Goshen la tierra del buen pastor
Por Rocío Delvalle Quevedo
¿Te gustaría conocer las curiosidades de Gosén y su relación con el Mesías, así como las pistas que nos deja de nuestra relación con Él?
La parashá (porción) de esta semana Vayigash (ויגש – y se acercó) es la penúltima del libro de Bereshit (Génesis). Una palabra muy especial que aparece dentro de esta parashá es Goshen (גּשֶׁן, Strong H1657). Es precisamente en esta parashá donde aparece por primera vez en la Torá. Y de hecho 9, de las 10 veces que ésta palabra aparece en Bereshit , se dan en esta parashá.
Esta palabra y el lugar que representa tiene muchas riquezas, como introducción a este comentario que estoy haciendo recomiendo ver la enseñanza que dio nuestro moré Dudu al respecto en el 2016. Es un mensaje con muchos majares, que recomiendo sacar el tiempo para ver completo. De todas formas retomaré algunas de las conclusiones del mismo para continuar profundizando en él a través de estas líneas.
Goshen es el lugar de encuentro entre Yosef y su padre Yaakov. Ocho veces aparece escrito en su forma común גשן, pero en los versículos 46:28 y 29, aparece con una letra adicional (ה) que indica direccionalidad (hacia tal lugar), es decir, dice “hacia Goshen” por lo que la palabra queda escrita en hebreo: גשנה (Goshnah). Y es en esta forma como se empiezan a desprender las maravillas y particularidades desde la guematría que resulta:
Como se puede ver, la palabra Goshnah tiene un valor numérico de 358, que es el mismo de la palabra Mesías en hebreo. Por lo que se ha concluido que Goshén es el lugar de la revelación del Mesías. Otra perla que presenta Dudu en el vídeo, es que en el versículo 3:1 del libro de Shemot (Éxodo) dice que cuando Moshé estaba cuidando las ovejas de su suegro, y se encontró con la zarza ardiente estaba más allá del desierto. La expresión que se usa para decir esto, es Ajar Midbar (אחר המדבר) o “más allá”, que según los sabios puede ser entendido como “Después de”. Pero no solo en el sentido geográfico, sino en el sentido de reemplazar cada letra de la palabra Midbar (Desierto en hebreo) por la letra que va después en el alefato (Alfabeto hebreo):
Como nos podemos dar cuenta, al hacer éste ejercicio, aunque las letras están en “desorden”, son exactamente las mismas letras de la palabra Goshna, por lo que los sabios comentan que el lugar hacia el cual el ETERNO llevó a Moshé y le presentó la zarza ardiente probablemente haya sido Goshen. Por lo que también se puede leer que a menudo, el lugar de la revelación del Mesías en nuestras vidas es después del desierto.
Hasta aquí un poco el resumen del mensaje de Dudu, con los elementos que tomo de introducción para esta charla. Ahora, siguiendo el ejemplo de mi moré, quise seguir indagando y encontrar más.
Revisando un poco los comentarios de Rashí sobre esta parashá, encontré que en el verso 45:18 del libro de Bereshit, cuando el Faraón le está confirmando a Yosef, que traiga a sus hermanos y a su padre pues los hará habitar en lo “Bueno de la tierra de Egipto” (Tov eretz Mitzraim – טוב ארץ מצרים), Rashi dice “Es decir la región de Goshen”. Esta misma expresión se usa en el verso 45:20, solo que agrega una palabra diciendo “Todo lo bueno de la tierra” (Tov kol eretz – טוב כל־ארץ). Al añadir la palabra “Kol” y revisar la guematría de la expresión ocurre una coincidencia fascinante. Igual que la palabra Goshnah el valor numérico de esta frase tiene un valor numérico de 358. Sobre ésto volveremos más adelante.
Otro comentario que hace Rashi relacionado con Goshen en esta parashá, es con respecto al verso 46:34. Sobre la frase “Para que ustedes se asienten en la región de Goshen”, Rashí dice: “Y esa tierra es necesaria para ustedes, ya que es tierra de pastura. Y cuando le digan al Faraón que ustedes no son diestros en ninguna otra tarea de donde él vive y los asentará allá”. Ésta única tarea de la que habla el verso era la de ser pastores. Y aquí llegamos al punto que quiero desarrollar esta vez, y es que hay una estrecha relación entre Goshén como lugar geográfico y el oficio de ser pastor o la presencia de ganados y rebaños en la región.
De las 9 veces que la palabra Goshen y sus variaciones (Goshna) aparece en la parashá que nos ocupa, en cinco ocasiones lo hace acompañada de palabras que aluden a ganado (de vacas) y/o rebaños (ovejas) [Génesis 45:10, 46:34, 47:1, 47:4 y 47:6]. Este particular se ve explicitado en los siguintes versos:
“Por eso, cuando el faraón los llame y les pregunte a qué se dedican, díganle que siempre se han ocupado de cuidar ganado, al igual que sus antepasados. Así podrán establecerse en la región de Gosén, pues los egipcios detestan el oficio de pastor.” [Bereshit 46:33-34]
“Hemos venido a vivir en este país porque en Canaán ya no hay pastos para nuestros rebaños. ¡Es terrible el hambre que acosa a ese país! Por eso le rogamos a usted que nos permita vivir en la región de Gosén.” [Bereshit 47:4]
Se puede entender que la necesidad de habitar en la región de Goshén, parece entonces estar relacionada con un oficio que había sido transmitido de generación en generación y la posesión sobre seres vivos con los que desempeñaban ese oficio. Es decir, con el hecho de ser pastores ovejas, hombres de ganado.
Es importante enfatizar en este momento, que al hablar de vacas y ovejas estamos hablando de animales domésticos. La domesticación es un concepto que quizá muchos usamos a menudo, pero que probablemente pocos entendemos en todas sus implicaciones biológicas. La domesticación como término biológico, involucra la modificación de la variación genética de plantas y animales producto de las actividades humanas. Este proceso también conocido como selección artificial o antrópica, ocurre cuando los humanos seleccionan de manera directa o indirecta características de individuos o poblaciones, cambiando así las frecuencias de estas variantes en la especie (Simpson, 2014).
El proceso de la domesticación no solo ha tenido un impacto en la formación de la civilización humana, también ha moldeado algunos aspectos de la biodiversidad. Esto es debido a que el proceso de domesticación implica una continua dependencia entre las especies y el hombre. En un principio, las especies animales y vegetales podrían completar sus ciclos de vida en estado silvestre sin la intervención del hombre. Pero a medida que esta interdependencia se hizo más intensa, se llego a casos en los que las especies no pueden reproducirse en condiciones naturales sin la activa intervención del hombre (Gross, 2010). En las especies animales el síndrome de la domesticación incluye cambios en el sistema endocrino (hormonal), especialmente para generar animales dóciles (Andersson, 2012).
En el caso particular de las ovejas, hay varios aspectos en los que se hace evidente la dependencia de los animales por su pastor. Hay situaciones en que las ovejas domésticas que hacen parte de un rebaño se encuentran incluso en riesgo de muerte, si el pastor no está atento a ellas. Hay momentos en que una oveja está sentada rumiando, y de un momento a otro, tiene un cambio en su centro de gravedad, y queda con las patas arriba, de forma que le es imposible volverse a incorporar, a no ser que el pastor venga en su ayuda (Phillips, 1976).
Otro ejemplo es que, a diferencia de lo que se podría pensar, unas ovejas viables no comen cualquier pasto que está por ahí. En el verso 46:34 de Bereshit se ve la preocupación de éstos pastores de ovejas por buscar asentarse en un lugar con pastos adecuados para sus ovejas. Las ovejas tienden a ser muy repetitivas en sus acciones diarias, con hábitos muy acentuados. Entre éstos pastar siempre en el mismo lugar, pero si se sobre-pastorea una región, los pastos pierden vigor y poder nutricional, por lo que el pastor debe estar guiando sus pasos constantemente para ir rotando en diferentes pastizales (ídem).
También sucede que cuando llegan las épocas de calor en que pululan los insectos, desesperan a las ovejas en sus rostros, causándoles molestias y enfermedades que los mismos transmiten, la única alternativa que encuentra una oveja doméstica sola, es frotarse y estrellar sus cabezas contra postes ásperos, lo que puede agravar las infecciones o incluso llevarlas hasta la muerte. Pero un pastor cuidadoso, que está atento a sus ovejas, derrama aceites especiales sobre las cabezas de las mismas que repelen la acción de estos insectos, prácticamente salvándoles la vida. Y así, hay muchos más ejemplos de como una oveja doméstica tiene una fuerte dependencia de la labor de su pastor (ídem).
Teniendo en cuenta lo expuesto previamente, podríamos decir que ir hacia Goshen está relacionado con un rebaño que tiene completa dependencia del pastor para vivir bien. Recordemos que alguna vez en otro escrito que compartí en Shavua tov, hablamos de cómo ser injertado en el olivo “natural”, realmente podía traducirse como dejar de tener nuestras raíces en un olivo silvestre, y ser domesticados como ramas injertas en un olivo cultivado. En este mismo sentido en esta analogía, nosotros somos como éstas ovejas domésticas.
Si encontramos aquí una relación entre el lugar de la revelación del Mesías, con el oficio de ser pastor, no parece entonces que sea una coincidencia que fuera a unos pastores de ovejas a los que le fue dado el anuncio maravilloso que Yeshúa (Jesús) había nacido en este mundo. Pastores que precisamente se encontraban renunciando a sus noches de sueño, por amor a sus ovejas mientras guardaban las vigilias de la noche [Lucas 2:8, 20].
Una tremenda y bella coincidencia es el contexto en el que se encuentra la frase que habíamos mencionado en el verso 45:20 de Bereshit:
ועינכם אל־תחס על־כליכם כי־טוב כל־ארץ מצרים לכם הוא= “y que no se preocupen por las cosas que tengan que dejar, porque lo mejor de todo Egipto será para ustedes”
Si volvemos a la guematría de dicha frase, recordaremos que tiene el mismo valor numérico que la palabra Mesías. ¡Es Yeshúa el buen pastor! Ir a encontrarnos en el lugar de su revelación, implica estar dispuestos a dejar de preocuparnos por las cosas que tenemos que dejar, confiados en la completa dependencia que podemos tener en él, porque bajo su cuidado gozaremos de lo mejor de la tierra.
Goshen no es solo el lugar de la revelación del mesías, la esencia del oficio que en ella se desarrollaría nos habla claramente de la relación que Yeshúa tiene con nosotros como pastor. Entender lo que implica los detalles de la dependencia de las ovejas por su pastor, da una nueva dimensión de la ternura con la que Yeshúa miraba a las multitudes como ovejas sin pastor [Mateo 9:36, Marcos 6:34]. Cuando una oveja ha tenido los cuidados de un pastor amoroso y diligente, ha tenido un tiempo de intimidad con él en las vigilias de la noche y las travesías rotando por los diferentes pastizales, se acostumbran a su voz y lo siguen. Tal como dice en Juan 10:1-18, Yeshúa es el buen pastor de nuestras vidas. El que nos llama por nombre, y del cual debemos conocer su voz, seguirlo, entrar solo por Él que es la puerta y hallar pastos deliciosos, la riqueza de su Torá y de su pueblo. Él ha venido por nosotros, las ovejas que también éramos suyas y estábamos en otro redil, y nos ha hecho con su pueblo un solo rebaño.
Finalmente, recordemos que las letras que forman la palabra Goshén, son las mismas que están en el sevivón (un gran milgro ocurrió allá – נ-nesh ג-gadol ה-hayá ש-sham) con el que jugamos en el marco de la fiesta de Janucá (la fiesta de la dedicación), no puede ser coincidencia que este capítulo 10:22-29 de Juan diga:
«Por esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación (Janucá). Era invierno, y Yeshúa andaba en el templo, por el pórtico de Salomón. Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron:—¿Hasta cuándo vas a tenernos en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo con franqueza. —Ya se lo he dicho a ustedes, y no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que me acreditan, pero ustedes no creen porque no son de mi rebaño. Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar.»
Qué mas decir, sino, como ovejas plenas: el señor Yeshúa es mi pastor y nada me faltará; aunque vaya por el desierto, Él me llevará más allá, al lugar de su revelación y a lo mejor de la tierra.
Shavua tov
REFERENCIAS
Andersson L. Genetics of Animal Domestication. In: Gepts P, Famula TR, Bettinger RL, Brush SB, Damania AB, MCguire PE, et al., editors. Biodiversity and agriculture: Domestication, evolution, and sustainability. New York: Cambridge University Press; 2012. p. 260–74. Recuperado de: http://blogs.eltiempo.com/biogenic-colombia/2015/09/19/domesticacion-la-evolucion-dirigida-por-el-ser-humano/
Gross BL, Olsen KM. Genetic perspectives on crop domestication. Trends Plant Sci. 2010; 15(9):529–37. Recuperado de: http://blogs.eltiempo.com/biogenic-colombia/2015/09/19/domesticacion-la-evolucion-dirigida-por-el-ser-humano/
Phillips, K. La vida en el Redil. Editorial Caribe. 1976, 141 pp.
Simpson BB, Ogorzaly MC. Plants in our world: Economic botany. 4th ed. McGraw-Hill; 2014. Recuperado de: http://blogs.eltiempo.com/biogenic-colombia/2015/09/19/domesticacion-la-evolucion-dirigida-por-el-ser-humano/
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Soy bióloga con maestría en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia, Creyente en el Mesías Yeshua desde la cuna, miembro activo de la Comunidad Mesiánica Yovel y felizmente casada. El estudio de la creación del Altísimo ha sido mi pasión, y me deleito en ampliar mi comprensión del textos bíblico desde el conocimiento de las Ciencias Ambientales.