La amnesia espiritual

Por: Natalia Lara

¿Cuál es el recuerdo más antiguo que tienes? ¿y por qué en está parashá el Eterno hace que el pueblo de Israel recuerde? ¿y qué relación tiene esto con Yeshúa el Mesías?

La parashá de esta semana es דברים devarim, plural de דָּבָר dabar [S.1697] que significa palabra, cuestión, cosa, causa. Comprende desde Dt 1:1 hasta Dt 3:22, y en ella  Moshé (Moisés) se encarga de recordarle a la congregación momentos cruciales de su estadía en el desierto: el nombramiento de jueces [Dt 1:9-17], el informe de los espías [Dt 1:22-28], la promesa hecha a Caleb y Yehoshua [Dt 1:36-38], la derrota en Horma [Dt 1:41-45], los años en el desierto [Dt 2: 1-23], la derrota de Sijon y Og [Dt 2:24-3:11] y el establecimiento al este del Jordán de las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés [Dt 3:12-20]. ¿Cuál fue el propósito del Eterno al recordarles estas cosas al pueblo de Israel?

Recordar es traer al presente algo que estaba almacenado en la memoria. Pero crear recuerdos no es la única tarea de la memoria, sino que esta se clasifica en 4 tipos: episódica, semántica, de trabajo y procedimental. La episódica nos permite viajar en el tiempo y recordar experiencias personales. La memoria semántica nos da un conocimiento general del mundo, sus relaciones, usos, hechos, conceptos y significados. La de trabajo se refiere a la disponibilidad de información verbal y no verbal para realizar tareas y comportamientos. Finalmente, la memoria procedimental nos permite adquirir habilidades cognitivas y comportamentales para operarlas automáticamente; como lavarnos los dientes o conducir el auto. Muchas enfermedades pueden comprometer tanto la capacidad de almacenar o recordar información, lo que se conoce como amnesia (1).

Recordar es una función cerebral única pues involucra tanto un sentido del yo como un sentido del tiempo. Nos obliga a pensar en nosotros mismos y en el tiempo que ha transcurrido, tal como lo hizo Moshé con el pueblo de Israel conectando -al igual que lo hace el cerebro- el lenguaje (la palabra) con la memoria (los recuerdos).  

Los recuerdos como tal dependen de la memoria episódica, la cual se localiza físicamente en el hipocampo, el sistema límbico y estructuras mediales del lóbulo temporal; enganchada a las emociones a través del denominado “cerebro visceral” o circuito de Papez. Se comporta de manera asimétricas, con predominio de recuerdos visuales en el lado derecho del cerebro y verbales en el izquierdo. El procesamiento de recuerdos tiene 3 fases: codificación -enfocar la atención y procesar la información-, consolidación -archivarla para que esté disponible en el futuro- y recuperación -recordar dicha información-. (1)

Di-s necesitaba ejercitar la memoria de la generación que iba a entrar en la tierra prometida, pues ellos eran los niños pequeños del pueblo que había salido de Egipto y, probablemente sufrían de una situación conocida como “amnesia infantil”, es decir, la relativa ausencia de recuerdos antes de los 3 o 4 años de vida. Si bien los niños son muy hábiles en adquirir y consolidar información, los recuerdos de infancia se pierden fácilmente a medida que crecemos y ninguno de nosotros se acuerda, por ejemplo, de nuestra etapa de bebés. (2)

Para prevenir eso, esta generación necesitaba recordar no solo los errores de sus padres, sino principalmente tomar conciencia de las bondades del Eterno hacia ellos: cómo Hashem los había guiado como hace un padre con su hijo, acompañándolos de día y de noche [Dt 1:31-32], cuidándolos en el desierto, sin que les faltara nada [Dt 2:7] y peleando por ellos [Dt 1:29] para que no fueran botín de guerra, sino que entraran a poseer la tierra [Dt 1:39].

Recordar hace parte de aprender, y eso Di-s lo sabe muy bien, por eso hay muchas situaciones que Él nos pide que recordemos, de hecho, dentro de las plegarias del judaísmo se incluyen 4, 6 o 10  remembranzas diarias: la salida de Egipto [Dt 16:3], el Shabbat [Ex 20:8], el ataque de Amalec [Dt 25:17-19], la revelación del Sinaí [Dt 4:9-10], la rebelión en el desierto [Dt 9:7], lo sucedido a Myriam por el chisme [Dt 24:9], el maná [Dt 8:16], que es el Eterno quien otorga fuerzas para hacer riquezas [Dt 8:18], Yerushalayim [Salm 137:5] y lo que hicieron Balac y Balaam [Mi 6:5].

Biológicamente es difícil saber porque se da la amnesia infantil. Puede ser porque en la infancia es muy alto el proceso de degradación de la memoria, es decir la limpieza de información que evita interferencias de memoria por datos poco importantes (3). También se ha encontrado como los recuerdos se corresponden con el aprendizaje del lenguaje, ya que los primeros se graban como imágenes y los recuerdos más viejos que tenemos coinciden con la etapa en la que logramos comunicarnos efectivamente (2). De igual forma, se evidencia que la consolidación de recuerdos de la niñez se relaciona con la calidad del lenguaje usado por los padres (2), el vínculo materno y la ocurrencia de eventos estresantes (4).

Pero la amnesia infantil no es una situación reservada para la generación que sobrevivió al desierto, sino que nosotros también sufrimos de amnesia infantil espiritual. Nuestra degradación de memoria -erradamente- reemplaza citas bíblicas por números de whatsapp, salmos por canciones de moda y los milagros del Eterno por nuestras quejas y problemas.

Hasta ahora no existe remedio para la amnesia infantil biológica. Pero, podemos fortalecer nuestra memoria espiritual, pasando tiempo de calidad con su palabra, memorizando sus respuestas en situaciones estresantes y mejorando nuestro vínculo con él. Además, Yeshúa prometió que su Ruaj Hakodesh –Espíritu Santo- nos recordará todo aquello que necesitemos para amarlo, obedecer los mandamientos [Jn 14:26], crecer sin olvidar de donde estamos agarrados y entrar a la tierra que el Eterno tiene para nosotros: “Ustedes han permanecido ya demasiado tiempo en este monte…Yo les he entregado esta tierra; ¡adelante, tomen posesión de ella!” [Dt 1:6-8]

Shavua tov!

Referencias
    1. Matthews BR. Memory Dysfunction. Continuum (Minneap Minn). 2015 Jun; 21(3 Behavioral Neurology and Neuropsychiatry): 613–626.
    2. Bauer PJ, Larkina M.The onset of childhood amnesia in childhood: a prospective investigation of the course and determinants of forgetting of early-life events. Memory. 2014;22(8):907-24.
    3. Josselyn SA, Frankland PW. Infantile amnesia: a neurogenic hypothesis. Learn Mem. 2012 Aug 16;19(9):423-33.
    4. Li S, Callaghan BL, Richardson R. Infantile amnesia: forgotten but not gone. Learn Mem. 2014 Feb 14;21(3):135-9.

Soy hija de Di-s, recién casada, miembro de la Kehilat Mésianica Yovel, pediatra y por misericordia del Padre Eterno trabajo con los niños de la reclusión de mujeres El Buen Pastor en Bogotá.