Vestidos para el perdón
Por: Familia Barrios Lara
¿Cual es el propósito de usar ropa? ¿Nos vestimos para otros o para nosotros? La parasha de esta semana Tetsave; nos responde esa pregunta a partir de la descripción que hace sobre las vestiduras de los sacerdotes -cohanim- y del sumo sacerdote -cohen gadol-.
Existían cuatro prendas que usaban todos los cohanim -sacerdotes- y cuatro que solo podía usar el cohen gadol -sumo sacerdote-. Las que usaban todos los cohanim eran (1) Túnica, (2) Turbante, (3) Cinturón y (4) Pantalones. El cohen gadol además usaba otras cuatro:(1) Manto (2) Efod -Delantal- (3) Pectoral y (4) Tiara.
Si hacemos una lectura rápida de la forma como se debían confeccionar las vestiduras (con oro, lino fino y piedras preciosas) podríamos creer que el objetivo de tan majestuosos diseños era impresionar al pueblo… pero en realidad las ropas estaban allí para recordarles a los kohanim y al kohen hagadol cuales eran sus responsabilidades y cuán importante era lo que hacían, pues todas las vestiduras nos muestran como debemos ser nosotros para poder ser aptos para el servicio al Eterno.
Primero, estaban los pantalones que cubren las partes más íntimas, y con ello, nuestro aspecto más básico e irracional que debe ser entregado a Hashem. Luego la túnica que cubre el corazón y los deseos. Ceñidos por el cinturón que es un símbolo de dominio propio. Finalmente viene el turbante, no solo cubriendo los pensamientos; sino que le recordaba al cohen que siempre hay algo sobre él y por tanto no cabe el orgullo.
Luego para el Cohen Gadol venían tres prendas más que le hablaban de su relación con los demás. El manto tenía bordadas campanillas bordadas, las cuales se podían escuchar «cuando él entraba al Santuario ante Dios y cuando salía» [Ex 28:35]. ¿Para qué? Para que su sonido constante le recordara al Cohen Gadol su continua e inmensa responsabilidad que tenía, y por tanto que cada movimiento que hacía no solo sonaba en lo terrenal, sino que también tenía un impacto en lo espiritual (Ktav VeHaKabala sobre Éxodo 28:35).
Después venía el efod (delantal) y el pectoral, los cuales tenían inscritos los nombres de los hijos de Israel en las piedras de engaste. Y esto le exigía al Cohen Gadol- tener una buena relación con todos, pues si tenía algún asunto mal resuelto con alguno de ellos ¿Cómo podría entonces presentarse delante del Eterno con los nombres de los hijos de Israel, grabados en sus hombros y en su pecho?
Y finalmente el sangrado tzitz (tiara o diadema) el cual era el último en colocarse; pues una vez resueltos los asuntos internos y los asuntos con sus semejantes, entonces el Cohen Gadol podría declarar «Santidad a Adonai», como muestra de su dedicación absoluta al servicio público de Dios.
Muchas veces hacemos el proceso contrario: públicamente exhibidos nuestro servicio y «santidad», pero descuidamos los aspectos personales más básicos: nuestro comportamiento personal y las relaciones con los demás.
Pero de forma más poderosa aún, la ropa tiene el poder de expíar por los pecados. ¿Cómo es esto posible? Del relato de Génesis, aprendemos que una vez que Hashem perdonó a Adam y Java, les hizo ropa para que cubriesen su desnudez. Del mismo modo, de las vestiduras de los cohanim aprendemos que la túnica expía el pecado del derramamiento de sangre humana “Ellos degollaron una cabra y sumergieron su túnica en sangre” [Gén 37:31]. Los pantalones expían por el desenfreno sexual, “Les harás pantalones de lino para cubrir la carne de los órganos sexuales” [Éxo 28:42]. El turbante expía por la arrogancia, Rabí Janina enseña que algo que está vestido sobre la cabeza, expía por el pecado de tenerse a uno mismo en alto.
Para el Cohen Gadol el pectoral expía por la injusticia, como está escrito: “Harás un pectoral de justicia” [Éxo 28:15]. El efod expía por el pecado de la idolatría, como está escrito: “Sin efod y talismán” [Ose 3:4]. El manto expía por el pecado de lashón hara (mala lengua) pues Rabí Janina enseño que su sonido por las campanillas podía expiar por la voz del mal. El tzitz (tiara) expía por el pecado de la insolencia, pues al estar siempre en la frente del cohen [Éxo 28:38], por similitud de expresiones expia por «has tenido frente de ramera, y no quisiste tener vergüenza» [Jer 3:3].
En hebreo existen tres palabras distintas para expresar la idea del perdón: mejilá, slijá y kapará; y cada una de ellas expresa una idea diferente; del mismo modo que existen diferentes palabras para pecado: jet y pshaim. El jet, se relaciona con “un acto ilícito cometido sin pensar”, y el tipo de perdón que requiere se llama slijá en hebreo; el cual alude a la relación de un padre con su hijo. Los pecados de rebelión se llaman pshaim y requieren un tipo de perdón que se conoce como mejilá, y se relaciona con la decisión. Este tipo del rey de continuar aceptando y otorgándoles los beneficios de la ciudadanía a sus súbditos a pesar de que rechazaron la autoridad (Gaon de Vilna).
El nivel superior de perdón se llama Kapará, o “expiación”, que se relaciona con la oportunidad de superar completamente el pasado y le permite al pecador aparecer frente a los ojos de Dios limpios y sin pecado. Según el judaísmo, este nivel de perdón sólo puede ser alcanzado en ocasiones especiales como Iom Kipur. Sin embargo, para nosotros que somos creyentes en Yeshúa, él es nuestra kapara, la oportunidad de presentarnos limpios cada día delante del Padre. Tal como la sangre del sacrificio y el aceite se vertían sobre Aarón y sus hijos, y sobre sus vestiduras, para que fuerán consagrados [Ex 29:21]; del mismo modo Yeshúa coloca su sangre sobre nosotros para que seamos perdonados, expiados y redimidos. Él es nuestra kapara, la reconciliación con el Padre, las vestiduras que expian nuestros pensamientos, acciones y sentimientos si se lo permitimos.
¡Shavua tov!
- Con base en: La ropa y el hombre. Rav Noson Weisz. Aish latino.
Por familia Barrios Lara
Somos Deivy Barrios y Natalia Lara, casados desde el 2016, padres de 3 pequeños y comunitarios de Yovel.***