Sentados a la mesa del Pastor

Por Rocío Delvalle Quevedo

La santa convocación ha llegado
Sacrificios de oración y alabanza serán presentados
El Pastor es quien convoca y la mesa ha preparado
Sin distracciones disfrutemos de cada bocado

La parashat Pinjas tiene una diversidad de temas de interesante abordaje. Tal como el celo del personaje que da nombre a esta porción, los censos posteriores al juicio divino, instrucciones de la repartición de la tierra a su ingreso, el caso de las hijas de Zelofejad, el sucesor de Moshé e instrucciones para las ofrendas. Todos están llenos de riqueza, pero esta vez quiero que revisemos el último tema del listado.

De los 167 versículos (cuatro capítulos y medio) que abarca esta porción, 71 de ellos (dos capítulos [Números 28-29]) están dedicados al detalle de cuáles y cuantos animales debían presentarse como ofrenda al Altísimo diariamente, semanalmente (en Shabat), mensualmente (en el principio del mes) y en todas las Santas Convocaciones que el ETERNO había establecido a lo largo del año. Estos capítulos, son especialmente importantes para nosotros hoy en día, ya que, dado que no hay templo y no se realizan sacrificios, se ha establecido que en cada celebración se haga la lectura de la porción correspondiente al tiempo establecido en el que nos encontremos.

Miremos un resumen de las instrucciones dadas al respecto en esta Parashá:

Tabla 1

Como se puede ver los animales que el Eterno pide son de tres familias:

Tabla 2

En la tabla 1 vemos como las tres familias están representadas por alguno o algunos de sus miembros. Como sucede en el español, idioma en el cual, por ejemplo, al becerro también se le dice novillo o ternero, en hebreo a lo largo de toda la escritura podemos encontrar diferentes palabras para nombrar a cada uno de los apelativos de la tabla 2.

Sin embargo, vamos a revisar exclusivamente los términos empleados en esta parashá:

Tabla 3

Cuando seguimos la concordancia del Strong, de cada una de estas palabras, encontramos que la mayoría de las menciones se concentran en dos parashot, Naso y la parashá que estamos estudiando en este momento (Tabla 3). Y que la palabra Kebes – Cordero, es en esta porción la que más se menciona. Adicionalmente, si volvemos sobre la tabla 1, es bastante evidente que, en cuanto a la cantidad de animales ofrecidos, según las instrucciones dadas en esta porción, la familia de las ovejas era la que mayor aporte ponía de sus individuos (Corderos y Carneros).

En este punto podríamos preguntar: ¿qué sentido tienen todas estas instrucciones detalladas y todas estas cuentas? ¿Podrían guardar alguna relación con el resto de los temas tratados en la parashá? Pues bien, estudiemos un poco al respecto. Resulta que, como hemos explicado en otras ocasiones, las tres familias de animales mencionados son animales domésticos y típicamente gregarios. Normalmente a las agrupaciones de la familia de las vacas se le conoce como ganado o ganado mayor, mientras que a las agrupaciones de cabras y ovejas se le conoce también como ganado menor o como rebaños. En el hebreo también podemos encontrar diferentes palabras que coinciden con dichas categorías, especialmente hay una que se refiere a los “rebaños”, y más comúnmente a los rebaños de ovejas, la palabra Tzon (צאן – Strong H6629).

Es en este punto donde la lista “interminable” de nombres y cantidades de animales se conecta con el suceso que se narra justo antes. Después de la larga travesía por el desierto, guiando al pueblo de Israel rumbo hacia la tierra prometida, el ETERNO le anuncia a Moshé que ha llegado la hora de su muerte. Y entonces Moshé, como siempre lo fue manso y humilde, no pide nada para sí, sino que ruega al Altísimo un sucesor para el pueblo. Esta petición la hace bajo una justificación que enuncia con una frase sublime:

וְלֹ֤א תִהְיֶה֙ עֲדַ֣ת ה’ כַּצֹּ֕אן אֲשֶׁ֥ר אֵין־לָהֶ֖ם רֹעֶֽה

Ve lo tihyeh adat Adonay katzon asher ein lahem roeh

“…para que la comunidad de Adonay no sea como rebaño sin pastor”

Moshé se refiere al pueblo de Israel como un rebaño a punto de quedar sin pastor. Pues Moshé entendía perfectamente lo que era ser un pastor de ovejas. Y es que esta palabra Tzon está íntimamente ligada con el oficio de un pastor. La palabra pastor en hebreo, es usada indistintamente según su conjugación tanto para referirse al sustantivo de pastor como para referirse a la acción de pastorear. Es la H7462 del Strong, רעה – Raah y a lo largo de la Torá la podemos encontrar en 10 ocasiones en el mismo verso que la palabra Rebaño (Tzon).

La primera vez que aparecen juntas, está conectada con Abel, cuando se nos indica que el hijo menor (antes que naciera Set) de Adan y Eva, se dedicó a pastorear las ovejas [Génesis 4:2]. Luego, conectada con Jacob quien se dedicó a cuidar los rebaños de Labán [Génesis 30:3136]; con José y sus hermanos alimentando los rebaños [Génesis 37:246:32] y presentándose como pastores ante el Faraón [Génesis 46:3447:3] y también, tenemos a Moshé ejerciendo el oficio de pastor encargado del mantenimiento del rebaño de su suegro [Éxodo 3:1]. Las últimas dos se encuentran, por un lado, en la instrucción que le dio el Altísimo a Moshé, que nadie debía estar en el monte mientras el subía para recibir las dos nuevas lajas de piedra “ni siquiera las ovejas pastoreando” [Éxodo 34:3]; y en esta Parashat Pinjas cuando Moshé pide su sucesor [Números 27:17].

En este recuento podemos encontrar dos cosas interesantes: en primer lugar, que las menciones pasan desde Abel hasta Jacob sin pasar por Abraham ni Isaac; en segundo lugar, que el oficio del pastoreo de rebaños ha estado íntimamente ligado a Israel como persona, como familia y como pueblo. De hecho, Rashí en uno de los comentarios que hace precisamente de esta parashá, menciona como, los novillos hacían alusión a Abraham, los carneros alusión a Isaac y los corderos alusión a Jacob [Comentario Números 28:19]. Así, no solo Moshé conocía muy bien el oficio de ser pastor, sino que el pueblo de Israel en general, estaba íntimamente ligado a esta labor. Debían ser muy buenos pastores en el desierto, para mantener a sus rebaños de tal forma que solo en lo referente a santas convocaciones se sacrificaran más de 1000 corderos al año (Tabla 1).

En este sentido, es hermoso ver como a la solicitud sentida que Moshé le hace al Altísimo al respecto de un sucesor, que evitara que el pueblo de Israel quedara como ovejas sin pastor, el Eterno no solo le contesta, designando a Josué para esto. Sino que también, al darles las instrucciones sobre los sacrificios a presentar, estableció un recordatorio continuo de este pastoreo del Altísimo y su representante en la tierra sobre el pueblo, diariamente. Porque a diferencia de los carneros, los novillos y machos cabríos, que eran solicitados solo para las santas convocaciones mensuales y anuales, diariamente (en la mañana y la tarde) y semanalmente en Shabat, el ETERNO pedía que se le presentaran corderos.

El oficio de pastorear

Para nosotros hoy en día, lo que implica ser un pastor al cuidado de un rebaño, no es tan claro, pues este oficio ya no nos es cercano. Los invito entonces a estudiar un poco lo que significaba ser pastor en los tiempos bíblicos. Ya en una entrega anterior, habíamos revisado un poco el tema del Buen Pastor. En dicha reflexión habíamos visto algunos aspectos que reflejaban la dependencia que las ovejas tienen de su pastor en diferentes áreas de su vida. Esta vez, quiero que profundicemos un poco más en un tema específico y es el tema de la alimentación. Pues, en esta parashá, cuando se empieza a hablar de todos los sacrificios el ETERNO dice: “Ordénale al pueblo de Israel que se asegure de que se me presente mi ofrenda en el día señalado. Esa ofrenda de aroma grato presentada por fuego es mi comida” [Números 28:1-2]. De hecho, además de “Pastor” y “Pastorear”, una de las traducciones de la palabra “Raah” es precisamente alimentar.

Si hablamos de la Tanaj, creo que la mayoría estarán de acuerdo conmigo, en que la mejor y más conocida descripción del oficio del pastor lo podemos encontrar en el salmo 23. De hecho, cuando dice “El Señor es mi pastor” (Adonay Roi), usa la misma palabra Raah. Dentro de este salmo hay dos secciones que podríamos relacionar con lo referente a alimentación “Me hace descansar en verdes pastos” y “Preparas mesa delante de mí”. Y, como en la entrega anterior, esta estudio lo haremos apoyados en el análisis que hace Keller Phillip (1976) sobre el salmo 23 en su libro La vida en el Redil.

En cuanto a descansar en verdes pastos, la palabra que usa en el hebreo, רָבַץ-Rabatz (Strong H7257), se puede traducir preferentemente como acostarse o echarse. En este punto, es importante recordar que las ovejas son animales rumiantes. Si digo que vamos a hablar de alimentación, no me refiero solo a la ingestión de la comida, sino a su real asimilación y aprovechamiento. Cuando la oveja está pastando de un lado para el otro, simplemente “le está echando pasto al buche”, mas es en el momento posterior cuando se acuesta en el pasto y comienza a rumiar, que realmente evoluciona su proceso de digestión y alimentación.

A este respecto, Phillips (1976) nos explica, que hay cuatro razones por las que una oveja no se puede echar a descansar tranquila en el pasto: 1. Si no están libres de todo temor. 2. Si no están libres de tensiones y fricciones con otros miembros del rebaño. 3. Si están atormentadas por moscas o parásitos o 4. Si sienten necesidad de hallar alimento. Y es tarea del pastor, asegurarse de disipar todos estos escenarios para que sus ovejas puedan descansar.

En cuanto al segundo punto, las ovejas suelen entrar en conflicto por posiciones y escalafones que tienen al interior del rebaño, porque quieren el lugar de otra tanto en la escala social como en el campo o pradera como tal. Suele suceder que son las más viejas y robustas, las que les buscan pleito a las más débiles e incluso a los diferentes corderos. Las ovejas más agresivas suelen ser las más ariscas, tensas y empiezan a perder peso, con lo que no se sirven ni a sí mismas ni al rebaño. Mientras que las menos agresivas, suelen ser las más satisfechas, quietas y reposadas, con lo que pueden obtener mayor provecho de su alimento. Lo curioso es que la sola presencia del pastor, atrae la atención de las ovejas en conflicto, las cuales olvidan sus tontas rivalidades.

En Ezequiel 34, podemos encontrar como a lo largo de todo el pasaje el ETERNO envía profecía contra los pastores de Israel, que no han cumplido con su tarea como pastores y se hace toda una semblanza del deber ser de dicho oficio. Pero específicamente en los versos 15-16 y 20-22, se refiere al tema de los conflictos al interior del rebaño. Dice que el mismo Adonay, promete que va a alimentar (Raah) a su rebaño (tzon) y va a hacer que se recuesten-descansen (Rabatz). Que va a fortalecer a la débil, más destruirá a la engordada y fuerte, que juzgará entre la oveja engordada y la flaca, por cuanto empujaron con el costado y con el hombro y acornearon con sus cuernos a las débiles.

Aquí hago entonces la primera invitación, y es a estar dispuestos para poder permitir que el ETERNO, nuestro pastor nos haga descansar de las riñas al interior de la comunidad. En la parashá que estamos estudiando nos habla de los momentos en que se presentaban ofrendas al Señor. Así también, en Mateo 5:23-24 nos dice “Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el Altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda”. De la misma manera, cuando estemos presentando ofrendas de alabanza y adoración delante del Altísimo en cada tiempo señalado, antes pongámonos a cuentas con nuestros hermanos. Muchas veces, como en las ovejas, nuestras rivalidades son tontas y por cosas insignificantes como lugares y posiciones. Más bien, centremos nuestra atención en el Altísimo, concentrémonos en Él que se digna a acercarse y estar en medio de nosotros.

Por otro lado, en cuanto a sentir la necesidad de encontrar alimento, si bien, ya dijimos, el proceso de alimentación evoluciona en el momento en que la oveja descansa y rumia ¿Qué va a rumiar, si tiene el buche vacío? ¿Si no tiene pastos verdes a disposición? Philip  (1976) nos explica que una oveja hambrienta está siempre de pie, en movimiento, en busca de otro raquítico bocado de forraje que satisfaga su punzante hambre. Nunca está contenta, no engorda, no sirve de nada ni para sí misma ni para sus dueños, carece de vigor y vitalidad.

Así mismo, el autor, nos recuerda que, muchos de los países típicamente ovejeros, son regiones muy secas, semiáridas. Por un lado, este es el clima más apropiado para criar los rebaños, porque reduce las probabilidades de adquirir enfermedades y parásitos. Pero así mismo, encontrar pastos verdes se hace más difícil. En este contexto, el hecho que se encuentren pastos verdes disponibles para las ovejas, no es simple azar, se requiere de un arduo trabajo del pastor. Tener pastos verdes cerca del redil implica tiempo y destreza en el uso de la tierra, roturar la que está rugosa y pedregosa, arrancar los matorrales, raíces, tocones, arar profundo y prepara el suelo con cuidado.

En Juan 10:11Yeshúa dice de sí mismo, que es el buen pastor. A este respecto hay una curiosidad. En los evangelios, cuando Yeshúa les está anunciando su muerte próxima a los discípulos, cita una profecía que se encuentra en el libro de Zacarías, que dice: “Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas” [Zacarías 13:7Mateo 26:31Marcos 14:27]. En el libro de Zacarías en hebreo, usan las mismas palabras que hemos venido estudiando, Raah y Tzon, para referirse a “Pastor” y “Rebaño (ovejas)”. Al ser una cita que hacen los evangelistas del profeta, podríamos pensar que las palabras que se usan en griego en los evangelios, Poimen (ποιμήν – Strong G4166) y Probaton (πρόβατον – Strong G4263) respectivamente, son las equivalentes en dicho idioma, a las que hemos mencionado en hebreo. Y es precisamente la palabra Poimen, la que encontramos en Juan 10:11 cuando Yeshúa dice de sí, que es el buen pastor.

Más allá de esa curiosidad semántica, Yeshúa siendo el buen pastor, es consciente de la necesidad que tienen sus ovejas de no tener hambre y de la ansiedad que en ellas genera el no ver a su disposición su sustento. Por eso en otra porción de la escritura [Mateo 6:25-30] nos habla con amor y nos dice que no nos afanemos por lo que habremos de comer y beber, que en eso se afanan los gentiles (las ovejas de otro rebaño que no tienen al Buen Pastor), que Él sabe de qué tenemos necesidad y las suple. Y que más bien busquemos su Reino y su Justicia. ¿Por qué andar inquietos y malhumorados por el sustento? El ETERNO tienen provisto su sustento para nosotros. Debemos sencillamente cortar el pasto (ir a trabajar), estar tranquilos y seguros en sus manos (echarnos al pasto) y rumiar la palabra de su Escritura que hemos recibido como sustento espiritual (buscar primeramente su Reino).

Preparas mesa delante de mí

La otra frase del salmo 23 referida a la alimentación del rebaño es “Preparas mesa delante de mí”. En hebreo la palabra que utiliza para mesa, es שלחן – shuljan (Strong H7979), y se refiere a la mesa clásica, al mueble, por ejemplo, la mesa que se usaba para los panes de la presencia. En este sentido, Phillips (1976) introduce otra curiosidad del mundo de los pastores. Resulta que hay unos sectores de la geografía de los países ovejeros (Europa, Estados Unidos y África), que corresponden a altiplanos y que los pastores suelen buscar debido a que, aunque pueden ser lejanas y de difícil acceso, en los tiempos estivales, producen prado con pastos muy ricos y nutritivos, que el buen pastor desea poner al servicio de sus ovejas. Lo curioso, es que en dichos países, a los altiplanos también se les llaman mesas debido a la forma que tienen, y existe una alta probabilidad que a esto fuera lo que David se refería cuando hablaba de “Mesa” en el salmo que compuso.

Lo anterior implica, que las ovejas de un pastor no solo se alimentan de los pastos cultivados y producidos con esfuerzo por el pastor cerca del redil. Sino que, en los tiempos de verano, el pastor y sus ovejas, emprenden travesías, aún pasando por valles de sombras, en busca de las mesas servidas con delicioso pasto. Pero como bien lo dice el salmo, la mesa debe ser preparada y el pastor debe adelantarse a su rebaño e ir a preparar la mesa antes de su llegada. Algunas de las tareas que involucran la preparación de la mesa son: Agregar sales y minerales en algunos sectores para el beneficio de las ovejas mientras pastan, establecer campamentos para que las ovejas puedan descansar, determinar la calidad de las pasturas que hay en la mesa a la que llega, identificar si hay brotes de hierbas venenosas, planear el apacentamiento de su rebaño evitando los sectores en los que se encuentran esos brotes o eliminar manualmente todas esas plantas riesgosas, limpiar los manantiales fuentes y abrevaderos.

Es hermoso ver como la travesía del pueblo de Israel por el desierto, fue el reflejo de cómo el Altísimo fue su pastor,  preparando la mesa llena de pastos verdes de la Tierra prometida. Él iba delante de ellos en el camino, reconociendo el lugar donde habrían de acampar [Deuteronomio 1:29-33]. Además todo el tiempo se aseguró que tuvieran sustento de buena calidad, como el maná e incluso las codornices [Éxodo 16:13-15]. Hubo momentos en que evitó el camino de la tierra de los filisteos (hierbas venenosas), conduciéndolos más bien por el camino del desierto del mar de cañas para que no se arrepintieran (envenenaran) cuando vieran la guerra [Éxodo 13:17-18]. Como también en otras ocasiones eliminó en batalla a los pueblos delante de ellos para que pudieran seguir su camino [Números 21:3]. Finalmente, estuvo presto a endulzar el agua de los manantiales que ante ellos se presentaba como amarga [Éxodo 15:22-25]. Probablemente, cuando el ETERNO pidió al pueblo que día tras día, semana a semana, mes a mes, y en cada santa convocación, le presentaran todos esos corderitos, esperaba, entre otras cosas, que el pueblo recordara al ver a esos corderitos que quizá ellos mismos habían pastoreado, que el ETERNO mismo y a través de Moshé, había sido su pastor y había ido delante de ellos en todas esas circunstancias por el desierto.

Y al llegar a este punto quiero compartir un jidush que encontré en la parashá de esta semana. Hay algo fundamental que está implicado en el hecho de preparar la mesa y es que el pastor tiene que adelantarse al rebaño, ir delante de sus ovejas, para que pueda prepararla antes que ellas lleguen. El término que se usa en el salmo 23 para “delante de mí” es לפני – Lifnei de la palabra פָּנִים – Panim (Strong H6440). Pues bien, en la parashat Pinjas, cuando Moshe está haciendo la petición al Altísimo de un sucesor, según la traducción de la NVI dice:

“Dígnate, Señor, Dios de toda la humanidad, nombrar un jefe sobre esta comunidad, uno que los dirija en sus campañas, que los lleve a la guerra y los traiga de vuelta a casa. Así el pueblo del Señor no se quedará como rebaño sin pastor.”

Sin embargo, en la versión Reina Valera 1960 se hace una traducción un poco más literal del texto en hebreo:

“Ponga Jehová, Dios de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación, que salga delante de ellos y que entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la congregación de Jehová no sea como ovejas sin pastor.”

Esta expresión “que salga delante de ellos y que entre delante de ellos” ha sido entendida por Rashi, en el mismo sentido que en NVI, en cuanto a llevarlos a la guerra. No soy quien para contradecir a Rashí, el ETERNO me libre, luego no lo voy a hacer; pero me gustaría dar una perspectiva adicional desde el estudio que venimos haciendo. La expresión que se ha traducido como “delante de ellos”, es en hebreo “לפניהם – Lifneijem” de la palabra פָּנִים – Panim. Sí mis amados, la misma palabra que usa David en el salmo 23 para decir “preparas mesa delante de mí”. Y no solo eso, luego de disfrutar de los ricos pastos de las altiplanicies, el rebaño es retornado por su pastor siguiendo el camino de vuelta al redil, se asegura que todas lleguen y que puedan descansar tranquilas en el lugar seguro. Así también Moshé pedía que esta persona también los hiciera entrar, los hiciera volver.

Permítanme pensar entonces, que cuando Moshé estaba indicando las características de la persona que pedía como sucesor de sí, indicando que fuera delante del pueblo y los sacara, y luego fuera delante de ellos para hacerlos entrar, dicha especificación no estaba desconectada de la idea que tenía en mente del pueblo como rebaño y su sucesor como pastor. Todo lo contrario, podía haber tenido muy presente al Altísimo como el Pastor de los pastores, a través de él, anticipándose al pueblo para prepararles la mesa en todas las veces que ya mencionamos en el desierto. Y veía cómo este pueblo iba a seguir necesitando un representante del pastoreo del Altísimo que siguiera yendo delante de ellos y que los hiciera entrar, pues aún no habían alcanzado la tierra prometida, esa mesa de ricos pastos que les había sido prometida, ese redil seguro donde iban a descansar tranquilos.

Sentados a la mesa del pastor

Para todos aquellos que son pastores, tienen algún liderazgo o el llamado para hacerlo, solo puedo decirles que Yeshúa es el mejor ejemplo, dice Pedro que nosotros éramos como ovejas descarriadas, pero ahora hemos vuelto al Pastor que cuida de nuestras vida, a Yeshúa, quien padeció por nosotros dándonos ejemplo para seguir sus pisadas [1 de Pedro 2:25]. Así también como dice rab. Shaul, que Yeshúa, el gran Pastor de las ovejas, los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad [Hebreos 13:20-21]. Mi humilde sugerencia es estudiar el salmo 23Ezequiel 34Juan 10 y si me lo permiten leer el libro La vida en el Redil (Phillips, 1976), para lograr un entendimiento más profundo de las figuras que en dichos pasajes se utilizan.

Finalmente, mis amados, la invitación que quiero dejar tras este estudio, es que cada vez que nos presentemos a las santas convocaciones que el ETERNO ha establecido y leamos los versos correspondientes, de esta parashat Pinjas en recuerdo de los sacrificios que el Altísimo pedía en cada una, recordemos que nos estamos presentando a la mesa que Él ha preparado. Que tratemos de recordarlo como ese Buen Pastor, que se ha esforzado en la preparación de la mesa, que recordemos todas las bondades que Él ha hecho por nosotros antes de llegar a ese momento. Que no olvidemos que Él se asegura de que nuestro sustento esté garantizado y que no debemos afanarnos por eso. Y que cuando estemos delante de su presencia, con Él paseándose entre nosotros, no nos distraigamos con rivalidades tontas con nuestros hermanos, entrando en pleitos y conflicto, así perdemos la oportunidad de disfrutar de su compañía, de la paz que nos da sentirlo cerca, y más bien poder acostarnos en el pasto a rumiar y aprovechar el rico alimento espiritual que ha dispuesto para nosotros.

¡Shavua tov!

Referencias

Phillips, K. La vida en el Redil. Editorial Caribe. 1976, 141 pp.

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Rocio del Valle

Soy bióloga con maestría en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia, Creyente en el Mesías Yeshua desde la cuna, miembro activo de la Comunidad Mesiánica Yovel y felizmente casada. El estudio de la creación del Altísimo ha sido mi pasión, y me deleito en ampliar mi comprensión del textos bíblico desde el conocimiento de las Ciencias Ambientales.