La luz que vence a la oscuridad
Por: Familia Barrios Lara
¿Contra quién luchó Yaakob? ¿Contra quién es nuestra lucha cada día? ¿Y cómo podemos salir victoriosos de ella?
Yaakob no es precisamente el hombre modelo que muchos hubiesen deseado para ser el padre de Israel. De hecho, su vida está marcada por conflictos importantes con las personas más cercanas a él: su padre Itzjak, su hermano Esav, su suegro Laban, sus esposas Rajel y Lea, y por supuesto con sus hijos. Pero además de los conflictos, están el engaño a su padre ciego, las rencillas con sus cuñados y el soborno que pretendía hacer a su hermano. Tal como lo describe el Rav Jhonathan Sacks ”No aparece, como un hombre con el coraje de Abraham o la bondad, la fidelidad y el auto control de Itzjak, el vigor y la pasión de Moshé, la poesía y habilidad política de David o el lirismo y la esperanza de Isaías”(1)
¿Cuántos de nosotros somos como Yaakob? ¿Intentando esconderse tras la ropa de otros para alcanzar una bendición? ¿Llenos de conflictos, de temores o de miedos? ¿Intentando obtener la victoria por nuestras propias estrategias y maquinaciones?… Pues para todos nosotros hay un mensaje especial en la parashá de esta semana, Vayishlaj.
Justo antes de encontrarse con su hermano, tenemos esta luz, en medio de un episodio misterioso en la torá. Yaakob, a la mitad de la noche, envía a sus esposas, hijos y siervos a cruzar el valle de Jaboc; y luego, de que se queda solo, aparece un hombre de la nada, contra el cual lucha hasta el amanecer [Gn 32:23-25] Pero…¿quién era ese hombre?
La Torá no lo menciona claramente. La palabra que se usa en hebreo es אִישׁ que literalmente significa hombre o varón, pero que también se traduce como “gran hombre” o agente divino. Chizkuni y Rav Bahya, sostienen que era el ángel protector de Esav, que le quería impedir que escapará del encuentro con su hermano. Radak nos enseña que se trataba de un ángel, pues la palabra איש, es la misma que aparece en [Jos 5:13] y [Dan 9:21], en donde se refieren al ángel Gavriel, y que Dí-s había enviado este ángel a Yaakov para fortalecerlo, ya que si, Yaakov podía vencer a un ángel, ¡seguramente no debía temer al encuentro con Esav!. Rashbam también enseña que el propósito del ángel era evitar que Yaakov huyera, para que así se cumpliera la promesa de Di-s a Yaakov, de que Esav no le haría daño (2).
Hay una teoría más que sostiene que Yaakob estaba luchando contra el mismo, contra su yetzer hará (inclinación al mal). De hecho, Ibn Ezra, sostiene que “Ad alot ha-shachar” עַ֖ד עֲל֥וֹת הַשָּֽׁחַר [Gn 32:25], significa no solo “hasta que amanezca”, sino, “hasta que la oscuridad de la noche desaparezca”; por lo que, de allí se puede deducir que “la oscuridad en Yaakob” debía desaparecer para que la lucha terminara. Radak sostiene que la razón por la cual la lucha duró hasta el amanecer, es una alusión de que, luego de un período de oscuridad, es decir, problemas y adversidades; llega un período de luz, paz, prosperidad y seguridad (2).
Y es que Yaakob vivió esa oscuridad en muchas ocasiones en su vida: tuvo que huir de su casa porque su hermano quería matarlo [Gn 27: 42-43] y nunca más volvió a a ver a su madre; vivió en medio de las constantes peleas entre sus esposas; despertó los celos de sus cuñados [Gn 31:1], pasó largas noches pastoreando las ovejas de su suegro sintiéndose estafado tras éste cambiar diez veces su salario [Gn 31:41], sufrió la muerte temprana de Rajel y la desaparición prolongada de su hijo Yosef. Pero tal vez, la oscuridad más fuerte la vivió la noche anterior a reencontrarse con su hermano, al enfrentarse a sus propios temores y recuerdos.
Y es justo allí, en medio de esa oscuridad, en donde Yaakov tiene sus encuentros más profundos y reveladores con el Eterno. Yaakov no es el héroe idealizado de las leyendas y la mitología que no tiene ninguna falencia, y que es casi divino; sino que, más bien, la torá expone claramente sus dificultades, sus temores y problemas.Tal como lo describió Moshe “Lo halló en una tierra desolada,en la rugiente soledad del yermo.Lo protegió y lo cuidó; lo guardó como a la niña de sus ojos” [Deu 32:10].
Rav Hirsch dice que cuando Yaakov comparó la fuerza de su familia contra el enorme poder de Esav “«Nos encontramos con su hermano Esaú y ya viene en camino a su encuentro, ¡con un ejército de cuatrocientos hombres!” [Gn 32:6],sintió tanto miedo, que esto provocó en él un grito de temor a Di-s, pues se reconoció completamente solo y dependiente tan solo de Hashem (1). Tal como lo describió el Rey David “Desde mi angustia clamé al Señor,y él respondió dándome libertad” [Sal 118:5]. Y allí, en medio de la angustia, Di-s no solamente lo fortalece, sino también le cambia el nombre “—Tu nombre ya no será Jacob—le dijo el hombre—. De ahora en adelante, serás llamado Israel” [Gn 32:28]. Y este cambio, no es una inserción de una letra -como en el caso de Abraham, Sara o Josué-; sino afecta su esencia, pues lo cambia de Yaakob -engañador- a Israel -Di-s prevalece-. Tal como dice Rav Shaul “Por lo tanto, si alguno está en Mashiaj, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!” [2 Cor 2:17].
Pero además, ocurre algo sorprendente…al lesionar el tendón de su cadera, lo que hace Di-s es recordarle que no es en sus propias fuerzas que puede ganar la batalla, sino que su fuerza es el Eterno…al punto que ese bastón, se convierte en un punto de recuerdo permanente de su relación con Di-s, y de su conexión con Él “Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró apoyándose en la punta de su bastón” [Hb 11:21]-
El mérito de Yaakov, no está en empezar el camino de la fe -como Abraham-, ni en estar dispuesto a morir -como Itzjak-… sino más bien, en reconocer a Di-s en sus momentos de máxima vulnerabilidad y sacar de esos encuentros el coraje para seguir adelante. Y esa fue la fuerza que Yaakob le heredó al pueblo judio, el cual ha sobrevivido a innumerables tragedias que podrían haber puesto fin a cualquier otro pueblo -la esclavitud en Egipto, las invaciones a Israel y deportaciones, la destrucción de los templos, las expulsiones y persecusiones de la Edad media, los progromos, la Shoa (holocausto), las guerras del Estado de Israel, y los recientes acontecimientos del 7 de octubre-; pero, en lugar de destruirlo, esos momentos de oscuridad se han convertido en un retornar al Eterno y una fuente de coraje para renovarse, salir adelante y conquistar nuevas alturas (3).
Probablemente nosotros no hemos tenido una lucha cara a cara con Di-s…pero si hemos pasado noches de oscuridad, momentos en los que nuestras oraciones parecen chocar contra el techo, en donde la angustia o el miedo no nos permiten ver soluciones. Y son las circunstancias -la enfermedad, la crisis financiera o los problemas familiares- las que terminan siendo ese “ángel” que usa Di-s para enfrentarnos cara a cara contra nosotros mismos, reconocer nuestro orgullo y debilidades y llevarnos a una transformación verdadera de nuestra esencia… aunque muchas veces salgamos de allí cojeando “Recuerda que durante cuarenta años el SEÑOR tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, y te humilló y te puso a prueba para conocer lo que había en tu corazón y ver si cumplirías o no sus mandamientos” [Dt 8:2]
Yeshúa mismo vivió una noche así antes de entregar su vida por nosotros “Entonces se apareció un ángel del cielo para fortalecerlo. 44 Pero como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra” [Lc 22: 43-44]. ¿Sucedió esto por la debilidad de Yeshúa? ¡No! sino que más bien, para que podamos confiar en que Él tiene compasión de nuestros sufrimientos “Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir la misericordia y encontrar la gracia que nos ayuden oportunamente” [Hb 4:15-16]::. Y es que de la noche más profunda es de donde salen nuestras oraciones más honestas, y es nuestra humillación y rendición, la que peemite que entre el rayo de luz que rompe cualquier coraza que hayamos construido alrededor de nuestro corazón “(Yeshúa) Esta luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no han podido extinguirla” [Jn 1:5]
¡Shavua tov!
Por familia Barrios Lara
Somos Deivy Barrios y Natalia Lara, casados desde el 2016, padres de 3 pequeños y comunitarios de Yovel.***