Intercesión

Por : German Valbuena

Un llamado a la intercesión

Ezequiel 22:30-31 nos plantea la necesidad que tiene el pueblo de orar y de interceder continuamente. Este es el propósito principal de la reunión comunitaria de ayuno e intercesión, tiempo maravilloso, donde nos olvidamos de nuestras necesidades y nos disponemos para adorar a nuestro Creador y Salvador, cumpliendo así el mandato de amar a Di-s sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.

Durante la intercesión, tomamos la carga del otro y oramos juntos, como arma poderosa dada por Elohím, y reforzada por Yeshúa, quien durante su vida terrenal oraba todo el tiempo, de rodillas y rostro en tierra, de día y de noche. Ese fue su ejemplo y debemos seguirlo, conforme a su advertencia “Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil” (Mateo 26: 41).

Como intercesores, creemos que la oración es fundamental en el día a día, en el crecimiento espiritual y en el ejercicio del llamado para servir a D-os. Yeshúa les contó a sus discípulos una parábola para mostrarles que debían orar siempre:

“…Había en cierto pueblo un juez que no tenía temor de Di-s ni consideración de nadie. En el mismo pueblo había una viuda que insistía en pedirle: “Hágame usted justicia contra mi adversario”. Durante algún tiempo él se negó, pero por fin concluyó: “Aunque no temo a Di-s ni tengo consideración de nadie, como esta viuda no deja de molestarme, voy a tener que hacerle justicia, no sea que con sus visitas me haga la vida imposible”. Continuo el Señor: “Tengan en cuenta lo que dijo el juez injusto. ¿Acaso D-os no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles? Les digo que sí les hará justicia, y sin demora. No obstante, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?” (Lucas 18:1-8).

El requisito principal de la intercesión en nuestra comunidad es disponer el corazón para ser transformado por Yeshúa, como Salvador y Mesías de Israel. Hemos tenido la bendición de sentir su presencia, adorarlo con libertad, humillarnos delante de Él, sometidos al señorío y majestad del Padre y del Hijo, hemos visto milagros de sanidad, vidas transformadas, siendo instrumentos en sus manos, guiados por su Santo Espíritu, para la honra y gloria de nuestro Elohim.

Cada miércoles, nos reunimos de 9:30 a 12:00 a.m., para gozar un tiempo de alabanza y adoración, seguido de la enseñanza y la intercesión por Israel, por Colombia, por la comunidad y su familia pastoral, así como por las necesidades específicas de las personas que piden oración.

Invitamos a la familia Yovel, a sus allegados y amigos y a quienes estén interesados en seguir a Yeshúa para llegar al Padre a que nos acompañen y crezcamos y maduremos juntos en los dones y frutos del Espíritu de Di-s, para que cuando regrese Yeshúa, estemos despiertos, haciendo su voluntad y cumpliendo con nuestro deber.