En sus marcas, listos… ¡Confía!
Por: Familia Barrios Lara
¿Qué hace la diferencia entre ser víctimas de las circunstancias o ser capaces de transformarlas?
La parashá de esta semana narra los últimos días de la vida de Yacob y de Yosef e introduce 3 conceptos muy importantes de nuestra fe: la bendición hacia los hijos, el perdón y el concepto de providencia divina.
Antes de su muerte, Yaakob manda a llamar a sus nietos y hace una poderosa declaración que se cumple cada semana en nuestra apertura de shabat “Aquel día Jacob los bendijo así: «Ésta será la bendición que en Israel se habrá de pronunciar: “Que Di-s cuide de ti como cuidó de Efraín y de Manasés.” » De este modo, Israel dio a Efraín la primacía sobre Manasés” [Gn 48:20].
También por primera vez se registra el acto de pedir perdón de una persona hacia otra “«Díganle a José que perdone, por favor, la terrible maldad que sus hermanos cometieron contra él. Así que, por favor, perdona la maldad de los siervos del Di-s de tu padre.»Cuando José escuchó estas palabras, se echó a llorar” [Gn 50:17].
Pero tal vez lo que más nos sorprende es la manera en la que Yosef reconoce la providencia divina sobre su vida “Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Di-s transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente” [Gn 50:20].
¿Qué entiendo el judaísmo por providencia divina? Se refiere al control absoluto de Di-s sobre todo lo que ocurre en el mundo, hasta la circunstancia más insignificante, como la caída de una hoja de un árbol (Baal Shem Tov). Esto no nos quita el libre albedrío, ni nos exime de nuestra responsabilidad individual, ya que, si bien Di-s decide todo lo que pasa en el mundo, no decide quién lo va a ejecutar(1).
¿De dónde infieren los sabios este concepto? En la Torá, se narra como.Di-s le dijo a Abraham que sus descendientes iban a ser oprimidos durante 400 años por medio de un pueblo ajeno, luego, Di-s mismo jugaría al pueblo opresor y los israelíes saldrían con mucha riqueza. [Gn 15:19-20]. Sin embargo, Di-s no decretó, cuál egipcio en particular los iba a oprimir; de esta manera, cada egipcio pudo decidir si oprimía a Israel -como lo hizo el Faraón -, o si se unía a ellos, como lo hicieron quienes se les unieron y los acompañaron al salir en Pesaj [Ex 12:38] (1).
¡Y precisamente esa, fue la conciencia que alcanzo Yosef! La certeza de que tanto lo bueno, como lo aparentemente “malo” viene del Eterno. Como diría Rab Shaul: “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito” [Rom.8:28].
En eso consistió la grandeza de Yosef, en reconocer la mano del Eterno en casa cosa que le ocurrió: el odio de sus hermanos, su venta como esclavo, su injusto encarcelamiento… todo fue necesario para que Di-s cumpliera el plan en su vida, y esa certeza fue la que le permitió perdonar a sus hermanos, al colocar la confianza en el plan de Di-s, por encima de cualquier resentimiento que tuviera en contra de ellos (2).
Esa fue la forma en la que Yeshúa, como Mashiaj, vivió entre nosotros; pues aunque tenía naturaleza divina, renunció a ella para hacerse semejante a nosotros [Fil 2:6-7], y poder tener compasión de nosotros ya que sufrió nuestras mismas pruebas, aunque no cometió pecado [Heb 4:15]. Incluso, su sufrimiento fue tan grande, que antes de morir en la cruz, mientras oraba, la angustia hizo que su sudor fueran como gotas de sangre que caían a tierra [Lc 22:44]. Pero aún así, renunció a su propia voluntad y prefirió reconocer la mano del Padre en su sufrimiento “…Yeshúa, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe,quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Di-s” [Heb 12:2].
Cuando decidimos caminar de mano del Eterno, Él no nos promete una vida libre de problemas, sin deudas, enfermedades ni conflictos familiares… más bien su promesa, es que en medio de esas dificultades podríamos encontrarlo, tal como nos enseñó Yeshúa “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”.
¡Shavua tov!
Referencias:
(2) Rab J. Sacks. Sobreviviendo al fracaso. En: https://rabinosacks.org/2015/12/24/vayeji-5774-sobreviviendo-al-fracaso/
Por familia Barrios Lara
Somos Deivy Barrios y Natalia Lara, casados desde el 2016, padres de 3 pequeños y comunitarios de Yovel.***