre, que fue sanada; una viuda que tuvo la provisión del aceite y una estrategia de negocio dada por el profeta; una mujer oprimida 18 años por un espíritu de enfermedad que fue liberada; una mujer de 90 años que dio a luz un hijo; un hombre y una mujer unidos por el eterno; un niño que resucitó; un hombre que oró por lluvia y llovió; un hombre que fue resucitado y por este milagro muchos judíos creyeron en Yeshúa como el mesías.  ¿Qué milagro necesitas? HaShem es el mismo ayer, hoy y siempre y si creemos en Él podemos ver su gloria y recibir el milagro. ¿No te he dicho que, si crees verás la gloria de Di-s?”

Hanukkah Sameach

Martha Tarazona

Miembro de la comunidad Yovel, Dra. Ingeniería de Alimentos. “Nada tenemos que no hayamos recibido” [1 Cor. 4:7]