VaYetzé | Y Salió

Parashá No. 7 – VaYetsé (Bereshit 28:10 – 32:2(3); Haftará: Oseas 12:13 – 14:10 (12 heb.) Escritos Apostólicos: Marcos 10:32 – 11:33)

VaYetzé Significa “y salió”

Yaakov en somino de Beer-Sheva a Jarán, duerme sobre una piedra y tiene el sueño de la escalera que conecta a la tierra con el cielo, con ángeles que suben y bajan, y recibe la promesa de recibir esa tierra en la que está recostado. En Yaakov y en su descendencia serán benditas todas las naciones. Al levantarese promete construir la Casa del Eterno con esa piedra.

Al seguir su camino, tiene el encuentro con Rajel, hija de Laván, y tiene el reencuentro con su familia. Yaakov pide a Rajel por esposa, a cambio de trabajar siete años, pero al final de este tiempo recibe a Lea, la menor, entonces debe trabajar otros siete por su amada Rajel, quien es estéril.

Los cuatro primeros hijos de Yaakov son de Lea: Reuvén, Shimón, Leví y Yehudá. Luego ella deja de dar a luz. Rajel le entrega a Yaakov a su sierva Bilháh como concubina y da a luz dos hijos: Dan y Naftalí. Lea le entrega a su concubina Zilpá y ella le da a luz a Gad y Asher. Luego Lea da a luz a Yisajar, Zvulún, y a Diná. Posteriormente Rajel da a luz a Josef.

Lea: Reuvén, Shimón, Leví, Yehudá, Yisajar, Zvulún, Diná

Rajel: Josef, Benyamín (Nace en la siguiente Parashá).

Zilpá: (sierva de Lea): Gad, Asher

Bilháh: (sierva de Rajel): Dan, Naftalí

Yaakov acuerda que su salario serán algunos animales del rebaño, con lo que se hace muy próspero con crías fuertes, gracias a su inteligencia y astucia. El Eterno ordena a Yaakov volver a su tierra y él decide emprender el viaje con sus esposas y todo lo que ha ganado, a pesar de los engalos de Laván; Rajel roba las deidades de su padre y parten. Laván los alcanza inquieto por sus deidades, pero aunque las busca, no las encuentra, y pueden continuar el viaje después de jurar no hacerse daño.

En esta lectura, el hilo conductor es el nacimiento de las doce tribus de Israel, que marcarán la senda profética de todos los acontecimientos en beneficio del pueblo elegido. Se evidencia que una vida de oración, requiere esfuerzo y dedicación, pero con grandes resultados y frutos. Independientemente de quien nos quiera hacer daño, si El Eterno está con nostros, todo saldrá de acuerdo con su voluntad.

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