LEVÁNTATE… Y PERMANECE ALLÍ

Por: Moshé Hernandez

“Entonces Di-s dijo a Jacob; ‘¡Levántate! Dirígete a Bet-El y permanece allí. Haz un altar allí al Di-s que se te apareció cuando huiste de tu hermano Esaú” (Gn 35:1 TLV).

En este pasaje tenemos una clave para lograr imbuirnos de la manera correcta y apropiada delante de la Presencia Divina y de esa manera lograr apegarnos a Él de manera cotidiana. De aquí aprendemos que para encontrarnos con la Presencia Divina hay que ser diligentes y actuar de manera activa continuamente.

¡Levántate!

Rashi comenta que esta orden de parte del Eterno al patriarca Iaaqov se debe a que se demoró en cumplir el voto que había hecho en ese mismo lugar 20 años atrás cuando huía de su hermano Esav.

Cuán importante es movilizarnos de manera apropiada para poder servir a HASHEM, como nos dice el Kitzur Shuljan Aruj 1:3 citando una Mishná de Pirkei Avot 11:23: “…y fuerte como un león para cumplir la voluntad de tu Padre Celestial”, con respecto a esto Iehudá Ben Teima enseña que ser fuerte como un león se refiere al corazón porque la fuerza empleada para servir a HASHEM, Bendito sea, reside en el corazón. Y esto es importante porque, aunque “Avodat HASHEM” (Servicio a HASHEM) está relacionado con actividad física, requiere en primer lugar de fortaleza espiritual y voluntad, y el corazón es el asiento de estas emociones. Asimismo, Iehudá Ben Teima urge que uno fortifique su corazón para servir a HASHEM y vencer la inclinación al mal para conquistarla tal como un hombre fuerte conquista a su enemigo, venciéndolo y sometiéndolo sobre el suelo.

Y permanece allí.

Sforno nos indica que la expresión traducida como ‘y permanece allí’ (ושב שם) era “una invitación para que se preparara mental y espiritualmente antes de comenzar a construir el atar que tenía en mente erigir. Esto se asemeja también a lo que nuestros Sabios han descrito como estar en la actitud en la cual ellos se preparaban para orar y acto seguido relajarse para perseguir las actividades mundanas.”

El Talmud (Berajot 30) enseña que los Sabios empleaban 1 h preparándose antes de iniciar sus oraciones y luego empleaban 1 h relajándose antes de imbuirse en los negocios para obtener su sustento diario.

El significado de la expresión “y permanece allí” también puede significar que Di-s le dijo a Jacob que se asentara en Bet-El en preferencia a la ubicación que tenía en ese momento al estar cerca de la localidad de Shejem. No debía asentarse en otro lugar hasta que hubiera construido un altar en el lugar donde había experimentado la visión de la escalera (Or HaJaim). Esto nos enseña que antes de emprender cualquier travesía debemos volver al lugar donde nos encontramos con HASHEM y erigir un altar de gratitud por Su bondad y cuidado desde entonces.

Aumenta en santidad.

Leemos en el versículo 2 del capítulo 35 lo siguiente: “Así que Jacob dijo a su casa y todos los que estaban con él: ‘Desháganse de los ídolos ajenos que hay en medio de ustedes. Purifíquense y cámbiense la ropa’. Este texto gira en torno a aquellas cosas físicas que no solamente impurifican material sino espiritualmente: avodá zará. Los hijos de Israel claramente no eran un pueblo idólatra, sin embargo, al haber desposeído a Shejem de sus ídolos, se habían hecho susceptibles de impureza, por lo cual para acercarse a HASHEM debían purificarse y cambiarse de ropa.

Después de levantarse y permanecer en un lugar apropiado es necesario purificarse y cambiarse de ropa para acercarse a HASHEM con la actitud correcta y la postura apropiada. Esto se lama aumentar en santidad (ma’alin baqodesh) y algo que caracteriza a una persona que está lista para tener un encuentro personal con HASHEM, por eso está escrito: “Porque Yo soy HASHSEM su Di-s. Por lo tanto, santifíquense ustedes mismos y sean santos porque Yo soy santo…” (Lv 11:44) y también se dice: “…y el justo siga haciendo justicia, y el santo santifíquese más” (Rev 22:11).

Deshazte de la avodá zará.

Una vez has aumentado en santidad es necesario deshacerte de toda la avodá zará que te había impurificado previamente, una vez ese servicio ha dejado de significar algo se debe enterrar. Ramban no explica que un ídolo y las cosas que le pertenecían no se categorizan como objetos que requieran ser enterradas y para las que un entierro sea suficiente, por el contrario deben ser hechas pedazos y esparcidas al viento o arrojadas al mar (Avodá Zará 43b). Si eso es así, ¿por qué Jacob enterró los ídolo en lugar de destruirlos? Porque los hijos de Jacob no tomaron los ídolos y las cosas que les pertenecían de Shejem hasta que fueron anuladas y se hicieron permisibles para ellos tenerlas. Sin embargo, por causa de la pureza de las cosas sagradas, Jacob ordenó que se deshicieran de ellos para que pudieran adorar apropiadamente a Di-s y ofrecerle sacrificios, por eso los enterró.

Que podamos ascender en santidad al levantarnos y apurarnos a servir a HASHEM luego de habernos purificado y deshacernos de cualquier idolatría en medio nuestro para que podamos santificarnos apropiadamente y así adorar a Di-s con la actitud correcta.

¡Shavua Tov!

REFERENCIAS

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Moshé Hernandez

Psicólogo de la Konrad Lorenz Fundación Universitaria. Gabai de la Comunidad Mesiánica Yovel, maestro del ministerio Yeladim, miembro del ministerio de Danzas. Apasionado por el hebreo y otros idiomas.