DI-S en mis Labores o mis labores mi dios…PARASHA RE’EH
Por Luis Gabriel Forero y Stella Diaz.
Si de elegir entre bendiciones y maldiciones se trata, ¿qué escogerías? … la respuesta puede ser muy obvia, todos queremos las bendiciones.
Si de elegir entre bendiciones y maldiciones se trata, ¿qué escogerías? … la respuesta puede ser muy obvia, todos queremos las bendiciones y más si éstas se representan en lo material, lo palpable, lo físico; pero ¿hemos considerado lo espiritual, lo trascendental, lo que impacta positivamente nuestro entorno, lo que deja huella, el propósito por el cual el Eterno nos creó? En algunos casos si, en otros no, así opera la carnalidad, nuestro instinto, nuestro Nefesh: ¡el Yo, la supervivencia, por encima de todo! Nos centramos en el hacer y en el tener, más que en el ser y aprender; exigimos nuestros derechos, pero pasamos por alto cumplir deberes, queremos bendiciones, pero, ¿estamos observando y obedeciendo los mandamientos que nos corresponden, según nuestro rol o roles de acuerdo al diseño y propósito de Di-s: hombre, mujer, esposo, esposa, novio, hijo, amigo, levita, líder, empresario o empleado…? Recuerda de donde te sacó el Eterno, para que ahora, (en presente) mires y guardes los mandamientos para ponerlos en práctica ¡hoy! y replicarlos en “tierra que HaShem nos entrega como herencia”: nuestro hogar, nuestra empresa, el ministerio, la kehilat, etc.
Re’eh , Reeh , R’eih o Ree רְאֵה: significa «Ver» “Mira”. Porción 47 – Deuteronomio 11:26 a 16:17
«Mira», dice Moshé al pueblo de Israel, «pongo frente a ti, hoy, bendición y maldición, la bendición que vendrá cuando observen los Mandamientos Divinos y la maldición si los abandonan…
En esta parashá, el Eterno a través de su siervo Moshé, planteó a los israelitas la posibilidad de elegir entre bendiciones y maldiciones. Moshé instruyó a los israelitas sobre las leyes (Mitzvot) que debían observar, mandatos civiles, sociales y religiosos con la finalidad de mantener viva en la memoria de los “bnei Israel”, todo lo que debían obedecer o seguir obedeciendo, incluida la ley de un único lugar de reunión congregacional, donde se llevan las ofrendas a Di-s; Moshé advirtió nuevamente contra la idolatría, el seguimiento de otros dioses y falsos profetas; las leyes del kashrut , del maazer (diezmos), del año shemitá, de la esclavitud, los animales primogénitos, y las tres Fiestas de Peregrinación: Pascua, Shavuot y Sucot, donde el Pueblo verá y será visto por Di-s en el Santo Templo. En el transcurso del discurso de Moshé, en esta porción, él vira de una narración de cómo llegan a donde están (antes de cruzar el Jordán) a una explicación de cómo deben vivir al cruzar, en la tierra prometida (y hoy aplica para nuestros días y labores).
Nuestros sabios argumentan que las “bendiciones” y las “maldiciones” de la vida son resultado de cómo miramos las cosas. Y esto lo reafirmamos desde el Coaching, donde enseñamos a “cambiar el observador, cambiar de perspectiva” frente a cada situación que se nos presente, ver diferentes alternativas, posibilidades, pro y contra antes de tomar decisiones, prospectar y tener visión estratégica cuando se nos plantean circunstancias que nos pongan a elegir. Y apoyados en la Sabiduría de lo Alto, debemos recurrir a la Ruaj HaKodesh para elegir lo que más nos convenga, considerando su repercusión a nuestro circulo de influencia, es decir que impacte positivamente y que a la vez agrade el corazón de nuestro ABBA.
También esta Parasha Re’eh se puede abordar desde la perspectiva espiritual de nuestros canales sensoriales (algunos lo definen como cinco sentidos solamente) como Terapeuta y Coach conocemos que tenemos diferentes receptores sensoriales:
Canal visual: Ver – «re’eh» significa «mirar». Se ve y se observa el pacto, el cumplimiento de los mandamientos y/o la negligencia del mismo. Ver lo que conviene y lo que no, desde nuestros ojos y templanza, discernir para no caer en tentaciones. Canal Auditivo: Oír / Escuchar /Shemá – Moshé escucha la voz de Di-s, el Pueblo escucha a Moshé y Di-s escucha los llantos y las súplicas del Pueblo.
Canal táctil y Canal propioceptivo: Sentir – funciona en el sentido literal de tocar y en el hecho de percibir en nuestra piel presión y temperaturas. En este caso, la prohibición de provocarse heridas en el cuerpo en señal de duelo (Levítico 19:28); y en sentido figurativo el percibir y estar atentos al “clima organizacional” (cómo está el pueblo), ser sensibles a las emociones y necesidades de otros. El pueblo sentirá física y emocionalmente las consecuencias de cumplir y de no cumplir con los mandamientos, y las consecuencias de la idolatría, cuando alabe profetas y dioses falsos.
Canal Gustativo: saborear las normas del kashrut, en esta parashá, se repiten las formas de identificar los animales kosher y el listado del mismo. Canal Olfativo: ¿a qué huele esta parashá? al olor fragante de cumplir los mandamientos, al olor producido tras preparar la comida hecha de animales kosher. También se reitera que el Templo será el único lugar donde la gente pueda hacer ofrendas a Di-s, y algunas de las ofrendas agradables son incienso/quetoret.
El Canal kinestésico: el hacer, movernos proactivamente, es decir “tomar acción”, cuando nos pide HaShem no solo oír sino hacer, cumplir la Palabra del Eterno, sus Mitzvot (Leyes, ordenanzas, mandamientos, normas, preceptos). Y en referencia a nuestro comentario de esta parashá, podemos hablar en forma metafórica también del Canal Vestibular, en cuanto al sentido del “Equilibrio” y el cuidado que debemos tener, cuando el Eterno es nuestro Di-s y está por encima de nuestras actividades laborales, no idolatrando o haciendo de nuestras labores un dios, ni de nuestros dones y de nuestras habilidades; tener equilibrio en todas las áreas de nuestra vida.
Entendiendo así que Todo es espiritual, y como dice Luis Gabriel: “somos seres espirituales, viviendo experiencias terrenales”; así que este es nuestro desafío, mantenernos firmes en nuestra FE, en lo que viene de nuestro Abba Kadosh, en lo espiritual, en lo que trasciende; observando, mirando y obedeciendo HOY, si queremos una bendición, debemos cumplir con el corazón y con certeza los Mitzvot; lo cual aplica a nuestra vida laboral, a nuestro desempeño profesional /empresarial, ministerial. Siempre recordar lo que el Eterno nos ha dado como mandamientos. Nuestras habilidades, dones y talentos, nos los ha dado el Eterno, por lo cual, nuestras actividades son para servir, para crear, para dar respuesta a una necesidad del entorno desde nuestros productos o servicios, para ser luz y sal en el lugar desde donde ejercemos, si es nuestra casa, empresa, kehilat, etc., esa es la Tierra que Él nos ha dado por Herencia y la debemos cuidar, si te va bien en tu empresa o emprendimiento ¡Baruj HaShem!, pero conserva la humildad, la ética y la calidad; pero si lo que estás viviendo actualmente, o los resultados que tienes (no solo en lo material) en tu desempeño laboral no es lo mejor, pregúntate cómo han sido tus decisiones, ¿qué has elegido, bendición o maldición? ¿estás cumpliendo con los Preceptos, Normas y Leyes?, ¿cómo es tu actitud frente al trabajo, servicio y/o productos?, ¿cómo son tus relaciones interpersonales?, ¿cumples con tu oferta de valor?… ¡Mira! ¿estás seguro que en todo, guardas los mandamientos que el Eterno te manda hoy?.
Cielo y tierra pasará, pero la Palabra de HaShem no pasará, hoy debemos recordar que gracias a nuestro Mesías Yeshua, hemos sido ramas injertadas en el Olivo original y así tenemos condición de pueblo sagrado, por tanto, debemos mantenernos en la bondad (Romanos 11:11-24) para no ser “desgajados” es decir desaprobados por nuestros actos, y tener claro “Adonai Ejad” para no idolatrar nuestra labor, no “endiosar” nuestras habilidades laborales o empresariales, recordar que “todo proviene de Él y para Él, y todo tiene Su tiempo y un lugar”; no copiar conductas de otros, no dejarnos tentar por malas prácticas (falta de ética) para obtener beneficios (esto se asemeja a escuchar a falsos profetas, falsos ídolos). En todo momento cumplir con las normas, las leyes del kashrut, el cuidado de la tierra, de los ciclos agrícolas, del jubileo, considerar el trato a los empleados (Colaboradores) y el ser generosos con nuestro Maaser y Tzedaka, para el cuidado a los Levitas y para los más débiles o los que pasan por momentos de necesidad; recordemos: “porque esclavo fuiste en Egipto”. “Re’eh” nos remite a una visión y a un liderazgo espiritual: obrar y guiar según La Torá, a depender del Eterno, aprender de las experiencias pasadas, del resultado de elecciones erradas. Re’eh, nos induce a echar un vistazo al propósito de vida, al corto, al mediano y al largo plazo, nuestra decisión o elección, nuestras acciones hoy, nuestro trato con los demás, cómo va a repercutir más adelante, cómo va a afectar positiva o negativamente a sí mismos, a los cercanos, y a otros por quienes también somos responsable y transmitiendo nuestra FE con nuestros actos y elecciones… Y puestos los ojos en Yeshua, el perfeccionador de nuestra Fe, para mirar más allá de lo que tenemos delante, para tener misericordia, ser sensibles, discernir en el qué y a quién tenemos enfrente, y qué testimonio damos con nuestro proceder.
Recuerda, hoy estamos en construcción de nuestro Futuro… y podemos rectificar, si queremos mejorar, ser eficientes, productivos y tener mejores resultados (relaciones, labores, ingresos, actividades, colaboradores, clientes, insumos etc.), examina cómo están tus canales sensoriales en relación con tu vida espiritual: ¿Es HaShem el Señor de tu empresa? O ¿has hecho de tus labores, talentos, actitudes, tiempo de actividades, etc., tu dios? ¡Pídele perdón al Eterno si has hecho idolatría o dioses de tus labores, rectifica tu proceder y elige hoy la Bendición!
“Esta Parashá llamada Ree, es un recordatorio perenne para todos nosotros, de que aún nuestra visión puede traer virtud o vicio. Miremos al mundo correctamente e invitemos que vengan las bendiciones de Di-s a nuestras vidas”, extracto de un comentario del rabino Yossy Goldman la comunidad de Jabad.
Citando las Palabras de nuestro Mesías Yeshua: “No piensen que he venido a anular la Ley o los Profetas; no he venido a anularlos, sino a darles cumplimiento. Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la Ley (la Torá) desaparecerán hasta que todo se haya cumplido. Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos…” (Mateo 5:17 -19 NVI), esta Palabra ratifica nuestro deber Ser, nuestra bendición, como seguidores del Mesías debemos ver, vivir, transmitir y enseñar a guardar y a cumplir los mandamientos. Y “en los Negocios de mi Padre me es necesario estar” (Lucas 2:49 -50), Todas nuestras labores deben glorificar y exaltar el Nombre de nuestro Padre Celestial, debe haber equilibrio y buen testimonio en todo nuestro desempeño y estilo de vida.
Recuerda “Busquemos primero el Reino de Di-s y su justicia (bondad, humildad, buenas prácticas empresariales, buenas relaciones con el prójimo, ética, valores y virtudes), y todo lo demás (bendiciones abundantes en lo personal, triunfos empresariales, libertad financiera, reconocimiento, estabilidad, prestigio, crecimiento empresarial, etc.) vendrá por añadidura” (Mateo 6:33), y esa es la mejor elección, la bendición de mirar, escuchar, sentir y hacer, para obedecer hoy y siempre con los mandamientos, para que nos vaya bien en todo, en la tierra que HaShem nos dé por heredad.
Shavua Tov