Eliminando la levadura de la inmoralidad sexual
Por: Martha Tarazona
Un poco de levadura de inmoralidad sexual, entra por los ojos, se anida en el corazón y cumple el propósito. Es un proceso irreversible, ya no se puede volver solo a la harina o solo a la uva, ya se fermentó la masa y se volvió vino el mosto.
La parashá Ajarey Mot (después de la muerte) en Lev. 18, cita los actos de inmoralidad prohibidos. Entre estos actos, se encuentra el adulterio “Además, no tendrás acto carnal con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella” [Lev.18:20]. En este versículo, el acto sexual se reduce a la satisfacción de los impulsos animales, donde la relación es dada por el deseo físico anulando la espiritualidad. Por el contrario, el propósito de la sexualidad es servir como vehículo para la santidad entre una pareja que ha hecho un pacto con Di-s.
Los sabios consideran la inmoralidad sexual como la peor mancha que provoca el alejamiento de Di-s. Varias fuentes Medráshicas y Talmúdicas, citan que la Torá da a entender que repudia no solo el acto ilícito sino igualmente su “acercamiento” es decir todo acercamiento que puede conducir al adulterio. Tanto las fantasías impuras como miradas impúdicas son medios empleados por el instinto del mal, para acercar al hombre al pecado, por ello hay que evitar estas tentaciones [1]. En 2 Samuel 2:11 se cita la historia de David y Betsabé; “…y vio desde el terrado a una mujer… y envió David mensajeros y la tomó…”, podemos ver que hubo una mirada impúdica que lo llevo al pecado. En el caso de José y la esposa de Potifar, la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: duerme conmigo [Gén. 39:8]. En este caso, podemos ver que al igual que David, hubo en esta mujer una mirada impúdica que la llevo al pecado de seducción. No obstante, José, no la escuchó, huyó y salió.
En [Mateo 5:27-29], Yeshúa habla de no cometer adulterio, “pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón, por tanto si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo…” En este pasaje así como en el caso de David y la esposa de Potifar, Yeshúa está hablando del pecado de los ojos, de las miradas impúdicas. Igualmente, en 2 Pedro 2:14, tienen los ojos llenos de adulterio…
¿Por qué se cometen estos pecados?
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones [Mt 15:19], porque son obras de la carne [Gál.5.19].
¿Cómo contrarrestar estos pecados?
Si del corazón salen los malos pensamientos, ¿Cómo podemos limpiarlo?, pidiendo al eterno que pruebe y examine nuestro corazón y pensamientos, porque escrito está: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Adonai, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras” [Jer. 17:9-10], este versículo ratifica la relación entre corazón y obras de la carne [Mt 15:19, Gál. 5:19]. Bendito el eterno, por las pruebas del corazón, porque es allí donde podemos sacar toda levadura de nuestra vida, por ello, como decía David Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno [Sal. 139:23-24], Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve [Sal. 51:7].
¿Cómo quitar el pecado de los ojos?
Despojándonos del viejo hombre, de los deseos engañosos y renovando nuestra mente [Ef. 4:22-23]. Cuando nacemos de nuevo, somos nueva criatura; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas [2Cor. 5:17]. Sin embargo, hay cosas del pasado que tienen que ser confesadas, para que sean perdonadas: “mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día… Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Adonaí; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado” [Salm. 32:3-5].
¿Cómo romper las cadenas de la inmoralidad?
Rompiendo maldiciones generacionales:
Cuando una familia está en el proceso de rectificación, puede ser que los pecados sexuales sean más livianos y por tanto más sencillos de vencer, sin embargo, hay maldiciones generacionales de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación [Ex. 20:5, Ex.34:7], por lo tanto llevamos el pecado sexual de nuestros padres y las generaciones pasadas: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas” [Gál.5:19-21]. Por ello, es importante, romper en el nombre de Yeshúa toda maldición generacional de inmoralidad sexual en nuestra vida.
Pidiendo Perdón al eterno por los pecados de inmoralidad:
No solo por el adulterio físico, sino el adulterio del corazón [Mt. 5:27-29].
Sacando a la luz todo pecado de inmoralidad:
Cuando el problema de inmoralidad no cesa, con romper maldiciones generacionales, confesar ante el eterno y pedir perdón, es necesario sacar a la luz el pecado ante personas maduras en la fe, para quitarle el derecho legal que el enemigo tiene sobre esa vida, lo vemos en la palabra en la mujer adúltera, su pecado fue descubierto, salió a la luz, y Yeshúa le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más [Jn. 8:10-11], con todo pecado que se confiesa se le quita el poder al enemigo sobre nuestra vida. Todo pecado se hace en lo secreto, en la oscuridad, en lo oculto, en las tinieblas, y debe salir a la luz que es Yeshúa para poder ser perdonado y poder ser libres de estas ataduras.
Renovando nuestra mente:
Hay puertas abiertas a los pecados sexuales en la mente, situaciones del pasado, momentos, imágenes que quedan grabadas y fijadas en la mente y pueden controlar el cuerpo; es como la poca levadura que cuando se les da un poco de sustrato para que crezcan leudan toda la masa.
Haciendo guerra espiritual, siendo libre de las ataduras del pecado y cerrando las puertas a toda potestad y discernir de donde vienen los pensamientos:
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” [Ef. 6:12], sabemos que estamos en un mundo espiritual real, y hay espíritus de inmoralidad que se posesionan de las personas y no pueden ser libres de estos pecados de la carne, solamente en el nombre de Yeshúa Ha Mashiaj “y estas señales seguirán a los que creen en mi nombre echaran fuera demonios” [Mr.16:17].
Sacando la levadura de inmoralidad de nuestra vida
Un poco de levadura leuda toda la masa [Gal.5:9]. La levadura tiene que ver, con soplar, inflar, expandir, etc, cuando hay levadura en nuestra vida de inmoralidad sexual y la alimentamos con lo que ella necesita para crecer, va hacer el mismo efecto que hace en el pan y en el vino, va a inflar o a fermentar, cuando ya hace el efecto, ya no hay como quitarla, porque cumplió el propósito, es un proceso irreversible ya no se puede volver solo a la harina o solo a la uva, ya se fermentó la masa y se volvió vino el mosto.
Que en este tiempo de panes sin levadura podamos quitar esa levadura en nuestra vida que puede estar ahí inactiva, pero que con un poquito de alimento, crece y se expande rápidamente, que saquemos toda levadura de inmoralidad, para que muera completamente, que así como el fuego destruye la levadura, que sea el fuego del Ruaj Hakosdesh, el que destruya, y no deje ni trazas en nuestras vidas.
Referencias
[1] Munk, E. (2001). La voz de la torah. Comentario del Pentateuco. Segunda edición. Págs. 1090,1094.
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Martha Patricia Tarazona Díaz. Ph.D.
Miembro de la comunidad Yovel, Dra. Ingeniería de Alimentos. “Nada tenemos que no hayamos recibido” [1 Cor. 4:7]