Las diez palabras traen sanidad
Por: Martha Tarazona
«La Tora no emplea el término “mandamientos” para el decálogo, lo nombra regularmente “las diez palabras”. Yeshúa nos dio la instrucción de que con amor podemos cumplir las 10 palabras y así no serán gravosas, porque todo lo que hacemos con amor lo disfrutamos.»
La parashá Yitró [Ex. 18-20] relata la entrega de las 10 palabras o el decálogo, del eterno al pueblo de Israel de una manera portentosa: “HaShem dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos, y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día HaShem descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí” [Ex.19:10-11]. El pueblo se santificó y estuvieron preparados para el tercer día.
“Aconteció que, al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; ¡y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento!” [Ex. 19:16].
Según Najmánides “el pueblo percibió como en un relámpago de verdad, el mundo que no entendía y metafísico donde reinan lo absoluto y lo infinito. Desde que Israel, oyó la voz del eterno acompañada de los truenos del Sinaí, su eco se grabó en las profundidades de su alma y allí permaneció imborrable para toda la eternidad.
La Tora no emplea el término “mandamientos” para el decálogo, lo nombra regularmente “las diez palabras”. El nombre griego decálogo significa igual 10 palabras. Un mandamiento que ninguna persona respete o que todo el mundo viole, cesa de ser un mandamiento” [1].
Sin embargo, en las traducciones de la biblia aparece el término mandamiento, no obstante, desde el original en hebreo es la palabra “מצוה mitzvá, en plural mitzvot” es la # 4687 del Strong que significa mandato sea humano o divino, estatuto, ley, mandamiento, mensaje, orden, precepto [2].
Y HaShem dio las 10 palabras al pueblo:
1- Yo soy el Señor tu Di-s que te saqué de la tierra de Egipto. 2- No tendrás dioses ajenos delante de mí. 3- No tomarás el nombre de HaShem tu Di-s en vano. 4- Acuérdate del día de reposo-sábado para santificarlo. 5-Honra a tu padre y a tu madre. 6- No matarás. 7-No cometerás adulterio. 8-No hurtarás. 9-No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. 10-No codiciarás. [Ex. 20: 1-17].
Estas 10 palabras que el eterno le dio al pueblo de Israel en el Sinaí, rigen hoy en día para toda la humanidad y cuando las respetamos y cumplimos esto es lo que sucede en nuestras vidas:
- Tenemos luz: “Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen, Para que te guarden de la mala mujer, De la blandura de la lengua de la mujer extraña [Prov. 6:23-24].
- Es un acto de amor a HaShem: “Pues este es el amor a Di-s, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos” [1 Jn. 5:3].
- Tenemos las bendiciones descritas en Deuteronomio 28: “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de HaShem tu Di-s, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también HaShem tu Di-s te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de HaShem tu Di-s. Bendito serás…
- Trae sanidad a nuestro cuerpo: Toda obra de nuestras manos y toda nuestra vida será bendita: “Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas” [Dt. 28:4].
Pero si no cumplimos sus ordenanzas vendrá enfermedad: “HaShem te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.
HaShem te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado. HaShem te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu; Y enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos. Te herirá HaShem con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser curado.
…Entonces HaShem aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas grandes y permanentes, y enfermedades malignas y duraderas; y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán. Asimismo, toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, HaShem la enviará sobre ti, hasta que seas destruido [Dt. 28:22-61].
Yeshúa resume las 10 palabras en 2: “Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Yeshúa le dijo: Amarás al Señor tu Di-s con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” [Mt. 22:35-40].
Si nos amamos a nosotros mismos y a los demás, cumplimos las 10 palabras, porque si amamos no le hacemos daño a nadie, y aparte de cumplir somos bendecidos en toda la obra de nuestras manos y estaremos sanos.
Yeshúa no vino a abolir las 10 palabras, él vino a cumplir la ley: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido” [Jn. 13: 17-18].
Yeshúa nos dio la instrucción de que con amor podemos cumplir las 10 palabras y así no serán gravosas, porque todo lo que hacemos con amor lo disfrutamos.
Amigo lector, de acuerdo a la lectura anterior, si cumplimos las 10 palabras tendremos sanidad en nuestro cuerpo. Si su cuerpo está afectado con enfermedad revise una a una las 10 palabras de Éxodo 20 y evalué si está cumpliendo a cabalidad y con la profundidad que merece cada palabra que el eterno nos dejó como instrucción para que nos vaya bien, y así podrá usted sanarse a usted mismo, porque la palabra de Di-s y el cumplimiento de los mitzvot u ordenanzas o mandamientos, trae sanidad al cuerpo, al alma y a la mente y nos hace verdaderamente libres para servir al Señor y tener vidas victoriosas.
Shavua Tov.
REFERENCIAS
[1] Munk, E. (2001). La voz de la Torah. Comentario del pentateuco. Edición original en francés. Fundación Samuel y Odette Levy. Paris.Pág. 709,710.
[2] Strong, James (2003). Concordancia Strong exhaustiva de la biblia. Editorial caribe. Pág. 78.
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Martha Patricia Tarazona Díaz. Ph.D.
Miembro de la comunidad Yovel, Dra. Ingeniería de Alimentos. “Nada tenemos que no hayamos recibido” [1 Cor. 4:7]