Espíritu de Coré

Por: Martha Tarazona

Este artículo define qué es el espíritu de Coré y cómo podemos hacer rectificación en nuestra vida

¿Quién era Coré?
Era descendiente de una familia levita. Los hijos de Leví fueron Gerson, Coat y Merari, entre los descendientes de Coat está Izhar; padre de Coré, por lo tanto, su abuelo fue Coat y su bisabuelo Leví [Núm. 3:17-19].

¿Por qué se reveló Coré?
En esta rebelión no solo participó Coré, sino Datan, Abiram, On hijo de la tribu de Rubén y 250 varones de los hijos de Israel de renombre, príncipes de la congregación. Estos se revelaron contra Moisés y Aarón, diciendo que toda la congregación era santa y HaShem estaba en medio de todos [Núm. 16:1].

¿Cómo se defendió Moisés?
Moisés se postró sobre su rostro y colocó este asunto delante de HaShem y dijo a Coré y a sus seguidores: “Mañana mostrará HaShem quién es suyo, y quién es santo, y hará que se acerque a él; al que él escogiere, él lo acercará a sí. Haced esto: tomaos incensarios, Coré y todo su séquito, y poned fuego en ellos, y poned en ellos incienso delante de HaShem mañana; y el varón a quien HaShem escogiere, aquel será el santo; esto os baste, hijos de Leví [Núm.16:5-7].

¿Qué sucedió con el incienso?
Se acercó Coré y su séquito con 250 incensarios y Aarón con su incensario, echaron en ellos incienso y se colocaron a la puerta del tabernáculo de reunión y apareció la gloria de HaShem, y los iba a consumir a todos, pero Moisés y Aarón se postraron y pidieron que no los destruyera a todos. El Eterno, escuchó su clamor, y apartaron a Coré, Datán, Abiram, sus mujeres y sus hijos. Por petición de Moisés a HaShem la tierra que estaba debajo de ellos, abrió su boca y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré y a todos sus bienes y descendieron vivos al Seol. También salió fuego de delante de HaShem y consumió a los 250 hombres que ofrecían el incienso [Núm. 16:17-35].

¿Qué pasó con los que vieron el milagro?
En el momento, huyeron y decían: no nos trague también la tierra. Al día siguiente, se juntó la congregación contra Moisés y Aarón, murmuraron diciendo que ellos habían dado muerte al pueblo del Señor, y la gloria de HaShem llenó el tabernáculo de reunión y los iba a consumir a todos, pero Moisés y Aarón se postraron y pidieron que no los destruyera a todos; como pasó con Coré y su séquito. Sin embargo, en este caso ya la mortandad había comenzado en el pueblo, y Moisés pidió a Aarón que corriera a la congregación, tomara el incensario y colocara incienso como expiación por el pecado y cesó la mortandad después de morir 14.700 personas [Núm 16:41-50].

¿Cómo les dejó claro HaShem a los que quedaron vivos que Aarón era el escogido?
HaShem le dice a Moisés, que los hijos de Israel tomen una vara y coloquen el nombre por cada casa de sus padres, el nombre de Aarón se escribirá en la vara de Leví y las debían poner en el tabernáculo de reunión, y que florecería la vara del varón que él escogiera y cesarían así las quejas de los hijos de Israel contra Moisés y Aarón. Al día siguiente la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido y arrojados renuevos y producido almendras. Y dijo HaShem a Moisés: “Pon la vara de Aarón permanentemente delante del arca del pacto para que sirva de advertencia a los rebeldes. Esto deberá poner fin a las quejas contra mí y evitará más muertes” [Núm. 17:10].

Este fue otro milagro que HaShem hizo a la vista de todos, porque en lo natural no es posible que una vara que ya está cortada, y no recibe la sabia para crecer, pueda en un día reverdecer, y no solo eso, sino arrojar renuevos, es decir otras ramas y dar fruto. Aquí podemos extractar que la sabia es Yeshúa, y reverdecer es volver a vivir, es decir la resurrección, aquí la señal al pueblo es que Aarón era el sumo sacerdote, mostrada en una vara que volvía a vivir, nuestra señal es que Yeshúa es nuestro sumo sacerdote y resucitó. Un sacerdote es un constructor de puentes entre HaShem y los hombres y viceversa [1]. Mas ahora, gracias al sacrificio de Yeshúa, nosotros tenemos entrada al trono de su gracia, ya que somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Di-s [1P. 2:9].

¿Cuál fue el pecado de Coré?
Coré estaba pidiendo un puesto que no le correspondía, y había sido dado por el Eterno a Moisés y Aarón, este deseo de su corazón lo llevó a agrupar la gente en contra de los siervos de HaShem, a hablar mal, a rebelarse, a desobedecer, a calumniar, a autoproclamarse y esto lo llevó a tal punto que la tierra se abrió y los tragó vivos.

¿Cómo podemos rectificar en nuestra vida el espíritu de Coré?
La parashá koraj, se centra en la murmuración y sublevación contra una autoridad impuesta por HaShem. Anteriormente, vimos que murió Coré y todo su séquito de 250 por haberse revelado, pero aún murieron muchos más; 14.700 personas, por haber visto los milagros de HaShem y seguir con la murmuración y la queja.
Pablo cita en la carta a los Romanos, que debemos someternos a todas las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Di-s, y las que hay, por Di-s han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Di-s resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos [Rom. 13:1-2]. El espíritu de Coré, es un espíritu de queja, murmuración, mentira, rebeldía, de buscar adeptos, crítica, es una manifestación de la carne; enemistades, pleitos, celos, iras, disensiones, de las cuáles se acarrea condenación y los que practican tales cosas no heredarán el reino de Di-s [Gál.5:19].

Muchas veces hemos caído en la queja y murmuración de nuestros superiores, sean autoridades espirituales, gubernamentales, laborales, familiares, y nos hemos dejado llevar por el espíritu de Coré, por las obras de nuestra carne, porque falta sanidad en nuestra alma y debemos rectificar delante de HaShem y ser humildes y aceptar que HaShem es el que pone reyes y quita reyes, el que da y el que quita. Es el momento de rectificar este espíritu de queja, crítica y murmuración que aflora en nuestra vida y ofrecer incienso al Eterno, como lo hizo Moisés para detener la mortandad, y el incienso que podemos ofrecer es nuestra oración, arrepentimiento y rectificación por medio de nuestro sumo sacerdote Yeshúa HaMashia.

REFERENCIAS

Martha Tarazona

Miembro de la comunidad Yovel, Dra. Ingeniería de Alimentos. “Nada tenemos que no hayamos recibido” [1 Cor. 4:7]