Amaras a Adonai, tu Di-s con todo tu corazón
La nueva tendencia de los consumidores es hacia una alimentación más consciente y saludable. En el primer mandamiento Shemá Israel, el Eterno relaciona el amor hacia Él con el corazón, la mente y las fuerzas. Este artículo muestra la relación de la salud con amar a Di-s con todo el corazón.
Una de las oraciones más conocidas en el humanidad desde hace miles de años es: Shemá (escucha) Israel שמע ישראל [Dt. 6:4-9], está oración no está escrita solo en la Torá, sino que Yeshúa la ratifica en el nuevo testamento (Brit hadashá o pacto renovado): “acercándose uno de los escribas…le preguntó cuál es el primer mandamiento de todos? Yeshúa le respondió: el primer mandamiento de todos es: Oye Israel; el Señor nuestro Di-s el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Di-s con todo tu corazón, con toda tu mente, con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento” [Mt 12:28-30].
El Shemá, es una de las grandes oraciones del judaísmo la cual define a Di-s como absoluta unidad [1]. De acuerdo a la respuesta de Yeshúa es el principal mandamiento, es decir, es para todos los que creemos que Yeshúa es nuestro salvador. Esta oración se dice tres veces al día: oración de la mañana (Shajarit), tarde (Minjá) y noche (Arvit), cada Shabbat y en Yom Kippur [1]. Es tan importante, que antes de morir, cuando el fin de una persona es ya inminente, el moribundo pronuncia su última oración: vidui o confesión y termina con el Shemá [2]. Por ello, en los relatos del gueto de Varsovia y de otros lugares donde los nazis asesinaron a los judíos, los testigos mencionan que oían a las víctimas rezar el Shemá Israel (cf. Leociak 1997: 297-303, citado en [3]).
Esta oración también dice que escribirás éstas palabras en los postes de tu casa y en tus puertas [Dt. 6:9]. De allí surge el “símbolo del poste o mezuzá”, la cual es un pergamino que contiene los dos primeros párrafos del Shemá [Dt. 6:4-9], enrollado el pergamino, se le coloca en un estuche de madera, metal o cristal, que tiene una pequeña abertura, a través de la cual se distingue la palabra Shaday, todopoderoso escrita en el dorso del rollo, se fija la mezuzá en el lado derecho de la puerta principal y todas las habitaciones, esto recuerda al que entra y sale de ella, quién es el creador de todo lo que somos y poseemos [2].
Y amarás a Adonai con todo tu corazón.
La palabra corazón, significa encerrar (como con gordura, grasa) (strong # 3824, de # 3823 y también usado como # 3820 לֵב), transportar o inutilizar. La palabra Leb – לֵב utilizada como el intelecto, de manera similar para el centro de cualquier cosa. También la palabra # 3516 kabéd – כָּבֵד, tiene el significado de corazón e hígado. De acuerdo a las definiciones se relaciona corazón e hígado, también su significado como grasa, transportar y el centro de una cosa. Si relacionamos éstos conceptos con el proceso de digestión podemos encontrar la riqueza de la similitud en los dos términos.
¿Cuál es la relación del hígado y el corazón?
El proceso de digestión comienza en la boca donde los alimentos son triturados y se forma el bolo alimenticio que pasa por la faringe continúa por el esófago y llega al estómago donde los alimentos son procesados por enzimas. Luego este alimento procesado llega al intestino delgado donde se absorben la mayoría de los nutrientes, posteriormente transitan al intestino grueso y por último son excretados en las heces fecales. Después que se absorben los alimentos en el intestino delgado, éstos pasan al torrente sanguíneo. Una vez digeridos los alimentos pasan primeramente al hígado, después el hígado los transporta directamente al corazón, por lo tanto hay nutrientes que llegan directamente al corazón.
Debido a esto, el hígado está directamente relacionado con el corazón
El hígado tiene la capacidad de distinguir las toxinas y sustancias extrañas y puede convertirlas en moléculas que se desechan fácilmente del organismo (riñón-orina o intestino-heces). El hígado es el órgano más importante para mantener la bioquímica corporal necesaria para tener una buena salud. Sin embargo, en algunas personas, el hígado puede estar cargado y por lo tanto ser incapaz de detoxificar el organismo, por ello, la alimentación juega un papel importante.
El consumo de zumos frescos y alimentos vegetarianos sólidos crudos y cocinados consumidos en cantidades generosas, estimulan el metabolismo, eliminan las toxinas y mejoran las funciones lentas de eliminación de sustancias de desecho por parte del hígado y los riñones. Por otra parte, se debe disminuir la grasa y el exceso de sodio en la dieta [4]; es decir, la sal que es cloruro de sodio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo máximo de 5 g de sal/día, que corresponde a 2000 mg o 2 gramos de sodio. Sin embargo, la American Heart Association (AHA), promueven la reducción global de la ingesta a 1.500 mg o 1,5 gramos de sodio (3,75 g de sal/día).
Las personas pueden contribuir a su salud y longevidad y por lo tanto es incorrecto exceptuarse de la obligación de cuidar la salud alegando que todo está en “manos de Di-s”. La salud o la debilidad corporal depende principalmente de la digestión de los alimentos, si éstos se digieren fácil y correctamente, la persona estará sana. Más si el proceso de digestión se deteriora la persona se debilitará, e incluso llegará a estar en situaciones de peligro. Di-s nos libre (Kitzur Shulján Aruj, 32:2, citado en [5])
Comer bien para tener fuerza y vivir muchos años para estudiar la sagrada torá [5] y para amar a Di-s con todo el corazón o hígado y cumplir así el primer y más importante de los mandamientos: Shemá Israel, el Señor nuestro Di-s el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón…
Referencias
[1] Shapira Itzhak (2019). Yeshiva Shuvu https://spanish.yeshiva.shuvu.
[2] Schlesinger, E.C. Tradiciones y costumbres judías. Editorial Israel. Séptima edición 1970. Págs. 231, 243.
[3] August-Zarebska, A. (2012). Testimonios poéticos del aniquilamiento de la comunidad sefardí de Salónica. Itinerarios: revista de estudios lingüisticos, literarios, históricos y antropológicos, (15), 141-158.
[4] Gerson Charlotte y Walker Morton. La terapia Gerson. 5 edición, 2016. Ediciones Obelisco. Págs. 519.
[5] Asjayek Yejezkel. Una vida Saludable. 2012. Págs. 352.