PESAJ: DE LA ESCLAVITUD A LAS SENDAS DE JUSTICIA

Por Luis Gabriel Forero y Stella Diaz.

En los días de Pesaj, celebramos la liberación de la esclavitud, tanto física como espiritual.

La comunidad judía en el mundo entero comienza a celebrar esta semana, la festividad de Pésaj, que conmemora y recuerda la salida de Egipto del pueblo israelita y el fin de la esclavitud tras más de doscientos diez años de sumisión y sometimiento. Este suceso es considerado el momento del nacimiento del pueblo judío.

En los días de Pesaj, celebramos la liberación de la esclavitud, tanto física como espiritual. En esta época de Pesaj, debemos experimentar la libertad, estar libres de opresión y del yugo de personas o de situaciones que nos agobian, nos limitan o nos esclavizan, evitando o rechazando todo abuso de poder.

Sin embargo, el concepto de libertad implica ser responsables de nuestras acciones, emociones y conscientes de pensamientos, para reflexionar sobre nuestro actuar, para ponderar las consecuencias que podamos generar en nuestros semejantes y en nuestro círculo de influencia, sin dejarnos llevar por los intereses que impiden que actuemos con sensatez, raciocinio y temor al Eterno.

Reflexionemos sobre lo primero que los esclavos hebreos le dicen a Moshé recién salen de Egipto (Mitzraim): ¡Queremos volver! ¡Allí teníamos comida y trabajo! Y la labor de Moshé quien pasó el resto de su vida enseñándoles en esencia una sola lección: saquen Egipto de sus cabezas, miren lo que hay adelante ¡Cambien! ¡Transfórmense!. En ocasiones somos tan tercos como el pueblo de Israel, queremos que HaShem obre a nuestro favor, sin querer nosotros cambiar, a pesar de no estar bien.

La invitación es ser decididos, arriesgados y osados; debemos cambiar lo que no nos aporta o suma en nuestro propósito personal y profesional, debemos olvidar, perdonar, sanar y permitir al Eterno que trabaje en nuestro proceso de transformación. Esto no significa olvidar todo lo que hemos vivido y aprendió en la vida, porque si no sabemos de dónde venimos, es muy difícil saber a dónde queremos ir, ni reconocer cómo llegamos a dónde llegamos. Lo más increíble del relato es que, a pesar de todo el esfuerzo y los milagros en la salida de Mitzraim, en el cruce del mar rojo, en el desierto, etc., se necesitó finalmente una nueva generación, porque la que salió de Egipto en el fondo «nunca salió Egipto de su corazón». El Eterno nos exhorta a través de su Palabra a NO amoldarnos al mundo actual, sino transformarnos por medio de la renovación de nuestra mente (pensamientos, conocimiento, experiencias, hábitos, sesgos cognitivos, emociones, etc.), para comprender que su voluntad para con nosotros, es buena agradable y perfecta (Romanos 12:2).

Y como empresarios, ¿qué debemos hacer para ser verdaderamente libres?: Debemos soltar y deshacernos de todo aquello que nos ata, nos esclaviza, nos encadena, nos agobia, o nos limita, a pesar que en ocasiones no somos conscientes del sometimiento que estamos padeciendo. Pues la tarea más difícil para Moshé, no fue sacar a los judíos de Egipto, sino sacar Egipto de los judíos. Los israelitas, se habían habituado tanto a su estatus de esclavos que habían prácticamente perdido toda esperanza en mejorar la situación, pues ya la habían aceptado y hasta se sentían cómodos en Mitzraim. El milagro fue atreverse a soñar que una nación tan poderosa como Egipto, puede ser derrotada y que “el que era esclavo, ahora puede ser libre”. Y esto mismo es lo que puede suceder en nuestros días, en ocasiones nos esclavizamos con nuestros pensamientos limitantes, “esto es imposible, no nos lo merecemos”, o a veces como empresarios somos esclavos del trabajo, la empresa nos atrapa, nos absorbe tanto, que limita nuestro tiempo, nos impide disfrutar la vida y cumplir mandamientos, como el Shabat.

Como Empresarios es normal querer supervisar todo, pero en ocasiones se cae en el “multitasking”, queriendo hacer múltiples labores, en lugar de delegar. Y esto nos afecta y puede reducir el talento de nuestros colaboradores. En alguna ocasión, en nuestro caso, nuestros colaboradores solían recurrir a nosotros para que se les solucionara todo, y en otros casos, no delegábamos por temor a que “no sabían” o “no la harían tan bien, como lo haríamos nosotros” … y esto es un gran error que esclaviza al empresario. Por eso, una de las recomendaciones que damos a quien inicia un negocio, es saber delegar sabiamente. Delegar todo aquello que un colaborador o subordinado pueda hacer igual o mejor que nosotros, y así, ocupar diligentemente nuestro tiempo gerencial, para asuntos más importantes o de mayor envergadura.

En segundo lugar, para evitar la esclavitud en la empresa y salir de ese Egipto (de nuestra mente y corazón), es permitir que las personas se desarrollen y se capaciten, dándoles la oportunidad de aprender, estudiar, innovar, aplicar conocimientos, dirigir proyectos, etc., a tal punto que sean capaces de sustituirnos o asumir un cargo directivo en algún momento. Si no hay otros que se preparen para hacer el trabajo, jamás podremos retirarnos, y se corre el riesgo que la empresa o nosotros colapsemos. Así como Jetro le sugirió a Moshé que nombrara jueces, para que le ayudarán en el trabajo de juzgar y aconsejar al pueblo (Éxodo 18:14-27). Igualmente, debemos formar un equipo capaz y preparado para tomar las riendas del negocio; así mismo Yeshúa nos dio ejemplo, formando, compartiendo y preparando a sus discípulos (Mateo 4:18-22 y Marcos 3:13-19) para “hacer cosas aún mayores en su nombre”, lo cual permitió que trascendiera por generaciones. Como Empresarios, formemos un equipo sólido que incluya todos los perfiles de cargo claves para una empresa. Si como empresarios y emprendedores rompemos el molde de la esclavitud, seremos personas que veremos oportunidades y que asumiremos riesgos para obtener beneficios.

Una vez que tengamos todo lo anterior, podremos hacer crecer el negocio trabajando en el corto plazo, pero pensando a largo plazo (para trascender e impactar generaciones), en levantar la empresa de manera equilibrada para poder asumir el crecimiento. Debemos tener una visión clara del negocio para que nuestro equipo, materialice y haga realidad esa visión, apoyado en un sistema.

Así como Moshé tenía clara la visión que el Eterno le había dado de sacar al pueblo de Israel de la esclavitud, como podemos ver en el capítulo 3 del libro de Shemo (Éxodo), al cumplir Moshé el llamamiento divino de liberar a su pueblo y llevarlo a la tierra prometida donde fluye leche y miel, teniendo la certeza de que Di-s estaría con él.

Ten en cuenta que la gran diferencia entre un “autoempleado” y un “Empresario” es precisamente el uso de sistemas y la visión a largo plazo del negocio. Por un lado, el “autoempleado” cuanto más trabajo tiene, más horas tiene que dedicar, lo cual lo esclaviza, mientras que el “Empresario” crea sistemas, estrategias y prácticas, para que con su equipo cumplan la misión y alcancen la visión empresarial, sin la permanente dependencia del gerente. Así que reflexiona sobre estos principios, para iniciar un negocio, o piensa si la empresa que estás construyendo hoy, te esclaviza, o te dará libertad, sustento (parnasá tova dada por el Eterno), y calidad de vida el día mañana.

La historia nos dice que el camino que recorrió Moshé y su pueblo duró 40 años en el desierto del Sinaí. Un lapso que tenía su lógica, ya que Di-s deseaba dar paso a una nueva generación, fortalecida por los desafíos del desierto. Así mismo, los procesos que vivimos en ocasiones son largos y requieren esfuerzo, fe, transformación, dedicación y constancia. La Torá, dice que mientras el pueblo de Israel estuvo en el desierto atravesó diversas crisis, en las que se advierte que no había superado mentalmente su condición de esclavos para asumirse como un pueblo libre. Pensemos, si estamos viviendo en nuestra mente, en nuestro corazón o en nuestras actitudes, una condición de esclavos, que impiden vivir una libertad y tranquilidad.

Esta enseñanza del Éxodo de Egipto, aplica perfectamente para nuestra condición de empresarios, porque nos recuerda que, en muchas ocasiones nos aferramos a ideas equivocadas, a viejas maneras de hacer las cosas, a sesgos cognitivos, pensamientos limitantes, y todo esto es parte de la esclavitud mental y emocional, que nos impide crecer, cambiar y progresar. En esta fiesta de Pesaj, soltemos literalmente todo aquello que nos esclaviza, y que no nos permite avanzar, crucemos ese mar con determinación, con actitud de cambio, despojándonos de todo peso, ataduras, malos hábitos, miedos, para atravesar a la conquista de sueños, metas, propósitos personales, familiares, profesionales, ministeriales y empresariales. ¡Renovémonos! y que nunca nos pase como le sucedió al Faraón, al no poder concebir una realidad diferente, un mundo sin sus esclavos hebreos, termina no solo destruyéndose a sí mismo sino a todo su imperio.

El gran reto empresarial no se limita a la productividad y resultados, sino a procurar una vida de equilibrio que debe tener la Gerencia de cada Empresa o Negocio. Inadvertidamente y en otras ocasiones conscientemente, estamos esclavizados de uno o múltiples factores y situaciones que nos envuelven, agotan, agobian… Cómo creyentes de la Palabra del Eterno hemos sido liberados por el sacrificio de nuestro Mesías Yeshua. Pero, ¿estamos viviendo esa verdadera libertad? ¿estamos siendo luz y sal para otros?, ¿es nuestro estilo de vida congruente con nuestra fe? ¿somos justos con nuestros clientes, colaboradores, proveedores y todo nuestro círculo de influencia? ¿Nuestro trabajo, profesión, empresa, negocio, nos da libertad, o nos esclaviza? …

Teniendo en cuenta la parashá Vayikra sobre las ofrendas de sacrificio y que estamos además próximos a celebrar Pesaj 5783… Reflexionemos, qué tan dispuestos estamos a renunciar a todos los hábitos que nos atan y esclavizan, morir al ego, al orgullo, al intelecto, al cargo o a la profesión, y presentarnos como un sacrificio vivo, y con humildad acercarnos como el «korban» al trono de su gracia, dejarnos guiar por la luz del Mesías Yeshua, por la Torá hecha vida en nosotros, por medio de él, nuestro Rey de Justicia, renovar nuestra mente, hábitos, prácticas y procesos empresariales, siendo «pastoreados por lugares de delicados pastos, junto a aguas de reposo, guiados por las sendas de justicia…» (Salmo 23), solo así experimentaremos la verdadera libertad y seremos un referente de luz para otros, desde un estilo de vida equilibrado, coherente, próspero y productivo; sirviendo al Eterno en espíritu y en verdad, para guiar a otros por esas Sendas de Justicia, por amor de su nombre.

Estimado Comunitario/Empresario Yovel, decide hoy salir de la esclavitud, tomar acción, dar el paso y caminar en sabiduría, libre de cargas, pecados y de toda esclavitud, en la certeza que de la mano de nuestro Mesías Yeshua, nuestro Cordero de Pascua (Pesaj), nuestro Señor y Salvador nos redime, nos saca de muerte a vida, nos saca de la dispersión y nos trae en obediencia a la Torá y a la tierra prometida.

JAG PESAJ SAMEAJ
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LuisGabriel Forero & Stella Díaz de Forero

Ingeniero Industrial y Terapeuta del Lenguaje y la Comunicación, Empresarios, Executive Master Coachs, Conferencistas.

Su propósito: Transformar vidas desde su empresa de Consultoría Gerencial en Liderazgo, SoftSkills y Habilidades Directivas; todo fundamentado en valores.
Son Cabeza del Ministerio de Empresarios & Emprendedores Yovel