Keep Calm and ponte a orar

Por: Familia Siervo Molano

“Isaac oró al Señor en favor de su esposa, porque era estéril. El Señor oyó su oración, y ella quedó embarazada.” (Bereshit 25:20-21)

La parashá Toldot (תּֽוֹלְדֹ֥ת) que significa “generaciones” se encuentra en Bereshit 25:19 – 28:9 y narra diferentes hechos que ocurrieron en la vida de nuestro patriarca Yitzjak y su familia, entre ellos, la esterilidad de Rivká, la lucha en el vientre entre Ya’akov y Esav, el traspaso de la primogenitura por parte de Esav a Ya’akov, la hambruna que tuvo lugar en su época, los pozos cavados por Yitzjak, la bendición de éste a sus hijos, entre otros. En esta oportunidad, nos centraremos en la espera de Yitzjak y Rivká para que El Eterno la hiciera fértil.

En Bereshit 25:20-21 está escrito “Isaac tenía cuarenta años cuando se casó con Rebeca (…) Isaac oró al Señor en favor de su esposa, porque era estéril. El Señor oyó su oración, y ella quedó embarazada.” Por otro lado, en Bereshit 25:26 dice: “Cuando nacieron los mellizos, Isaac tenía sesenta años.” de estos versículos se interpreta que pasaron 20 años desde que Yitzjak oró al Eterno y Él respondió su oración. Acá podríamos preguntarnos ¿si existía la promesa de que El Eterno multiplicaría la descendencia de Abraham a través de Yitzjak y este la conocía, por qué oraba? ¿Era necesario?

La primera parte del versículo 21 Rashí la traduce como “Itzjak rezó insistentemente (וַיֶּעְתַּ֨ר, Vaie’etar) al Eterno frente a su mujer”, él explica que la raíz del verbo Vaie’etar (עתר) implica un ruego abundante e insistente, tal y como se nos enseña en el Brit Hadashá en Santiago 1:6-8 donde se anima a ser constantes y decididos para poder recibir bendiciones del Eterno: “Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo que hace.” Referente al adverbio “frente”, Rashi interpreta que Yitzjak y Rivká rezaban juntos en una habitación, uno en una esquina y el otro en la otra. Siforno, adicionalmente, explica que cuando Yitzjak oraba “frente a su mujer” lo hacía como diciendo “que esta descendencia provenga de Rivká y no de otra mujer”.

Rabí Moshe Jaim Luzzatto (Ramjal) expone en su obra Derej Hashem (El Camino de Dios) que la oración es un mecanismo creado por el Eterno para traer el sustento divino y es un medio para elevar nuestra alma, relacionándola como un acto de amor del Eterno hacia la humanidad que constituye un soporte para que el hombre no se hunda en el materialismo y mundanidad (es decir, para que tenga paciencia e impida que se degrade desmedidamente), pues eleva su alma al acercarlo al creador permitiéndole llamarle por Su nombre. Del comentario de Siforno y de esta explicación, podemos concluir que tal vez Yitzjak y Rivká querían evitar verse envueltos en una situación como la de Abraham y Sara con Agar, y usaron juntos la poderosa herramienta de la oración para no desfallecer y soportar mientras la promesa del Eterno se cumplía, con la doble ganancia de que en el proceso sus almas se elevarían.

Querido lector, esta bella historia no solo nos da pautas acerca de cómo orar para que nuestras oraciones sean escuchadas y podamos obtener bendiciones del Altísimo, sino que además nos recuerda que nos sirve de soporte para no impacientarnos ni desfallecer, tal como se muestra en Santiago 5:13 “¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas.” Por lo tanto, la oración al elevarnos espiritualmente nos dota de la paciencia y el conocimiento de que aquello que estamos pidiendo se cumplirá de acuerdo a la voluntad del Eterno y en su tiempo.

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Familia Siervo Molano.

Un Físico al compás, una Licenciada en español y Lenguas Extranjeras y dos hermosos bebés; todos siervos del Elohim de Yacob.