LA BENDICIÓN DEL POZO
Por: Martha Tarazona
¿Deseas ser bendecido en todos tus caminos? Busca el pozo correcto y la hallarás.
El lugar donde nos encontramos o a donde vamos delimita un espacio de bendición en nuestra vida, lo vemos en la vida de Isaac. Su padre Abraham le pidió a su siervo que buscara una esposa para su hijo que no hiciera parte de las hijas de los cananeos, más bien que fuera una mujer de su tierra y de su parentela, así fue que el siervo llegó hasta la ciudad de Nacór, junto a un pozo de aguas, oró al Eterno y dijo “que la doncella a quien yo dijere: baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor” [Gén. 24:12-14]. Esta palabra se cumplió y Rebeca fue esta mujer, y desde el pozo llegó la bendición a Isaac, “Y la trajo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre” [Gén.24:67].
Pero la bendición del pozo continuaba, no solo era el haber encontrado mujer, había algo más, el lugar era muy importante. Dios le dijo a Isaac “habita en la tierra que yo te daré, habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo” [Gén. 26:2-3]. Esta tierra era Gerar (גרר) es la palabra # 6342 del strong que significa país montañoso, ciudad filistea [1], equivale al # 403 por gematría, el cual tiene el mismo valor para shabat Shalom: “Shabat” se origina de la palabra “Shevitá”, que significa parar, detenerse, descanso, inactividad y “Shalom”, es una palabra usada como un saludo y se refiere a un estado de armonía, de paz, tranquilidad, de bienestar tanto entre las personas como en su relación con el eterno [2].
¿Qué tenía que ver Gerar con los pozos? En Gerar Abraham su padre había abierto pozos pero los filisteos los habían cegado y llenado de tierra [Gén.26:15].
Sin embargo, Isaac, si sabía la bendición que traían los pozos “ Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua” [Gén. 26:18]. Y al hallar aguas vivas riñeron los siervos de Gerar con los siervos de Isaac. Y estos pozos fueron llamados Esek (contención), Sitna (Enemistad), Rehobot (lugares amplios y espaciosos) porque en este último pozo no riñeron. Llegó a Beerseba y abrieron los siervos de Isaac otro pozo (Sheba-juramento) y hallaron agua y el Eterno le dijo “te bendeciré y multiplicaré tu descendencia por causa de Abraham mi siervo” [Gén.26:24].
La vida de Abraham y su hijo Isaac tuvo similitudes, por ejemplo mintieron a Abimelec que Sara y Rebeca eran sus esposas por temor de que los mataran. En ambos casos el Eterno impidió que Abimelec o sus hombres deshonraran a estas mujeres. Tanto Sara como Rebeca eran mujeres hermosas y estériles. Sin embargo el Eterno abrió sus matrices. Abraham y Sara eran de edad avanzada, era Abraham de 100 años cuando le nació su hijo [Gén. 21:5] y Sara de 90 años [Gén. 17:17]. Isaac se casó con Rebeca cuando tenía 40 años [Gén. 25:20] y tenía 60 años cuando nacieron sus hijos. Según el zohar era necesario que alcanzara ésta edad de sabiduría para poder dotar a Jacob su heredero espiritual de la mayor perfección posible [3]. Es decir, que Isaac esperó 20 años que sus oraciones fueran respondidas “y oró Isaac al Eterno por su mujer que era estéril y lo aceptó el Señor y concibió Rebeca su mujer” [Gén. 25:21] y Rebeca tuvo a Esaú y Jacob. Y en la tercera generación, se repite la historia, con Jacob y Raquel, mujer hermosa y estéril, pero el Eterno abrió su matriz y concibió y dio a luz un hijo [Gén. 30:24].
Abraham e Isaac tuvieron que ver con los pozos, pero Jacob también, lo vemos en el relato de Yeshúa y la samaritana, cuándo ésta le dijo ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? Respondió Yeshúa y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. [Jn. 4:12-15].
Estos pozos de agua viva (חיים מים, Maim Jaim) representan a nuestro mesías Yeshúa, si nosotros le pedimos Él nos dará agua viva [Jn. 4:10] y sacaremos con gozo aguas de las fuentes de la salvación [Is. 12:3].
¿Deseas ser bendecido en todos tus caminos? Busca el pozo correcto que es Yeshúa nuestro Mesías “Y Yeshúa dijo, Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” [Jn. 7:37-38]. Amado lector, que realmente corra de nuestro interior el agua viva que nos limpie y purifique y seamos instrumento para llevar a muchos a beber de este pozo.
Referencias
[1] Strong, James (2003). Concordancia Strong exhaustiva de la biblia. Editorial caribe.
[2] Disponible en: https://www.delacole.com/expresiones-judias/shabat-shalom.shtml
[3] Munk, E. (2001). La voz de la torah. Comentario del Pentateuco. Segunda edición. Págs. 1876.
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Martha Tarazona
Miembro de la comunidad Yovel, Dra. Ingeniería de Alimentos. “Nada tenemos que no hayamos recibido” [1 Cor. 4:7]