IDENTIDAD Y PROPÓSITO

Por Luis Gabriel Forero y Stella Diaz.

Te has preguntado: ¿Quién eres? ¿Cuál es tu origen? ¿Para qué fuiste creado? ¿Hacia donde vas? ¿Cuál es tu verdadero carácter? ¿Qué tanta capacidad de influencia tienes? o ¿Cuál es tu verdadera Identidad y cuál es tu Propósito? … éstas son algunas preguntas que surgen cuando leemos y nos adentramos en la Parashá Pinjas.

Pinjás – פִּינְחָס – (Finehas o Fines) es un nombre predominantemente masculino de etimología incierta.   El origen de este nombre es incierto, pues algunos autores indican que se deriva de una voz celta antigua que significa “oráculo”, mientras que otros aseguran que su origen es hebreo y significa “boca de serpiente”.  Kabbalísticamente, significa estar en paz o en un estado de completitud.  En la Biblia, Pinjas fue un sacerdote durante el viaje de los israelitas o Éxodo. Nieto del primer sumo sacerdote Aarón e hijo del segundo sumo sacerdote Eleazar (Num 6:25). Era, por tanto, sobrino nieto de Moisés; y quien se expresa airosamente en cualquier nivel y defiende celosamente sus creencias.

En ésta parashá, DI-S le ordena a Moshé que le informe a Pinjas que habrá de recibir el «pacto de la paz» de ADONAI en recompensa por su acto intrépido al ejecutar a Zimri y Kozbi, la princesa midianita. El Eterno le ordena a Moshé que el pueblo mantenga un estado de enemistad con los midianitas. Él ordena castigar a los midianitas, por haber atraído a Israel a la idolatría, debido a que ellos fueron los que incitaron al pueblo judío a que pecara.  Moshé y Eleazar reciben la orden de hacer un censo y contar al pueblo judío, dando como resultado la cantidad total de 601.730 hombres aptos para servir en el ejército. El Eterno ordena que la tierra sea repartida proporcionalmente al número de personas que conforman cada Tribu. De todas maneras, la distribución se hará por suertes.  En Números 26:52-56 DI-S le explica a Moshé el modo de distribuir la Tierra de Israel a los israelitas: “reparte la tierra entre las tribus y distribuye las porciones de tierra de acuerdo a la población de las tribus, conforme al número de los nombres de la lista”.  Aquí el Eterno nos da una lección sobre la Identidad de su pueblo elegido; la Identidad tiene que ver con lo que son las familias, los clanes, las tribus, su origen y su descendencia. La identidad cultural es aquel conjunto de rasgos o características propias de un grupo o una colectividad de personas que los caracteriza o distingue frente a los demás. También nos habla de equidad y justicia, pues el Eterno da la orden de distribuir equitativamente la tierra de acuerdo a la cantidad de personas que hay en cada tribu, clan o familia. Por otro lado, se registra la cantidad de familias que componen la tribu levita. El censo de los levitas dio un total de veintitrés mil hombres. Entre los censados no había ninguno de los que fue censado por Moshé y Aharon en Sinaí. De estos quedaron sólo Yehoshua y Caleb.  Las hijas de Tzlofjad presentan un reclamo ante Moshé: en ausencia de un hermano varón, reclaman para sí la porción de la Tierra de Israel que le corresponde a su padre.  Moshé le pregunta a DI-S cuál debe ser el veredicto en tal caso, y DI-S le responde que el reclamo de las hijas es justo.  La Torá enseña las leyes y prioridades que determinan el orden de herencia. Aquí encontramos otra lección sobre la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que le corresponde, pues Moshé obedece al Eterno y les da a las hijas de Tzlofjad la herencia que les correspondía, pues su petición era legitima y justa. Luego, el Eterno le ordena a Moshé que suba a la montaña y contemple la Tierra Prometida a la que el pueblo judío pronto habrá de ingresar, si bien el propio Moshé no entrará a ella. Moshé le pide a DI-S que designe al líder que lo sucederá, y DI-S elige a Yehoshua ben Nun.   Moshé designa a Yehoshua como su sucesor, en presencia de toda la nación. En esta parte podemos ver claramente la misión de un líder al delegar autoridad y al fijar o nombrar un buen sucesor, para que la misión continue y se alcance la visión y destino del pueblo elegido a la tierra prometida. Finalmente, ésta parashá termina con las enseñanzas referentes al servicio del Beit ha Mikdash.

En ésta parashá, DI-S le mostró a Moshé la Tierra de Israel y le dijo que no le permitiría liderar al pueblo judío hacia la Tierra Prometida. Moshé dijo: «Que DI-S… instale un hombre sobre la asamblea… que los lidere… para que la asamblea no sea como un rebaño que no tiene pastor». (Números 27:16-17), tenemos otra gran lección de vida, “el bien común por encima del bien personal”: cuando DI-S le dijo a Moshé que no podría conducir al pueblo judío hacia la Tierra de Israel, su respuesta instintiva no estuvo enfocada en su propio destino o beneficio, sino más bien en asegurarse de que sus seguidores, los judíos, tuvieran a alguien que los liderara. Esta es la razón por la cual Moshé fue uno de los grandes líderes que han existido sobre la tierra.  Nosotros como líderes, debemos tener la capacidad de enfocarnos en las necesidades de los demás cuando las cosas «se tornan difíciles» y no en las necesidades propias, esta es una verdadera definición de liderazgo. Liderar es Influir, Servir y Guiar a los seguidores hacia su meta o a un propósito común. Ser un líder que sabe a dónde va, no consiste en el reconocimiento o los elogios que recibe, sino sobre enfocarse constantemente en las necesidades específicas de los que está guiando.

El mundo está lleno de innumerables casos de supuestos líderes que dejaron sus cargos, y así mismo, dejaron de preocuparse por las personas por las cuales efectuaban su trabajo.   Esto nos hace pensar si es que alguna vez se preocuparon realmente por ellos. La verdadera cara de un líder se revela cuando él sale de su posición de liderazgo, pero aun así, se preocupa por todas las personas que creyeron en él, en su visión y en sus sueños.

Un poderoso mensaje que Moshé nos enseña es que debemos luchar contra el impulso de tomar los fracasos, las caídas y los descensos, personalmente. Ya se tendrá el tiempo para reflexionar en el impacto de cómo estas situaciones nos afectarán personalmente. Pero tu preocupación como Líder debe enfocarse en los que te siguen y confiaban en ti, para perseverar en un propósito común.

No te equivoques como líder o como jefe, el hecho de enfocarte en los demás cuando tu ego, tu autoestima, y tu valor propio están en juego, sin duda requiere de mucha fuerza interna, dominio propio, templanza o carácter.  Pero es precisamente esta reacción la que marca la diferencia entre un líder y un gran líder. Un gran líder, primero entiende a los demás y luego se hace entender; un gran líder enseña, transmite valores y conocimientos; un gran líder genera sinergia y hace que sus seguidores trabajen en equipo; un gran líder maneja correctamente conflictos, negocia adecuadamente, asume riesgos y toma sabias decisiones; un gran líder tiene un pensamiento estratégico con innovación, iniciativa y creatividad; un gran líder desarrolla un Liderazgo por Valores*, en otras palabras un gran líder tiene la Torá grabada en su corazón y cumple sus Mitzvot con reverencia y temor.   *1 Libro de Liderazgo por Valores. (págs. 9 a 24)

Por otro lado, en la parashá Pinjas, los midianitas vieron que con la fuerza no podían doblegar al pueblo de Israel, y comprendieron que el poder de Israel se basa en la fidelidad a Principios Superiores Espirituales. Preguntémonos si nosotros como líderes estamos basados en Principios Superiores Espirituales y Bíblicos, pues estos son los que marcarán la diferencia y se convertirán en nuestra ventaja competitiva al fortalecer y dar a conocer nuestro carácter como líderes, pues como expresábamos en nuestro libro de Liderazgo por Valores en la página 158: “tu carácter determina, quien eres. Lo que eres determina lo que ves, y lo que ves determina lo que haces, recuerda: tu vida espiritual se expresa a través de tu carácter. Es por ello que el desarrollo del carácter es el centro del desarrollo de la vida interior del SER, y en consecuencia debe convertirse en su prioridad”.  Cuando escapamos de nuestras responsabilidades, la imaginación produce imágenes mentales, ídolos a quienes en ocasiones queremos imitar y así, sin darnos cuenta nos vamos debilitando hasta perder nuestra Identidad.

Aquel líder que sacrifica la paz por la calma, se hace cómplice de los enemigos de la paz, aquella paz que sobrepasa todo entendimiento, que es la que solo tenemos cuando estamos en la presencia del Padre Eterno.  No puede haber paz si no está basada en la verdad y la justicia.  Como lideres no lograremos construir una nueva realidad basados en la imaginación o en la mentira. El futuro pertenece a la cooperación mutua, pues solo la unión con base a valores y principios Superiores trae la paz, y esta se logra cuando tenemos sentido de pertenencia (identidad) y hacemos parte de un clan o grupo.  Un futuro mejor depende de la integridad, la rectitud y la ética, y no de la mentira, el miedo o el terror. Pactar con la mentira, el miedo o el terror señala la debilidad del Liderazgo, como lo hizo Zimrí, quien dejó de lado la Torá y actuó emocional e instintivamente ante la tentación de la mujer midianita.  Zimrí, decide basado en sus deseos carnales y así sacrifica lo trascendental por lo presente. Pinjas representa esa paz, y esa fuerza interior, que prevé lo que va a suceder, y que teniendo claridad en su identidad y su propósito, con su decidida manera de actuar, frenó la plaga que había sobre su pueblo. Como Pinjas debemos mantenernos firmes en nuestra Fe, celosamente defender nuestras creencias, y ser referente de no consentir el pecado a nuestro alrededor, ni alinearnos a las tergiversaciones de este mundo donde se llama “bueno, sabiendo que es malo” (Isaías 5:20).

Como Pinjas nuestro propósito es cuidar, vivir y transmitir el judaísmo de Yeshua, con celo, con paz de saber que hacemos lo correcto, con reverencia por la presencia del Eterno, y desde una vida práctica, siguiendo ordenanzas bíblicas, cumpliendo con las fiestas y con los mitzvot que nos corresponden.  Nosotros como mesiánicos creyentes y líderes debemos fundamentar nuestra vida, nuestra identidad y nuestro actuar en el auténtico coraje, aquel que resulta de la vivencia de los Valores, de los Principios Éticos, de los Principios Bíblicos y de los Principios Superiores Espirituales.  Como afirmamos en la página 141 de nuestro libro de Liderazgo por Valores: Los Principios son leyes naturales atemporales que gobiernan el desarrollo de la vida, la efectividad personal, y las relaciones interpersonales. Los Principios son verdades eternas y profundas de aplicación universal, son inmutables, son inquebrantables, son objetivos, son externos al ser, aplican en todo momento y en todo lugar, son faros y como guías de luz que iluminan tu camino para conducirte por senderos de justicia y de verdad, con el propósito o meta de que no caigas.  Los Principios están dados en la Torá, en la Palabra de DI-S y nos guían para que no caigamos como se afirma en el libro de Salmos 119:105 “Lampara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino”. La Torá afirma nuestro caminar, es decir tendremos la certeza de dar pasos firmes y la seguridad de “a dónde vamos”, es decir, cumplir nuestro propósito y destino, que el Eterno ha señalado para nosotros.

Es por todo lo anterior que debemos ser líderes mesiánicos, que afirmamos nuestra identidad en nuestro Mashia Yeshua, pues con él somos hijos y co-herederos (Romanos 8:17), y con él que es nuestro camino, la verdad y la vida, cumplamos nuestro propósito: vivamos, apliquemos y transmitamos los Principios y los Valores de la Torá Su Palabra, fortaleciendo nuestro Carácter, viviendo en justicia, para impactar positivamente a nuestro círculo de influencia, y trascender para que nuestra vida, no sea una vida estéril, sino que pueda dejar un legado, una huella imborrable en cada uno de nuestras generaciones y de nuestros seguidores. Como Pinjas, como Yehoshua, como Eliyaju, como el Rey David, vivamos con ese celo por la Torá, La Palabra, el Templo… “El celo por tu casa me consume” Salmo 69:9, y como nuestro Mashia Yeshua,quien también nos enseñó del celo por la purificación del Templo, Juan 2:13-25, vivamos con propósito de servir, guiar a otros y transmitir el mensaje de la Torá,de forma práctica, desde nuestra labor y estilo de vida, con celo por nuestra fe, no contaminada; celo por la Kehilat, como nuestro lugar de reunión y crecimiento espiritual; celo por su casa (el Mishkan) nuestro Templo, el cual debe ser guardado en Santidad, en Recato y en Respeto, porque somos templo de DI-S, donde habita la Ruaj HaKodesh.

Shavua Tov

LuisGabriel Forero & Stella Díaz de Forero

Ingeniero Industrial y Terapeuta del Lenguaje y la Comunicación, Empresarios, Executive Master Coachs, Conferencistas.

Su propósito: Transformar vidas desde su empresa de Consultoría Gerencial en Liderazgo, SoftSkills y Habilidades Directivas; todo fundamentado en valores.
Son Cabeza del Ministerio de Empresarios & Emprendedores Yovel