El terror por asimilarse, una mirada desde la ecología.
Por: Rocio Delvalle Quevedo y Carolina Gutiérrez
“Isaac oró al Señor en favor de su esposa, porque era estéril. El Señor oyó su oración, y ella quedó embarazada.” (Bereshit 25:20-21)
El uso y entrega de animales como muestra de pacto, compromiso o intercambio, lo hemos encontrado a lo largo de este nuevo ciclo de Torah desde la primera porción. Pero en esta octava porción que estudiamos esta semana, la parashah Vayishlaj (y envió, Génesis 32:4-36:46), los ‘regalos’, es decir, los animales que Jacob le envió a su hermano, fueron, sin lugar a duda, motivados por el miedo de Jacob. Representaron más bien una estrategia de guerra consecuencia de ese miedo. Los invitamos entonces a que nos acompañen en el siguiente comentario, en el que una bióloga y una ecóloga, nos acercamos a esta parashah para descubrir las curiosidades que a los ojos de la Ecología podemos encontrar.
¿Por qué Jacob tenía que proponerse una estrategia de guerra para enfrentar a Esaú? Veamos: El patriarca viene de huir de casa de Labán y se enfrenta al inminente encuentro con aquel hermano que años atrás había traicionado. Luego, podríamos considerar que estaba plenamente justificado el temor de Jacob al odio de su hermano por causa de dicha traición. Y más aún que se preparara para ese encuentro.
Weissman (2008) en su compilación de libros “El Midrash” nos explica que la preparación incluyó cuatro pasos generales:
- Separar el campamento, Jacob entendía que debía poner su parte, anticipar y no recostarse en el milagro sino hacer todo lo que pudiera al disponer los elementos para facilitar las circunstancias.
- Orar, inició con alabanzas y agradecimientos, presentó su petición con sabiduría basado en las promesas de HaShem, y al terminar durmió, reposó entendiendo que el Todopoderoso escucha y que Su voluntad será buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2).
- Apaciguar al enemigo, dice “(…) y tomó de lo que le vino a la mano un presente (…)”, entendido como oro, plata y joyas, y los animales que se enlistan. Rashi comenta que al informarle cuántos bienes poseía, podría explicar que no fueron adquiridos gracias bendición de Isaac sino con el trabajo que le impuso el malvado Labán. De la misma forma, instruyó a sus siervos en las respuestas que debía dar, pidió que ‘dejaran un espacio’ a lo que Rashi nos explicará que el espacio será ‘hasta donde alcance la mirada’ para satisfacer la codicia de Esaú y ‘llenarle el ojo’.
- Estar listo para la guerra, se comenta que Jacob dio a cada quien una espada para que la ocultara debajo de su ropa, en caso que los 400 hombre que acompañaban a su hermano fueran a atacarlos; y si un campamento era tomado, el otro debía huir a esconderse (Proverbios 27:12).
Ahora, hablemos un poco sobre el miedo. En Génesis 32:7, dice que Jacob “tuvo gran temor y se angustió” luego que los mensajeros le dijeron que Esaú venía a su encuentro con 400 hombres. La palabra que se ha traducido como “temió” es las strong H3372 Yare y “angustió” es la strong H3334 “Yatzar”.
En Rashi & Bereshit Rabbah 76:2 se desglosa diciendo que temió ser asesinado y se angustió ante la posibilidad de matar a otros. Cuesta entender que tenga miedo y se angustie, aquel que lleva el pacto Abraham, la bendición de Isaac, y la directa promesa del Eterno unos instantes atrás en Génesis 28:15 “Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido”.
Se explica entonces en Torah Ohr 47 que Jacob sabía muy bien las fallas que había cometido en el pasado: compró la primogenitura, engañó a Isaac, no honró a sus padres el tiempo que habitó con Labán, y esto le hacía sentir falto para recibir todo aquello que se le había prometido.
Curiosamente, el término Yare (strong H3372), la primera vez que aparece en la Torah es en Génesis 3:10 “… oí tu voz en el huerto y tuve miedo porque estaba desnudo…”. El ser humano pecó, pero no dice que temió tan pronto cuando pecó, sino en el momento en que tuvo que darle la cara al Eterno y frente al cual había pecado. Así también Jacob en la porción anterior (Toldot) tuvo miedo cuando sintió que estaba delante del Eterno en su propia casa (Génesis 28:17), cuando tuvo que darle la cara a Labán (31:31) y ahora que tenía que enfrentar a su hermano (Génesis 32:7).
Sin embargo, sabemos que para este punto, Jacob había hecho rectificación / teshuvá, su nombre había sido cambiado, sus faltas perdonadas y su camino sería recto. Entonces, ¿le faltó perdonarse a sí mismo? ¿era tan difícil creer que el poder, la misericordia y amor del Eterno cubren todas fallas? (1 Pedro 4:8).
Dice en Génesis 32:4 “Y les mandó diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: Con Labán he morado, y me he detenido hasta ahora;”. La palabra clave es גרתי – Garti (Strong H1481: habitar – morar – residir).

Rashí lo leería como “he habitado con el malvado Labán y aún así mantuve los 613 mandamientos, y no aprendí sus malvados caminos”. Una sencilla muestra es que Jacob primero separó el diezmo, como había prometido (Genesis 28:21), y solo después tomó el presente de Esaú.
En ese momento no se había entregado la Torah, pero es una forma de entender que el patriarca se aferró a las instrucciones del Eterno, aun cuando estuvo rodeado de maldad. Encontramos algunos versículos que sustentan la importancia de aferrarnos a la palabra del Todopoderoso como:
Este mandamiento que hoy te ordeno obedecer no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance …¡No! La palabra está muy cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón, para que la obedezcas (Deuteronomio 30:11, 14)
Solo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la Torá que mi siervo Moshé te ordenó. No te apartes de ella para nada; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas (Josué 1:7)
(…) El obedecer vale más que el sacrificio (1 Samuel 15:22)
(…) Así que el amor es el cumplimiento de la ley (Rom13:10).
También recitamos de nuestro sidur: “Ilumina nuestros ojos en tu Torá y haz que nuestro corazón se apegue a Tus mandamientos; y unifica nuestro corazón para que te amemos y temamos a Tu nombre”
Detengámonos por un momento, preguntémonos ¿A qué le tenemos miedo? ¿Problemas de salud, pandemia, estar sin trabajo, los hijos alejados del Eterno, el conyugue que no quiere venir a los pasos del Mesías, nuestro propio pasado o la falta de dominio propio en el presente?
Es aquí cuando, recordamos todos estos versículos a los que nos hemos aferrado cuando el temor invade nuestra mente o cuando alguien cercano entra en angustia:
Adonai mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes (Deuteronomio 31:8)
No tengas temor de ellos, porque yo estoy contigo para librarte (Jeremías 1:8)
En mi angustia invoqué al Adonai; clamé a mi Elohim, y Él me escuchó desde su templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos! (Salmos 18:6)
Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza (Salmos 56:3)
Si el Eterno está con nosotros, ¿quién contra nosotros? (Romanos 8:31)
Porque Adonai no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, de amor y de mente sana (2 Timoteo 1:7)
Cantamos en todos los idiomas posibles el hermoso Salmo 121:
שִׁיר לַמַּעֲלוֹת אֶשָּׂא עֵינַי אֶל-הֶהָרִים מֵאַיִן יָבֹא עֶזְרִי
Shir lammaälot essá ënai el-heharim meáin iavó ëzrí.
1Alzaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro?
אַל-יִתֵּן לַמּוֹט רַגְלֶךָ אַל-יָנוּם שֹׁמְרֶךָ
Ëzri meïm Adonai ösé shamáin vaáretz.
2 Mi socorro viene de Adonai, que hizo los cielos y la tierra
Esperamos que en este momento llegue a la mente ese versículo preferido, aquel que ha sido estandarte en oraciones y batallas. La Palabra es nuestro refugio, como lo fue para Jacob en la casa de Labán, lo que le ha otorgado autoridad sobre sus faltas. Seguir la voluntad del Eterno. Concluimos que, el cumplimiento de la Torah nos lleva a estar al 100% con HaShem y, por lo tanto, no hay lugar para el miedo, angustia o terror. Porque será Él quien venga a nuestro rescate. Entonces, si tienes miedo es porque sabes que en estas fallando ¡apresúrate a hacer teshuvá!
Angustia, Números y Ecología
Hasta este punto nos hemos enfocado en el miedo, Yare. Ahora revisemos un poco la angustia Yatzar. Como vimos, Jacob en otras circunstancias ya había tenido miedo. Pero ahora, no solo tenía miedo, sino que también tenía angustia. Yatzar aparece una sola vez en toda la Torah, en esta parashah, en ese versículo Génesis 32:7. Curiosamente, también aparece en el Tanaj, en una situación bastante parecida (1 samuel 30:1-6).
Revisemos ahora un poco las acciones a que condujo la angustia en Jacob. Como lo hemos leído hizo dos cosas principalmente: Separó tanto sus posesiones como las personas que iban con él en dos campamentos (Génesis 32:7) y preparó un presente para su hermano con numerosos animales (Génesis 32: 14 – 16), que también separó en diferentes manadas.
La siguiente tabla nos ayudará a visualizar la proporción de hembras por macho en listados en el texto.
Hembras | Machos | Proporción |
200 cabras | 20 chivos | 10:1 |
200 ovejas | 20 carneros | 10:1 |
40 vacas | 10 toros | 4:1 |
20 burras | 10 burros | 2:1 |
30 camellas con crías | 30 camellos | 1:1 |
490 | 90 | Total: 580 |
Rashi & Bereshit Raba 76:7 nos dirá que la proporción está determinada por la cantidad de trabajo que éste desempeña, entre más trabajo realice menos tiempo tendrá para copular.
Lo que suena similar al lema del movimiento por la jornada reducida, que establece ocho horas de trabajo diarias o 48 horas a la semana. Su origen fue a mediados del siglo XVIII en Gran Bretaña y se dio por las pésimas condiciones de trabajo de la Revolución Industrial.
“Ocho horas para el trabajo, ocho para el sueño y ocho para el recreo”, y aquí salta una reflexión sencilla. ¿Cómo estamos distribuyendo esas horas? ¿Hemos dejado que el trabajo acapare la mayoría de nuestro tiempo haciendo que ni aquello que es el propósito principal de la naturaleza, reproducirnos, tenga lugar? O ¿Qué lo acapare al punto que la esencia de nuestra existencia como creyentes, alabar al creador, no tenga ni 10 minutos antes de dormir?
20 chivos pueden mantener preñadas a 200 cabras porque lo único que tienen en mente es ‘preservar la especie’ ¿Qué es lo que nosotros tenemos en la mente si continuamente trabajamos como burros y dejamos que el ‘camello’[1] nos absorba? Creemos aquello con lo que nos hemos justificado: ‘así es el trabajo en consultoría’, ‘ahorita por la pandemia se alargan los horarios’, ‘es que tuvieron que despedir a muchos y yo me quedé con las tareas de cuatro’, ‘mi esposa entiende’, ‘todo esto lo hago por mis hijos, pasarán por lo mismo cuando crezcan’, ‘es que mi jefe no tiene vida’. ¡Pongamos límites!, que en esta porción sea el momento de reflexionar las prioridades de nuestra vida con respecto al tiempo que les dedicamos, no más excusas.
Bueno, y ¿qué dicen los números? Jacob regaló un total de 580 individuos, 10 veces 58 = חן jen (palabra 2580 del Strong) agradar, favor, gracia, misericordia. Tiene la raíz en נןַח janán; (palabra 2603 del Strong) que significa doblar o inclinarse en bondad hacia un inferior; favorecer, conceder; implorar (i.e. mover a favor mediante petición): amigablemente, pedir, piedad, rogar, suplicar.
Y aquí llegamos a una conexión tremenda. Lo primero que hace Jacob es separar a las personas y posesiones en dos campamentos. La palabra que se ha traducido como campamentos o compañías es Majaneh/Majanot strong H4264. Y más adelante, después de orar, prepara el regalo para su hermano Esaú, que son los animales organizados en hatos o manadas, palabras que se han traducido a partir del hebreo Eder strong H5739.
Lo curioso es que, si bien en adelante en la parashah, cada vez que se refiere a las manadas de animales que Jacob envió como regalo a Esaú, utiliza el termino Eder, en el verso Génesis 33:8 para esa misma agrupación de animales, utiliza es el término Majaneh. La raíz de Majaneh es Janah (que no solo traduce acampar sino inclinarse) y en el strong nos invita a comparar dicha raíz con la raíz Janán (strong 2603). Lo que tratamos de decir es, que es tremendo que el total de animales organizados en hatos (Eder) sea 10 veces 58, que a su vez es el valor numérico de la palabra gracia (Jen), cuya raíz sea objeto de comparación con la palabra janah, que a su vez es la raíz de Majaneh, expresión que Esaú usa en vez de Eder. Veámoslo en el verso:
8 Y Esaú dijo: ¿Qué te propones con todos estos grupos (majaneh) que he encontrado? Y Jacob respondió: El hallar gracia (jen) en los ojos de mi señor.
Dicho de otra forma, lo que Jacob se proponía estaba encriptado en la cantidad de animales que él envió. Podríamos empezar a vislumbrar que, si bien se plantea una diferencia desde los términos, entre las agrupaciones humanas, con respecto a las agrupaciones animales, parece haber una suerte de espejo de una frente a la otra. Ambas como respuesta a la angustia frente a una posible amenaza.
Ahora, revisemos un poco más acerca de la palabra hato, Eder (Bereshit 32: 17). Explica Rashi que ‘hato’ será la separación en grupos de individuos de la misma especie, lo que en Bereshit Raba 76:8 se complementa al afirmar que ésta es la primera vez que la Torah menciona la palabra עדר Éder (5739 del Strong, reunir animales: ganado, hato, majada, manada, oveja, rebaño); previamente se hablaba únicamente de especies.
Hato o ‘población’, será en Ecología uno de los niveles de organización básicos para definir al grupo de individuos de la misma especie que habitan en un espacio y tiempo determinado, y que pueden reproducirse entre si. De esta forma, su estudio implica interacciones, beneficios o perjuicios para sus integrantes (Escolastico et al., 2013).
Carranza (2000), compila una serie de estudios sobre comportamiento animal. En la revisión experimental que involucró diferentes grupos de animales (mamíferos, insectos y aves), se pudieron encontrar tres razones principales por las que es conveniente a los individuos habitar como población. Todo relacionado con la fuerza que motiva a los seres a sobrevivir y preservar su progenie. (i) Defensa contra el depredador, (ii) optimización de búsqueda de alimento, y (iii) protección de los individuos vulnerables (neonatos, ancianos, …).
Principalmente, y por encima de su carácter social y necesidad de interacción, la vida en grupo se presenta como mecanismo de defensa contra los depredadores. Por ejemplo, disminuye la cantidad de veces que un individuo vigila y aumenta el tiempo que dedica a aprovechar el alimento, o hay menor probabilidad de ser capturado por el depredador. En otras palabras, disminuye el miedo a los peligros.
Tal como en la porción que estamos analizando, el temor del patriarca Jacob puede verse reflejado en esta separación en hatos, e incluso en la división del grupo en dos campamentos como estrategia de supervivencia ante el “depredador” Esaú y de defensa de los más vulnerables. Es interesante en este punto, principalmente con respecto a la optimización de alimento, que estar en grupo y distribuirnos las tareas (vigilancia, obtención de alimento, ingestión de alimento), básicamente podría entenderse como ayudarnos unos a otros. Precisamente, la raíz de Eder, es Adar (strong H5737), que entre otras acepciones, se entiende como Ayudar.
Básicamente, lo que podemos ver es que Jacob asumió, motivado por su angustia, el comportamiento que exhiben los animales que suelen ser “presas”. Aprovechando las ventajas de estar agrupado. De hecho, los animales que envió, suelen ser presas también (vacas, ovejas, camellos…). Entonces, podríamos recapitular, que cuando sentimos miedo, debemos revisar si hemos fallado, buscar hacer teshuva y que nuestro “antídoto” es aferrarnos a las instrucciones del Eterno y la obediencia a las mismas. Mas cuando sentimos angustia, porque aun viviendo en obediencia, sentimos que un “depredador” viene a atacarnos ¿Qué hacer? Inicialmente, buscar hallar gracia y apaciguar así al enemigo. Pero también busquemos rodearnos y agruparnos de nuestros prójimos. Cuidarnos uno al otro, ayudarnos. Parece haber un reflejo de este modelo depredador presa en las palabras de nuestro Mesías:
Los envío como Ovejas (presa) en medio de Lobos (Depredador) (Mateo 10:16, Lucas 10:3)
¿En qué contexto dice esto? Estaba enviando (¿Vayishlaj?) a sus doce discípulos (Mateo 10:5) y a los 72 de dos en dos (Lucas 10:1). ¿Qué les dice que hagan primero? Que a donde lleguen digan “Paz a esta casa” (Mateo 10:12, Lucas 10:5). Pero que sean astutos como serpientes y mansos como palomas (Mateo 10:16). Nuevamente una presa y un depredador.
Y entonces ¿qué recomendación les da?
»El hermano entregará a la muerte al hermano (¿Jacob y Esaú?), y el padre al hijo. Los hijos se rebelarán contra sus padres y harán que los maten. Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no terminarán de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del hombre. El discípulo no es superior a su maestro, ni el siervo superior a su amo. Basta con que el discípulo sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia! »Así que no les tengan miedo; porque no hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse. Lo que les digo en la oscuridad, díganlo ustedes a plena luz; lo que se les susurra al oído, proclámenlo desde las azoteas. No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. ¿No se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre; y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza. Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones. (Mateo 10:21-31)
Capacidad de carga y asimilación
Finalmente, los dos hermanos se encontraron y efectivamente, el ETERNO libró a la presa del ataque del predador. Podríamos pensar que la estrategia funcionó y que los múltiples hatos de animales cumplieron su cometido. Pero entonces ¿qué pasó?
La tierra no daba abasto para alimentar el ganado de Esaú y de Jacob. Bereshit 36:7
Rashi dirá “la pastura no podría bastar para los animales de ambos”, y esto en Ecología se conoce como ‘Capacidad de carga / K /’ siendo la cantidad máxima de población que es capaz de sostener el entorno de forma indefinida (Escolastico et al., 2013).
La decisión de separarse al notar que la pastura no era suficiente para los campamentos de los dos hermanos, también se presenta de forma natural o inducida en los ecosistemas y, de hecho, se han elaborado modelamientos biomatemáticos como el “Predador – Presa de Lotka – Volterra (1926)” que predice la dinámica poblacional bajo una serie de hipótesis (como migración, plagas, otras especies, cantidad de recursos disponibles y ausencia de depredadores). A partir de lo cual se generan gráficas que permite a los ecólogos prever en cuánto tiempo y bajo qué condiciones una determinada especie puede considerarse en peligro de extinción o en qué momento será alterado el equilibrio ecológico de un ecosistema (Margalef, 1993).
Por otra parte, se consideran escenarios sobre el costo de la vida en grupo. A sabiendas de las múltiples y ya mencionadas ventajas, también se pueden presentar inconvenientes como competencia por recursos, conflictos de interés, y amenazas agresivas lo que reduce nuevamente el tiempo disponible para alimentarse y aumenta el de vigilar. Aquí entra el modelo “Caraco (1979)” que logra predecir el tamaño poblacional óptimo y las adaptaciones de comportamiento que los individuos deben tener para maximizar la supervivencia (Carranza, 2002). Es curioso en este punto, al revisar los aspectos no tan positivos de la vida en grupo, que otras acepciones de la raíz del término Eder, es decir Adar, son faltar, fallar o dejar falto.
Estas complejas pero predecibles interacciones ecológicas, nos permiten entender:
- Que Jacob decidiera alejarse de su hermano, siendo Esaú quien se retira a la región montañosa (Génesis 36:8), por el límite en la capacidad de carga/ Lotka-Volterra de las pasturas
- Que, si permanecían juntos, uno de los dos debía adaptar su comportamiento para lograr una supervivencia como explica Caraco, siendo el peor de los escenarios que Jacob fuera adaptándose a Esaú tal como este lo sufrió en Parasahat Toldot al unirse con las hititas (Bereshit 26:34)
Definitivamente aún no era el tiempo para que el depredador habitara tranquilamente junto a la presa, pero llegará el día cuando se cumplirá la profecía de Isaías 11:6-9.
Janania (5775), explica que separase de Esaú fue una prueba a otro nivel. Necesaria para explicar a sus hijos que no sólo de Labán tenían que separarse, sino que debían ser muy cuidadosos y alejarse de los malvados. Aunque implicara enfrentar a su propio hermano y posiblemente terminar en una guerra.
Con la explicación inicial de los 613, entendemos que Jacob le estaba avisando a Esaú que volvía a habitar la tierra de Canaán con su familia, que él también podría hacer teshuvá y vivir de la mano del Elohim de sus padres. Salta aquí una idea sobre el tema de Dina, diciendo que resultó humillada por un incircunciso como castigo a Jacob por no haber intentado ejercer influencia positiva en Esaú (circunciso) al permitirle casarse con ella. Entonces, si bien es importante alejarse del malvado, no lo hagamos hasta tratar de influir con Torá y santidad. Astucia (serpientes) y sabiduría (palomas) serán la clave para alejarnos de las malas influencias y comportamientos nocivos, más si se trata de familiares y amigos.
En todo caso, Esaú mostró sus verdaderas intenciones al decir en Génesis 33:12 “viajemos y marchemos” tratando de establecer una asociación con Jacob. De tal manera que a veces uno de los dos guiara el camino, pero sin someterse al representante de la Torá. Este es el momento en el que entendemos cómo funciona la asimilación, tema con el que muchos del pueblo de Israel han luchado y criticado desde la destrucción del primer templo.
Pero ten cuidado. No dejes que tu corazón sea engañado y entonces te alejes Adonai y sirvas y rindas culto a otros dioses. Si haces eso, el enojo de Adonai arderá contra ti
Veámoslo con un ejemplo conocido que vuelve a sonar por estos días. Hay personas que acostumbran a encender las velas de janucah y las de navidad pensando que se pueden unir estas dos luces y que incluso cada una incrementa a la otra. Esto pasa y ha pasado a lo largo de la historia con imágenes, fechas, fiestas, rezos, cultos. Algo que hemos vivido desde nuestra infancia y que, al acudir a las raíces de nuestra fe, estamos intentando limpiar.
Este reto resulta sencillo porque, una vez que se entiende, no hay manera de unir estas luces que representan culturas y fundamentos completamente ajenos. Pero, ¿qué hemos dejado asimilar en nuestra vida que no es tan evidente como un enorme árbol en el medio de la sala?
¿Quizá rencor, chisme, mentiritas pequeñas, no perdonarnos a nosotros mismos? o algo que no parece tener mayor importancia como groserías que le escuchamos a todo el mundo y pues, se pegan, “lo normal”. ¿Qué tal sea la cantidad de tiempo que dejamos a los niños en algún dispositivo o nosotros mismos colocándolos como altares, teniendo el máximo cuidado, pagando ofrenda cada mes en la suscripción y dejando que nuestras vidas giren a su alrededor?
¿Será que no hemos puesto límites a los malvados por temor? Porque nosotros tampoco es que estemos muy bien con “las cosas del Eterno”, entonces, mejor me quedo así. “No hay que ser tan radicales”
¿En qué estamos siendo tibios? (Apocalipsis 3:16) Todos muy dispuestos a derrumbar esas imágenes de barro que vemos en las calles, pero no hemos podido identificar las que están arraigadas en el corazón. Nos lamentamos por ese familiar que sigue poniendo su fe en figuras y nosotros, inundados con la luz del Mesías, no hemos podido ver la gigante estatua de Nabucodonosor que seguimos venerando (Daniel 3).
Jacob tuvo que enfrentar a Labán, al ángel, luego a Esaú, ver que Dina fuera deshonrada y que sus hijos mataran a todo un pueblo. Aun así, jamás se apartó, nunca se asimiló e instruyó a que su descendencia hiciera lo mismo, y de él sabemos que Adonai lo escogió para sí como su tesoro especial (Salmos 135:4).
En términos de Ecología ¿nosotros a qué hato o rebaño pertenecemos? ¿Cuál será la población de la que estemos dispuestos a adaptar el comportamiento para sobrevivir, en la cual estaremos dispuestos a dejar de temer y aprovechar mejor el alimento?
La respuesta está en esta palabra que viene de población / hato / eder: 5741 עדריאל Adriél rebaño de Elohim. Este es nuestro lugar, aquí pertenecemos. Pues, a través de nuestro amado mesías hemos podido ser injertados a este rebaño, en el cual podremos permanecer con su verdadera shalom. Cualquier preocupación que traiga esta vida será soportada por su inmenso amor del cual nada nos podrá separar (Rom 8: 35-39). Que este sea el momento de reflexionar en nuestras vidas, pidamos sabiduría, fortaleza y luz para tomar decisiones.
Para concluir, el resumen lo encontraremos justo en Juan 15:9-10; 18-19; rescatando estos cuatro versículos que abarcan lo que hemos expuesto en el texto:
9 Yo los he amado a ustedes tanto como el Padre me ha amado a mí. Permanezcan en mi amor. 10 Cuando obedecen mis mandamientos, permanecen en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. 18Si el mundo los rechaza, recuerden que a mí me rechazó primero. 19 Si pertenecieran al mundo, el mundo los amaría como a uno de los suyos, pero ustedes ya no forman parte del mundo. Yo los elegí para que salieran del mundo, por eso el mundo los rechaza.
Referencias Bibliográficas
- Carranza Almansa, J. (2000). Etología: Introducción a la ciencia del comportamiento (2nd ed., pp. 205 a 235). Cáceres: Universidad de Extremadura.
- Coffman, A. (2001). La Torá con Rashi: El Pentateuco con el comentario de Rabí Shlomó Itzjak (Rashi). (Ed. Bilingúe., pp. 468 – 532). México: Editorial Jerusalem de México.
- Escolástico León, C., Cabildo Miranda, M., Claramunt Vallespí, R., & Claramunt Vallespí, T. (2013). Ecología I: Introducción. Organismos y Poblaciones (pp. 25-28). Madrid: Editorial UNED.
- Janania Pinto, D. (5775). Torat David: Bereshit (p. 421). Jerusalem: Majón Peninei David.
- Margalef, R. (1993). Teoría de los sistemas ecológicos (p. 290). México: Edicions Universitat Barcelona.
- Strong, J. (2002). Nueva Concordancia Exhaustiva de Strong: Diccionario Strong de Palabras Originales del Antiguo y Nuevo Testamento (2nd ed., p. 719). Miami, Florida: Editorial Caribe, Inc.
- WEISSMAN, R. M (2008). El Midrash Dice, Libro Bereshit: (Ed. Español). Editorial Bnei Sholem. 333pp.
[1] Camello: En Colombia, palabra usada como sinónimo de trabajo o empleo.
https://diccionariocolombia.com/significado/camello
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Soy Bióloga con maestría en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia. Creyente en el Mesías Yeshúa desde la cuna, miembro activo de la Comunidad Mesiánica Yovel y felizmente casada. El estudio de la Creación del Altísimo ha sido mi pasión, y me deleito en ampliar mi comprensión del texto bíblico desde el conocimiento de las Ciencias Ambientales.