En el centro de su voluntad

Por Familia Barrios Lara

Sea que el Eterno nos mueva por medio de una nube o con una trompeta, no hay lugar más seguro que el centro de la voluntad del Eterno

La educación de los niños se compara con un río de bienestar, en el que una orilla representa el caos y la otra la rigidez… y justo en el centro está la corriente de la calma, en la que se puede educar al niño de la forma correcta (1). Pues, nuestra vida es algo similar: por un lado, tenemos la orilla de la rigidez, en la que queremos controlarlo todo, que las cosas salgan “a nuestra manera” y en la que nos molestamos, peleamos y lloramos cuándo las cosas no salen como queremos.  Y en la otra orilla está el caos, el no saber qué hacer, el desespero de no tomar una buena decisión y la angustia por equivocarnos. Y… ¿Cuál es el centro, la corriente de la calma? Es la voluntad de Di-s, esa que es buena, agradable y perfecta [Rom 12:2].

El problema es que, en el barco que vamos, normalmente estamos anclados a una de las orillas (el caos o la rigidez) y queremos que la corriente de la calma, la voluntad de Di-s venga a nosotros, en lugar de nosotros buscarla. Y la parashá de ésta semana בְּהַעֲלֹֽתְךָ֙ Beha’alotcha (cuando enciendas) [Nm 8:1-12:16] nos habla por lo menos de tres maneras en las que el Eterno dio a conocer su voluntad al pueblo de Israel, y por supuesto a nuestra vida. 

“Cada vez que la nube se levantaba de la Tienda, los israelitas se ponían en marcha; y donde la nube se detenía, allí acampaban” [Nm 9:17]. En esta parashá nos narran, que, si la nube de la “presencia del Señor” que estaba sobre el tabernáculo se movía, el pueblo se movía, y donde la nube se detenía, el pueblo acampaba allí, los días, meses o años que la nube se quedara [Nm 9:19-23]. Incluso, aunque estuviera oscuro el pueblo podía verla, pues, de noche, la nube se volvía de fuego para continuar siendo visible [Nm 9:16]. 

La tradición enseña que la nube desapareció al morir Aaron porque, luego de esto empezaron las batallas para el pueblo de Israel, pues ya la nube no los cubría de la vista de sus enemigos. Y ¿Qué mérito tenía Aaron para mantener la nube? Los sabios judíos enseñan, que Aaron se distinguía por mantener la unidad, por ser conciliador; así que tenemos una primera enseñanza y es que, si queremos conocer la voluntad de Di-s necesitamos trabajar por la unidad: de nuestra familia, de nuestra comunidad, e, incluso de nuestro país – y más en un momento como el que vivimos-; tal como enseño Yeshúa “Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y toda ciudad o familia dividida contra sí misma no se mantendrá en pie” [Mt 12:25].

La segunda señal son las trompetas: “Hazte dos trompetas de plata labrada, y úsalas para reunir al pueblo acampado y para dar la señal de ponerse en marcha” [Nm 10:2]. Las trompetas, eran usadas para reunir al pueblo ante el tabernáculo, para reunir a los jefes de la tribu, para ponerse en marcha, para dar aviso de combate y para anunciar las fiestas y el rosh jodesh (inicio de mes) [Nm 10:3-10]. ¿Por qué una trompeta? La ciencia puede darnos respuestas que tienen que ver con el tipo de sonido de la trompeta, que, al ser fuerte e intempestivo, produce un estado de alerta en nosotros. Por medio del Neuropéptido-S, la adrenalina y noradrenalina, se disminuye nuestra necesidad de sueño, aumenta nuestra energía y se agudiza nuestra concentración., así que podemos ver peligros y detalles que antes ignorábamos. El estrés repentino, también libera catecolaminas, que nos ayuda a no atascarnos en las decisiones, sino a enfrentarnos a las situaciones, pues es el encargado de la respuesta de “correr o luchar”. Así se activan por lo menos 3 regiones de nuestro cerebro (hipocampo, hipotálamo y amígdalas), lo cual aumenta nuestra actividad cerebral, haciendo que pensemos más de lo normal, por lo que un “breve toque de trompetas” aprovechado adecuadamente puede ayudarnos a pensar con mayor profundidad y tomar desiciones que repercutan en el tiempo, pues “es posible tomar decisiones importantes y cambiar nuestra vida en un instante” (2). 

Di-s usa muchas situaciones en nuestra vida que funcionan como trompetas: alarmas que nos mueven a tomar decisiones.  Y esta es la segunda lección: saber escuchar; pues no basta con oír las trompetas del Eterno, sino que es necesario hacer todo un proceso de internalización y entendimiento; de hecho, con respecto al shofar el rey David dijo “Dichosos los que saben aclamarte” [Sal 89:15], pues, la palabra que se ha traducido como aclamarte es la palabra תְּרוּעָה teruá [S.8643) que se refiere al estruendo de las trompetas, es decir que no basta solo escuchar la trompeta, sino que es necesario entender su mensaje.

Y la tercera manera, es una frase que se repite no sólo en esta parashá sino en toda la torá “El Señor le dijo a Moshe”. Y es que, la mejor manera de conocer la voluntad de Hashem, es buscar su voluntad cada día, como nos enseñaba Yeshúa “…hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan cotidiano” [Mt 6:10-11]. La voluntad del Eterno, se busca en intimidad, en oración y lectura diaria de su palabra, abriendo con honestidad nuestro corazón y pensamientos, para que él pueda darnos respuestas. Pero no basta con buscarla, sino que debemos estar dispuestos a aceptarla, tal como dijo Yeshúa en el momento más difícil, antes de ser entregado a morir por nuestros pecados “que se haga tu voluntad y no la mia” [Lc 22:42]… y aunque haya momentos en los que parece que Di-s no quiere decir nada, debemos recordar que Él nos ama, y que nos ama tanto, que muchas veces calla por amor a nosotros [Sof 3:17], pues tal vez no estamos preparados para recibir lo que Él quiere darnos. 

Así que, mantengámonos en unidad, aprendamos a escuchar y entender sus trompetas y, sobre todo, busquemos su rostro en oración cada día, y así podremos entender su voluntad que siempre será buena, agradable y perfecta [Rom 12:2].

¡Shavua tov!

***

Referencias

  1. D.J.Siegel, T.P. Bryson. Disciplina sin lágrimas. Ediciones B, S. A., 2015
  2. Y. A. Millerprint. La ciencia del shofar. Aishlatino (2014) 
    En: https://www.aishlatino.com/h/rhyik/rh/La-ciencia-del-shofar.html

***


 

Somos Deivy Barrios y Natalia Lara, casados desde el 2016, padres de 3 pequeños y comunitarios de Yovel.