VAYELEJ (וילך): LAS CURIOSIDADES DEL RÍO JORDAN Y EL MISTERIO DEL AISLAMIENTO INTEGRADO

Por Rocío Delvalle Quevedo

¿Lótico? ¿Léntico? ¿Exorreico? ¿Endorreíco? … Déjate tentar y averigua qué tiene que ver todas esas palabras raras con la Parashá de esta semana

La porción de la Torá correspondiente para esta semana tiene por nombre Vayelej, que se ha traducido como “Y fue” y es la palabra H3212 del Strong. Es una porción que se encuentra en el libro de Devarim (Deuteronomio) capítulo 31, con 30 versículos, lo cual comparado con otras porciones que estudiamos a lo largo del año, es bastante corto. Sin embargo, hay un dicho popular, que nos suele servir de consuelo a personas de baja estatura como yo, que dice: “Los mejores perfumes vienen en envases pequeños”, por lo que los invito a descubrir algunos tesoros que se pueden encontrar en esta parashá (porción de la Torá).

Una de las ventajas de que la parashá sea corta, es que algunos detalles, que en porciones más largas pueden pasar desapercibidos, resaltan y llaman la atención en porciones no tan largas. En este caso, me quiero detener a revisar un elemento que aparece en los dos primeros versículos de esta porción: “De nuevo habló Moisés a todo el pueblo de Israel, y les dijo: «Ya tengo ciento veinte años de edad, y no puedo seguir siendo su líder. Además, el Señor me ha dicho que no voy a cruzar el Jordán” [Devarim 31:1-2]. Nos podríamos detener, en la mención de la edad de Moshé (Moisés), la posibilidad que ese sea el día de su cumpleaños, que ya no siga siendo el líder de Israel, o que no fuera a entrar a la tierra prometida; y efectivamente todas estas cosas son muy relevantes y las han revisado algunos estudiosos respetables de la Torá (Blad), pero yo hoy me quise preguntar y compartir con ustedes una pequeña reflexión en torno al río Jordán, ¿qué significado tenía no cruzarlo para Moshé? ¿Qué significado tenía para los hijos de Israel, para el Israel actual y para esta parashá?

Así que como en otras ocasiones lo he hecho, les pido permiso y los invito a que me acompañen a revisar algunas particularidades de este río y a tratar de hacer algunas conexiones divertidas y curiosas entre elementos de la parashá y las características del río. Para iniciar debemos partir de que un rasgo fundamental de un río es que su componente principal es el agua, y se encuentra precisamente en un estado líquido. A estas alturas de la historia de la humanidad, creo que para nadie es un secreto que el agua es un elemento vital en la naturaleza. Algunos académicos, han clasificado las grandes masas planetarias de agua, en dos grupos para facilitar su estudio. Los océanos y las aguas continentales (es decir las porciones de agua que se encuentran al interior de los continentes). La mayoría de beneficios que, como seres humanos, sacamos del agua, sobretodo para consumo y actividades domésticas, se obtienen de las aguas continentales, que coloquialmente se han denominado agua dulce (Odum & Barret, 2006).

Dicha realidad actual, no era ajena para los hijos de Israel en el camino desde Egipto hasta la tierra prometida. Y esta es la primera conexión que encontramos entre el río Jordán y lo que significaba para Moshé no cruzarlo, es decir, no entrar a la tierra prometida. Si recordamos las porciones anteriores, esta dura y triste instrucción del Altísimo para este hijo de Leví, había sido resultado de la desobediencia en un contexto de escases de este líquido, en una cadena de hechos desdichados. Casi recién salidos de Egipto, se encontraron ante una porción de aguas continentales no tan dulces, las aguas amargas en Mará, por lo cual vino la primera queja del pueblo debido a la falta de agua, y ante lo cual Moshé obedeció al Eterno arrojando un pedazo de madera al agua, que causó la milagrosa potabilización del líquido [Parashat Beshalaj, Shemot/Exodo 15:23-27]. Más adelante en el recorrido llegando a Refidim, nuevamente se enfrentaron a la sed, y volvió a brotar la queja, pero esta vez ni siquiera agua amarga había, lo único palpable era la ausencia total de este líquido vital, y es cuando por primera vez aparece la roca, que en el primer momento debió ser golpeada y los israelitas fueron saciados [Parashat Beshalaj, Shemot 17:1-7]. Pero final y tristemente, la tercera no fue la vencida sino la que venció a Moshé, quien tras nuevamente enfrentarse a las quejas del pueblo por la falta de agua en el desierto de Zin, aun cuando se presentó delante del Altísimo para pedir su dirección, se dejó llevar por sus pasiones y contrario a lo instruido por el Eterno de hablarle a la roca, nuevamente le asestó un golpe, y efectivamente aguas brotaron [Parashat Jukat, Bemidbar/Números 20:1-13], pero esas aguas corriendo de esa ocasión debían venir a su memoria al mirar el río Jordán correr y ver que este líquido representaba la barrera que lo separaba del ingreso a la tan anhelada tierra.

Lótico y Léntico: Mezclarse o no mezclarse, esa la cuestión

Para ir en busca de la siguiente conexión, debemos revisar otra clasificación ya en particular de los cuerpos de aguas continentales. Estos pueden ser Ecosistemas Lóticos, es decir, de agua corriente (ríos, arroyos, manantiales); Ecosistemas Lénticos, es decir, de agua estancada (lagos o estanques) o puede ser Humedales donde el nivel del agua fluctúa hacia arriba y hacia abajo, a menudo según la estación y también anualmente: pantanos y marismas (Odum & Barret, 2006).

El hecho de que el agua se encuentre estancada o corra, produce cambios en la física, la química y la biología del agua según el tipo de ecosistema. Es así como en términos generales los ecosistemas lénticos, son grandes porciones de agua que se mueven poco, la mayoría de los nutrientes se comienzan a depositar en el fondo y así mismo el oxígeno que se da por el intercambio gaseoso con el aire se comienza a quedar en la superficie, y se llegan a presentar diferencias de temperatura que hacen que el agua superficial más tibia, rica en oxígeno y pobre en nutrientes, forme una masa temporalmente aislada que no se mezcla con el agua profunda más fría, pobre en oxígeno y rica en nutrientes. Este fenómeno suele ser estacional y se da en verano e invierno, cuando llega el otoño la temperatura se vuelve homogénea, con lo que las aguas se mezclan y así también se homogeniza la oxigenación y el enriquecimiento de nutrientes. De otra manera sucede en los ecosistemas lóticos, en los que la constante corriente que lleva el curso del agua, todo el tiempo está resuspendiendo los nutrientes que se vayan depositando en el fondo, y de la misma manera el movimiento constante del agua mantiene homogénea en términos generales la oxigenación, en un proceso de mezcla contínua y ningún tipo de diferenciación (Odum & Barret, 2006).

Cuando volvemos nuestra mirada al río Jordán con respecto a la clasificación previamente descrita, encontramos una de sus particularidades. El río Jordán nace en las montañas del Hermón, fuera de la tierra de Israel, a partir del deshielo de sus cumbres nivales y las precipitaciones anuales (lluvias) que en este punto alcanzan los 1200 mm. Luego sigue su recorrido y desciende hasta los 212 metros por debajo del nivel del mar en donde vierte sus aguas al lago Kineret (Mar de Galilea o de Tiberiade). Y aún continúa nuevamente su descenso y su recorrido como río hasta su desembocadura en el Mar Muerto, a 397 metros bajo el nivel del mar (Ver mapa http://www.bible-history.com/geography/ancient-israel/israel-old-testament.html), habiendo recorrido en línea recta desde su nacimiento hasta el Mar Muerto una distancia de 250 km y si se tiene en cuenta las sinuosidades de su recorrido, esta aumenta hasta 330 km (Chen, Abramson, Becker, & Megdal, 2015; Singer, 2007; Farber, y otros, 2005). Como punto de comparación, en Colombia el río Magdalena, recorre casi 1558 kilómetros desde su nacimiento en el Macizo Colombiano, hasta su desembocadura en Bocas de Ceniza, mar Caribe en el océano Atlántico (Garzon & Gutiérrez, 2013).

Las consecuencias y curiosidades de su rápido descenso por debajo del nivel del mar las revisaremos en la siguiente sección de este artículo. Pero para quienes hayan leído con detenimiento, se habrán dado cuenta que en el total del recorrido del Jordán se encuentran cuerpos de agua de las dos clasificaciones, tanto lóticos como lénticos. Desde su origen hasta antes del LAGO de Kineret transcurre como una corriente lótica, pero en ese primer punto se convierte en un cuerpo de agua léntico de más o menos 11 kilómetros de ancho, 22 kilómetros de largo y con una profundidad máxima de 48 metros (Wikipedia, 2016; Russell, 1995). Así mismo luego del Mar de Galilea, vuelve a ser un cuerpo de agua lótico hasta llegar finalmente a su desembocadura que nuevamente es un cuerpo de agua léntico, el Mar Muerto, que realmente es un gran lago salado al interior del continente.

Ahora viene el dato curioso de contrastar estas particularidades del río con la porción que hoy nos convoca y en la cual es mencionado. Como lo dije previamente, es una parashá corta pero que igual que todas las demás, es subdividida en 7 sub-porciones o aliyot, cada una con de 3 a 5 versos (Sadinoff & Radwin, 1994). Al ser tan cortas, me tomé el atrevimiento de asignar un tema a cada una, de la siguiente manera: 1° Moshé recuerda que no pasará el Jordán, 2° El ETERNO promete allanar el camino del pueblo al destruir a las demás naciones, 3° Palabras de aliento a Yehoshúa (Josué), 4° La fiesta de Sukkot y la lectura de la Torá ante el pueblo, 5° Advertencia de la rebeldía del pueblo de Israel posterior a la muerte de Moshé, 6. Cántico de consecuencias de la rebeldía predicha, 7° Instrucción de poner la Torá dentro del Arca y continuación de la predicción de Rebelión.

Obviamente yo estoy sesgada por el estudio presente que vengo desarrollando, pero yo lo que veo es que la estructura de la parashá es muy parecida a la del río. Inicia, como una corriente de agua, hablando sobre un mismo tema, pero todo como entremezclado, que Moshé no entra a la tierra, que el Altísimo arrasará a las otras naciones, que Yehoshúa se esfuerce… y de pronto, como si cambiara la naturaleza del relato, como si se detuviera por un momento en su curso, presenta la fiesta de Sukot (Fiesta de las enramadas). Y en comparación con la ausencia de mezcla que se presenta en un lago, me parece que la fiesta de Sukot tiene algo muy interesante; de por sí el hecho de ser una festividad establecida por el ETERNO y entregada al pueblo de Israel, era un sello, un aislamiento preventivo que el Altísimo establecía para que el pueblo no se mezclara entre las naciones y tuviera características diferenciales, y más aún en esta parashá en la que el ETERNO ordena que durante esta fiesta se debía leer en voz alta a todo el pueblo, la Torá. ¿Y qué es la Torá?, ¿sino una serie de instrucciones que hace que la naturaleza “físico-química”, o mejor espiritual, del pueblo fuera tan diferenciada de las naciones idólatras, que no se pudiera dar la posibilidad de mezcla? Sin embargo, como vimos previamente, los lagos en otoño, tienen una mezcla controlada, que hace parte de la dinámica de ese ecosistema y que permite que una masa de agua desoxigenada se re-oxigene. De la misma manera, en Sukot una de las altas fiestas de otoño, que también se ha llamado la fiesta de las naciones, en el contexto de nuestra comunidad se nos enseña que es una fiesta sumamente evangelística, y se abre la oportunidad de manera organizada, para que otras personas que no son parte del pueblo, conozcan del Mesías y sus establecimientos, y puedan re-oxigenar su vida, al entrar a ser parte del pueblo de Israel [Zacarías 14:16-19, Isaías 56:1-7]. Pero, así como el río Jordán no termina su recorrido en el Mar de Galilea, sino que vuelve a su naturaleza corrientosa y mezclada, de la misma manera en las aliyot 6 y 7 se nos relata como el ETERNO alertó que en el futuro los hijos de Israel se rebelarían, se irían tras dioses extraños, y al perder su esencia espiritual al alejarse de la Torá, se propiciaría su asimilación y mezcla entre las naciones y su descenso, como por debajo del nivel del mar a una vida de pecado y oscuridad.

Endorréica y Exorréica: de la dulzura de la fe a la salobridad no palatable del pecado

La tercera conexión resulta de entender la diferencia entre una cuenca endorréica y una cuenca exorréica. “Exorréico” es relativo al flujo de aguas que va hacia afuera del continente, es decir, hacia el mar. Mientras que “Endorréico” se refiere al flujo de aguas que va hacia adentro del continente, sin desagüe al mar, sino a un lago o laguna (Dechile, 2001-2016). En Colombia, nosotros estamos acostumbrados y solo conocemos las cuencas exorreicas, porque de una u otra forma todos nuestros ríos corren descendiendo desde las montañas hacia el mar oceánico. Pero en otras partes del mundo, algunos ríos no desembocan en el mar. Este es el caso del río Jordán.

Debido al origen geológico de este río, en el cual por movimientos de la tierra cerca del Pleistoceno se dio una gran depresión de la tierra, toda el área desde Tiberias hasta el norte del valle del Arabá (al sur del Mar Muerto) fue cubierta por un gran lago de agua salobre al interior del continente conocido como la formación de Lisan. Hacia el final del Pleistoceno, el lago retrocedió, dejando vestigios en lo que hoy son el Lago de Kineret y el Mar Muerto y la corriente que los une el río Jordán (Singer, 2007). Esta es la razón de que, tanto el Mar de Galilea como el Mar Muerto, llamados mares por sus aguas salobres, realmente no sean parte del océano sino grandes lagos cuyas aguas nunca llegan al mar, y que pierden agua por evaporación e infiltración, lo que concentra algunos nutrientes y aumenta su salinidad.

Los movimientos geológicos, también son la razón por la cual, como vimos previamente, se presenta un descenso tan vertiginoso aún por debajo del nivel del mar en el cauce del río, lo cual podría estar relacionado con el nombre en hebreo de este río, pues el río Jordán, viene del Hebreo HaYardén, H3383 del Strong y que traduce descender. A esto se suma, la baja pluviosidad del área donde se encuentra el río, es decir, la lluvia que cae al año va de 1200 mm en su nacimiento hasta menos de 100 mm en el Mar Muerto (Chen, Abramson, Becker, & Megdal, 2015), comparado con Colombia donde las mayores precipitaciones se presentan en el pacífico con hasta 9000 mm al año y las menores lluvia se presentan en la Guajira con totales anuales de 500 mm y menos (Arango, Dorado, Guzmán, & Ruiz, 2000). Y no siendo esto suficiente, esa área es un lugar geográfico de clima árido, lo que genera altas temperaturas y alta evaporación, es la razón de la hipersalinidad sobre todo del Mar Muerto y de la corriente del río que va desde el lago Kineret hasta su desembocadura, lo cual ha sido una constante histórica, agravado en la actualidad por presiones antrópicas (causadas por la acción del ser humano) (Farber, y otros, 2005).

Sin embargo, no todo el río es así, y esa es la otra curiosidad de la doble naturaleza de este río. Y es que las aguas que van desde el Lago Kineret devolviéndonos hasta el origen del río en el Monte Hermón son aguas dulces, y de hecho de alta calidad (Farber, y otros, 2005), tanto así que en la actualidad el Mar de Galilea alimenta el Acueducto Nacional de Israel inaugurado en 1964. Su construcción ha permitido el abastecimiento de agua dulce a las ciudades, así como la irrigación agrícola hasta el desierto del Néguev, al sur del país.3 Provee cerca de un 30% del agua potable para riego y consumo de Israel (Mekorot, s.f.). De esta manera, podemos encontrar en este río tanto agua dulce como agua salada. De la misma manera, y continuando la comparación previamente hecha con las 7 aliyot de esta parashá, las 4 primeras aliyot, son como el agua dulce, porque a pesar de la mala nueva de Moshé, el ETERNO alienta al pueblo, a Yehoshúa y los invita al gozo y la alegría de la Torá en la fiesta de Sukot. Pero en las porciones 5° a la 7° se siente el agua salada, no potable, de la rebeldía del pueblo y las consecuencias de su desobediencia.

Pero no todas las mezclas en el río son malas…

A pesar de todo esto, para finalizar, existe una última característica de los ríos que quiero mencionar, y es que se estudian bajo la teoría del continuo, en la cual el río, es como el sistema circulatorio de los otros ecosistemas terrestres por los que pasa, y va conectando y comunicando unos con otros y va dando armonía y renovando cada lugar por el que pasa (Odum & Barret, 2006). De la misma manera, nuestro Amado Yeshua (Jesús), es esa agua viva, esa agua corriente, ese río [Juan 4:13-14], es nuestra paz que de ambos pueblos hizo uno solo derribando la pared intermedia de separación (las diferencias fisicoquímicas que causaban el aislamiento y nos dio una misma temperatura a todos con el fuego de su espíritu) [Efesios 2:14], permitiéndonos entremezclarnos con su pueblo para recibir la oxigenación de nuestra sangre, mediante la suya. Es el agua viva, el agua corriente, de la cual al beber nunca más tendremos sed [Juan 4:13], como la tuvo el pueblo de Israel en el desierto. Él es la roca, de la que brota el agua, a la que Moshé golpeó, y que fue causa de su desgracia [1 Corintios 10:4], pero que, en su infinita misericordia y amor, cuando vino a esta tierra en carne introdujo en espíritu a Moshé a la tierra prometida al presentarse con él y con Elías ante los discípulos [Mateo 17:1-3]. Y finalmente, en el contexto de la fiesta de Sukot, él último y gran día de la fiesta, Él fue el que nos dijo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” [Juan 7:37-38], y que nos regala en esta fiesta hermosa, el privilegio de probar los dulces frutos de la cosecha, y transforma nuestra amargura y tristeza en danza y júbilo de alegría. Que el ETERNO nos regale un bello tiempo de las altas fiestas de otoño, en las que nos podamos gozar junto al pueblo de Israel, tomando del mismo tallo, la rica savia del olivo [Romanos 11:11-24].

Shavua Tov!


Referencias

Arango, C., Dorado, J., Guzmán, D., & Ruiz, J. (2000). Climatología Trimestral de Colombia. Recuperado el 22 de Septiembre de 2016, de IDEAM: http://www.ideam.gov.co/documents/21021/21789/Climatolog%C3%ADa+Trimestral+para+Colombia+(Ruiz,+Guzman,+Arango+y+Dorado).pdf/c2825963-c373-449a-a7cb-8480874478d9

Blad, S. (s.f.). Parashá 52 VaYelej |Deuteronomio 31:1-30. Kehilat Yovel, 1. Obtenido de http://www.kehilatyovel.org/Mesianismo/parashot/PDF/52.VaYelej.pdf

Chen, A., Abramson, A., Becker, N., & Megdal, S. (2015). A tale of two rivers: Pathways for improving water management in the Jordan and Colorado River basins. Journal of Arid Environments, 112, 109-123.

Dechile. (2001-2016). Etimología de Arréico. Recuperado el 22 de Septiembre de 2016, de Dechile: http://etimologias.dechile.net/?arreico

Farber, E., Vengosh, A., Gavrieli, I., Marie, A., Bullen, T., Mayer, B., . . . Shavit, U. (2005). Management scenarios for the Jordan River salinity crisis. Applied Geochemestry, 20, 2138-2153.

Garzon, N., & Gutiérrez, J. (2013). Deterioro de humedales en el Magdalena Medio: Un llamado para su conservación. Bogotá: Fundación ALMA – IAvH.

Mekorot. (s.f.). Water Management and Supply. Obtenido de Mekorot Israel National Water Co.: http://www.mekorot.co.il/Eng/newsite/WaterManagementandSupply/Pages/WaterManagementSupply.aspx

Odum, E., & Barret, G. (2006). Fundamentos de Ecología. México: Thomson.

Russell, R. (1995). Lakes and Seas. Recuperado el 22 de Septiembre de 2016, de Bible History Online: http://www.bible-history.com/geography/ancient-israel/lakes-and-seas.html

Sadinoff, D., & Radwin, M. (1994). Parashat Vayeilech. Recuperado el 22 de Septiembre de 2016, de Hebcal: https://www.hebcal.com/sedrot/vayeilech

Singer, A. (2007). The Soils of Israel. Rehovot: Springer.

Wikipedia. (25 de Agosto de 2016). Mar de Galilea. Recuperado el 22 de Septiembre de 2016, de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Mar_de_Galilea

 

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Rocio del Valle

Soy bióloga con maestría en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia, Creyente en el Mesías Yeshua desde la cuna, miembro activo de la Comunidad Mesiánica Yovel y felizmente casada. El estudio de la creación del Altísimo ha sido mi pasión, y me deleito en ampliar mi comprensión del textos bíblico desde el conocimiento de las Ciencias Ambientales.