El mensaje del Tamarisco: Hospitalidad en tiempos de Aislamiento Social
Por Rocío Delvalle Quevedo
La parashat Vayerá hay un relato muy particular. Un reclamo que le hace Abraham a Abimélec sobre un pozo de agua (Génesis 21:25-34)
En la parashat Vayerá hay un relato muy particular. Un reclamo que le hace Abraham a Abimélec sobre un pozo de agua (Génesis 21:25-34). Son muy interesantes los análisis que se pueden hacer en torno a los conflictos e incluso las guerras por el agua, pero eso lo dejaremos para la parashat Toldot. De hecho, la parashat Toldot tiene unos relatos muy parecidos a los de la parashat Vayerá. Ambos sobre conflictos por pozos, interacciones con Abimélec y acuerdos de paz. Solo que en la parashat Vayerá el protagonista de dichas historias es Abraham y en la parashat Toldot lo es Isaac. En ambas parashot luego de hacer un acuerdo de paz con Abimélec, ambos (Abraham e Isaac) nombran un pozo como Berseba. Pero en esta ocasión me gustaría revisar junto a ustedes un detalle de la parashat Vayerá y es que, luego de nombrar al pozo Berseba, dice que Abraham plantó un tamarisco.
La palabra que en las versiones en español se ha traducido como tamarisco, es la palabra strong H0815, que en hebreo es אשל – Eshel. El versículo de Génesis 21:33, es el único de la torah donde aparece esa palabra. Al respecto del mismo, Rashi comenta:
Rab y Samuel difieren en cuanto a qué era esto. Uno dijo que era un huerto desde el que abastecer de fruta a los invitados a la comida. El otro dijo que era una posada para hospedarse en la que había todo tipo de frutas (Sotah 10a). Y podemos hablar de plantar una posada porque encontramos la expresión plantar usada de carpas, como se dice, (Daniel 11:45) “Y él plantará las carpas de su palacio”.
En otro comentario de Rab. Bahya, podemos encontrar un enfoque midrashico:
…las tres letras de la palabra א-ש-ל son un acrónimo de אכילה- שתיה- לויה que la verdadera hospitalidad implica proporcionar a los invitados comida, bebida y un acompañante cuando se van. [algunas versiones tienen la palabra שכיבה, “alojamiento”, en lugar de שתיה “beber”]. Abraham tenía la costumbre de decir a sus invitados: “Pidan todo lo que pueda hacer por ustedes y me esforzaré por hacerlo”.
Radak, también comenta al respecto:
Nuestros sabios en Midrash Tehilim 106 entienden la palabra אשל como un acrónimo de אכילה, שתיה, לינה, “comer, beber, pasar la noche”. En otras palabras, Avraham estableció un hotel allí para atender a las personas que pasaban por esa región. Enseñó a la gente de Beer Sheva a practicar el arte (virtud) de recibir extraños. Para cumplir esa virtud, uno debe proporcionar los tres ingredientes representados por las tres letras de la palabra אשל.
A pesar de las diferencias que se pudieran identificar entre los tres comentaristas, hay un punto común que podemos encontrar: los tres relacionan la expresión traducida al español como “plantó un tamarisco” con la virtud de la hospitalidad. La cual la tradición siempre ha otorgado a nuestro padre Abraham.
La alusión del Midrash, así como el comentario de Rashi, no parecen referirse a ninguna especie en particular de árbol. Por su parte, Radak dice:
…plantó algunos árboles jóvenes allí… La palabra אשל describe ciertas plantas (que dan fruto) … Según nuestros sabios en Beytzah 27, la referencia es a árboles altos que son difíciles de arrancar.
Rab Bahya dice: “La palabra אשל es el nombre de cierto tipo de árbol. Es por eso que la Torá escribe que Abraham “la plantó”.
El diccionario Strong por su parte coincide con la traducción que nos ha llegado al español de la palabra אשל – Eshel. La cual traduce como Tamarisk tree (árbol de tamarisco). Algunos estudiosos de la biblia y su botánica, han determinado que אשל – Eshel puede coincidir con la especie que recibe el nombre científico de Tamarix aphylla. De hecho, podemos encontrar en la página del jardín botánico de Jerusalén la coincidencia entre el género Tamarix y el nombre común אשל – Eshel. También es curioso ver que en algunas excavaciones dendroarqueológicas en Israel, particularmente en Berseba, la especie T. aphylla es muy comúnmente encontrada desde la antigüedad hasta la actualidad.
Como ha sido costumbre desde el 2012 que escribo de estos temas, mi intención con las siguientes líneas no es demostrar si sí o no la palabra Eshel del verso 21:33 de Génesis, fue un individuo de la especie Tamarix aphylla sembrada por Abraham. Más bien me gustaría, bajo el supuesto que así fuera, revisar junto a ustedes algunas características botánicas de esa especie, que pudiera, con la ayuda del Altísimo, enriquecer la interpretación que los sabios comentaristas del pueblo de Israel dieron a esa expresión.
Biologia de Tamarisco
Empecemos por revisar la relación que puede tener esta especie con los pozos. Así empezamos este comentario, diciendo que Abraham sembró el tamarisco luego que recuperó un pozo de las garras de Abimélec (Génesis 21:25-34). La primera curiosidad en ese sentido es que:
Tamarix aphylla es característico de los suelos arenosos en el sur de Israel, en la llanura costera y el Negev. Su distribución global se extiende por los desiertos de Arabia y el norte de África. La especie exhibe una excelente adaptación a sus condiciones. Entre estas adaptaciones del árbol a las condiciones del desierto, se encuentra su sistema de raíces, que puede llegar a depósitos de agua a gran profundidad de muchos metros en suelos arenosos.
Es más, se ha demostrado que especies del género Tamarix en Israel suelen aprovechar más comúnmente las aguas subterráneas, igual que lo hacen los pozos. Es decir, igual que en el relato, tanto los pozos como los tamariscos se encuentran en el desierto, con poco acceso al agua por precipitación (lluvia) o corrientes superficiales (p. Ej. ríos). Por tanto están diseñados, por el hombre (en el caso de los pozos) o por Di-s en el caso de los tamariscos), para encontrar y aprovechar las corrientes de agua subterráneas.
Además, debido a su capacidad para crecer como un árbol alto y que proporciona sombra, que puede vivir y crecer sin riego en condiciones difíciles, y también puede producir vigas adecuadas para la construcción, se eligió el árbol para plantarlo en los patios de las casas en pueblos árabes y cerca de pozos en el sur de Israel. Hoy en día, los restos de los árboles todavía indican lugares de vivienda que existieron en el pasado en la llanura de Judea y el norte del Negev.
Lo cual es fascinante porque coincide maravillosamente con la idea que cuando Abraham “plantó un tamarisco” estaba relacionado con hacer una especie de hotel.
Por otro lado, hay una curiosidad en cuanto a los usos que se le da en medicina popular a este árbol. Se dice que: “los beduinos del Negev preparan un té con sus hojas para las mujeres después del parto, para ayudar a que la placenta se desprenda, limpiar el útero y reducir el dolor después del parto”. Es curioso, esa conexión con el tema del parto, porque recordemos que el tamarisco fue sembrado luego de resolver una disputa con Abimélec, por quien también previamente Abraham había orado para que fuera quitada la esterilidad de las mujeres de su pueblo (Génesis 20:17-18). Además después de eso, su misma esposa Sara había concebido y dado a luz a su hijo Isaac (Génesis 21:1.-7).
Pero el tema de la fertilidad, la descendencia, el dar fruto va mucho más allá. Si bien los comentaristas señalan que el árbol sembrado por Abraham debía ser frutal para ofrecer a las personas que invitaba a hospedarse con él, T. aphylla da fruto pero ese fruto no es comestible. Sus frutos son más bien parecidos a los conos de los pinos, “puntiagudos rojos, de 5 mm de largo, que contienen numerosas semillas diminutas que son dispersadas por pappi (una pelusa en forma de sombrilla, parecida a la de los dientes de león) que las transportan con el viento”. Es sumamente interesante que diga que son numerosas semillas diminutas. Pues precisamente en hebreos (11:11-12) podemos encontrar una alusión a esta parashah que dice:
Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril,[a] recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar.
Podriamos agregar: …como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar… como las semillas del tamarisco que sembró.
Permítanme ir aun más allá. Sabemos que la descendencia de Abraham no fue solo natural por su hijo, sino que tuvo muchos hijos espirituales. Hay un comentario de Rab Bahya que conecta de una forma increíble la alusión a los pozos, con los conversos que Abraham hacía. Es un comentario de la parashat Toldot, pero que se refiere precisamente a los pozos de Abraham, al respecto del verso Génesis 26:15:
Ahora bien, los filisteos habían cegado todos los pozos de agua que los siervos del padre de Isaac habían cavado.
Algunos comentaristas afirman que los pozos son alusiones a conversos que se habían convertido en la época de Abraham al monoteísmo. La alusión simbolizaría que la conversión era tan fácil como aceptar una fuente de agua que la tierra proporciona gratuitamente. Abrir un corazón que había estado cerrado a la fe en Dios se compara con “excavar”. Por eso la Torá describe a los filisteos como si hubieran tapado los corazones de estos conversos, es decir, los llenaron de polvo. Alegóricamente hablando, mientras que Abraham había llenado la boca de estos conversos con “agua”, es decir, conocimiento de la Torá que da vida, sus compatriotas paganos los llenaron de tierra. La expresión עפר, “tierra, polvo” para describir conceptos religiosos paganos no es nueva; lo encontramos en Baba Batra 16 como una descripción de alguien como Job que utilizó argumentos engañosos para condenar el sistema de justicia de Di-s. La Torá informa que después de un tiempo Itzjak hizo el esfuerzo de reconvertir a estos conversos que su padre había hecho.
Hemos llegado a lo trascendente de todo eso. El propósito supremo de poder practicar la hospitalidad. Suele suceder, confieso que a mí me pasaba, que al pensar en la hospitalidad de Abraham pensaba en el pasaje que dice: “No se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles” (Hebreos 13:2). Una clara alusión del libro de hebreos a la visita que recibe Abraham al principio de la parashat Vayerá. Pensamos, desde nuestro egoísmo, que debemos hacer el gran sacrificio de ser hospedadores, porque así obtendremos nuestra recompensa. Por ejemplo, ese hijo por el que estamos orando. Sin embargo, los pozos, el tamarisco y los comentarios de Rab Bahya no parecen llevarnos a esa conclusión. El propósito sublime de practicar la hospitalidad, es que otros lleguen al conocimiento de la salvación en Yeshúa. Que podamos hacer el esfuerzo de excavar en sus corazones y llenarlos de agua de vida.
Bien dice Radak:
ויטע אשל, plantó algunos árboles jóvenes allí para que sirvieran como prueba de que el pozo cercano era ahora su propiedad indiscutible.
Que así, nuestra hospitalidad sea una prueba, que somos propiedad indiscutible de nuestro mesías Yeshúa, quien nos ha llenado con su agua viva.
Ahora, esa expresión en el comentario de Rab Bahya:
“Alegóricamente hablando, mientras que Abraham había llenado la boca de estos conversos con “agua”, es decir, conocimiento de la Torá que da vida, sus compatriotas paganos los llenaron de tierra.”
¿No les suena parecida a otra?
—Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida (Juan 4:10).
Siiiii, Yeshua y la mujer samaritana. Otra vez estamos junto a un pozo, esta vez el pozo de Jacob. Y, a lo largo del relato vemos los tres elementos del acróstico de אשל – Eshel, agua (Juan 4:7-15), comida (Juan 4:7; 31-34) y alojamiento (Juan 4:40) ¿Cuál fue el resultado en ese relato?
La mujer dejó su cántaro, volvió al pueblo y le decía a la gente: —Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será este el Cristo?… Muchos de los samaritanos que vivían en aquel pueblo creyeron en él por el testimonio que daba la mujer: «Me dijo todo lo que he hecho». … y muchos más llegaron a creer por lo que él mismo decía (Juan 4: 28–29; 39).
Vino la salvación, creyeron en Yeshúa muchos en ese pueblo.
Lo mejor es lo que Yeshúa les dice a sus discípulos en medio de esas circunstancias:
—Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra —les dijo Jesús—¿No dicen ustedes: “Todavía faltan cuatro meses para la cosecha”? Yo les digo: ¡Abran los ojos y miren los campos sembrados! Ya la cosecha está madura; ya el segador recibe su salario y recoge el fruto para vida eterna. Ahora tanto el sembrador como el segador se alegran juntos. Porque como dice el refrán: “Uno es el que siembra y otro el que cosecha”. Yo los he enviado a ustedes a cosechar lo que no les costó ningún trabajo. Otros se han fatigado trabajando, y ustedes han cosechado el fruto de ese trabajo (Juan 4:34-38).
Creo que es una clara alusión a la necesidad de difundir el mensaje de salvación (Mateo 9:35-38), recoger el fruto que son los hijos espirituales que podamos presentar delante del Padre (1 Corintios 3:1-11).
Hospitalidad y Aislamiento Social: El mensaje del Cedro Salado
En el año que escribo estas líneas, el mundo está viviendo una situación de pandemia por un virus respiratorio, contra el cual, hasta que haya una vacuna, una de las medidas es el aislamiento social. Entonces, quienes me leen en esta misma época bien podrían preguntarme ¿Cómo me vienes con un mensaje acerca de la hospitalidad en ese tiempo cuando debo evitar el contacto cercano con personas extrañas, en espacios cerrados, como puede ser mi apartamento o mi casa? Pues esa misma pregunta se la hice al Eterno mientras estudiaba para escribir ese comentario. La respuesta la encontré en otra característica de la biología del tamarisco.
A las especies de T. aphylla, en inglés, además de tamarisk tree, también se les nombra comúnmente como Salt cedar (cedro salado). A menudo las aguas subterráneas suelen tener una concentración de sales mayor que las aguas superficiales o de lluvia. Entonces, una adaptación que tienen los árboles de esta especie a las condiciones secas del desierto y del agua que se surten es que:
tiene glándulas especiales para la excreción de sal a la superficie de las pequeñas ramas verdes. Estas glándulas concentran las sales que han llegado al brote junto con el agua absorbida del suelo y las excretan como una solución básica muy concentrada. Durante el día, la solución se seca y el precipitado de sal seca se acumula en las hojas. De esta forma el árbol se deshace de las sales tóxicas, que podrían haberse acumulado en las células y perjudicar su viabilidad. En áreas donde el agua es salada, la sal de mesa (cloruro de sodio) constituye la sal principal excretada.
En un primer momento, pensé que eso no tenía nada que ver con lo que venía estudiando sobre la hospitalidad. Sin embargo, me pareció curioso y quise revisar qué decía la misma parashat Vayerá sobre la sal. Resulta que en esta misma parashah, se encuentra el relato cuando la mujer de Lot se convirtió en un pilar de sal (Génesis 19:26). Quise entonces revisar que decían los comentaristas al respecto ¡oh sorpresa con lo que me vine a encontrar!:
Rashi dice:
ותהי נציב מלח Y ELLA SE CONVIERTE EN PILAR DE SAL – Por la sal pecó y por la sal fue castigada. Él (Lot) le dijo una vez: “Dale un poco de sal a estos extraños” y ella le respondió: “¿Quieres introducir también esta mala costumbre en nuestra ciudad?” (Génesis Rabá 50: 4).
Chizkuni añade:
ותהיא נציב מלח, “ella fue convertida en columna de sal”; su castigo se ajustaba a su crimen, como ha explicado Rashi. Rashi afirma que cuando su esposo le pidió a su esposa que les diera un poco de sal a sus invitados para que la comida supiera mejor, ella se negó rotundamente al desafiar su derecho a violar las leyes de Sodoma con respecto al entretenimiento de los invitados. (basado en B’reshit Rabbah, 50,4) …
Rab Bahya comenta:
ותהי נציב מלח, “ella se convirtió en una columna de sal”… El Midrash relata que una persona pobre llegó a su puerta para pedir prestada sal y ella se negó a darle, por lo que fue castigada medida por medida: con la sal ha pecado y con una columna de sal ha sido castigada.
Increíble ¿No les parece? Otra historia, otros protagonistas, pero los comentaristas nos traen nuevamente el mismo tema, la importancia de la hospitalidad. Completamente asombrada, seguí buscando y profundizando sobre la biología del sistema de excreción de sales de T. aphylla, y entonces, por misericordia del Altísimo, encontré la cereza del pastel:
La sal que se acumula en las ramas absorbe agua durante las noches húmedas y la solución salina concentrada resultante gotea al suelo debajo del árbol. El suelo debajo de la copa tiene una capa superior rica en sal y la mayoría de las plantas competidoras no pueden germinar en ella.
Es un árbol que tiene un sistema para autoaislarse y no dejar que nada más crezca a su alrededor (otros árboles), pero aun así ofrece su sombra, su madera y un sin número de usos medicinales.
Volví a la pregunta que le había hecho al Eterno y entendí que: nadie dijo que seguir el ejemplo de nuestro padre Abraham iba a ser fácil. Si el árbol que Abraham sembró usara el agua de las frecuentes lluvias que humedecen el suelo o de una fuente de agua superficial, quizá no sería tan asombroso. Pero no, las particularidades de este árbol radican en qué no se encuentra en un medio fácil. Casi ni hay lluvias, no hay corrientes de agua superficial cerca. El hecho de que tenga unas raíces profundas que alcancen las aguas subterráneas, tiene un costo biológico: tiene que hacer una mayor inversión de materia y energía para hacer esas raíces más largas y que sean capaces de “excavar” para alcanzar el agua. Y cuando por fin encuentra agua, resulta que a menudo no es dulce, sino salada. Y tiene que hacer otra inversión metabólica en producir un sistema de excreción del exceso de sales.
De la misma manera, “el hotel” que Avraham puso, no estaba en un puerto comercial, ni en una zona turística, estaba en el desierto. Las personas que pasaran por ahí probablemente estaban pasando por un viaje difícil, poca agua, comida y techo.
Bien dice la Escritura:
Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que, para orar bien, manténganse sobrios y con la mente despejada. Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados. Practiquen la hospitalidad entre ustedes sin quejarse. Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas. (1Pedro 4:7-10)
Pedro da la clave: ¡Sin quejarse!
Puede que no sea la mejor época para hacer reuniones familiares, montar un hotel o recibir extraños en nuestra casa. Puede incluso que en estos tiempos algo tan sencillo como recibir un técnico para reparar un electrodoméstico, ahora resulte en mucho más trabajo por todos los protocolos de bioseguridad y estemos tentados a no darle ni un vaso de agua, para que no nos “contamine”. Pero la enseñanza del Tamarisco va más allá.
El griego nos puede dar una pista: La palabra que se usa en el Nuevo testamento para hospitalidad es Phyloxenos, que se compone de dos palabras: Phylos que es amor o amar. Y Xenos, que es extraño o extranjero. Es decir, práctica la hospitalidad es mostrar amor por el extranjero y el extraño.
De hecho, en el mismo acróstico de אשל – Eshel, dar alojamiento es solo una de las interpretaciones. La virtud de la hospitalidad incluye alimentar al hambriento. Si por un tiempo no podemos abrir las puertas de nuestra casa, sí podemos continuar pendientes de las necesidades de comida de los extranjeros y/o extraños que a nuestro alrededor están pasando necesidad (como en un desierto).
También incluye dar de beber al sediento. Cómo vimos, la sed primero es física, pero también espiritual. Debemos estar listos para dar razón de nuestra fe, cuando luego de saciar las necesidades físicas de quién el Altísimo nos envíe, se dé la oportunidad de compartir el mensaje de salvación.
Finalmente, según algunos comentaristas, Abraham no solo daba techo a sus inquilinos, sino que los escoltaba en parte de su viaje por el desierto:
Ya sabemos por Génesis 18,16 donde Avraham escoltaba a los ángeles que lo habían visitado, que tenía la costumbre de acompañar a sus invitados. Esta última etapa en el cumplimiento del mandamiento de ser hospitalario es de hecho la parte por la cual el anfitrión recibe su verdadera recompensa. Encontramos, por ejemplo, que inmediatamente después de que Abraham escoltó a los ángeles fuera de su casa, Dios lo recompensó revelándole el destino inminente de Sodoma y dándole la oportunidad de suplicar por sus vidas.
Así también nosotros debemos estar prestos a acompañar a quienes sepamos están atravesando por desiertos en su vida. Si ahora no se puede en persona, también a través de llamadas o mensajes escritos. Incluso en asesoría profesional cuando esto aplique en caso de por ejemplo abogados y psicólogos.
La sal y el amor a los extranjeros
Volviendo al tema de la sal, Yeshúa nos llamó a ser sal:
«Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿Cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee. (Mateo 5:13)
Es curioso que esa misma palabra en griego que usa en Mateo aparece en Santiago 3:12:
Hermanos míos, ¿acaso puede dar aceitunas una higuera o higos una vid? Pues tampoco una fuente de agua salada puede dar agua dulce.
Previamente está hablando sobre la importancia de controlar nuestra lengua. Retomando el ejemplo del técnico de electrodomésticos, puede que hasta le demos el vaso de agua, pero si le hablamos de mala manera y de forma despectiva ¿Qué oportunidad hay para compartir nuestra fe en ese momento?
Miremos lo que dice Yeshúa:
Les aseguro que cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre por ser ustedes de Cristo no perderá su recompensa. (Marcos 9:41)
Y luego dice:
»La sal es buena, pero si deja de ser salada, ¿Cómo le pueden volver a dar sabor? Que no falte la sal entre ustedes, para que puedan vivir en paz unos con otros. (Marcos 9:50)
La palabra Xenos (extranjero o forastero) es la misma que usa Yeshúa en Mateo 25:35-36:
Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron.
Y también dice Santiago, lo que bien hemos aprendido en Yovel:
Ya lo ves: Su fe y sus obras actuaban conjuntamente, y su fe llegó a la perfección por las obras que hizo. Así se cumplió la Escritura que dice: «Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia», y fue llamado amigo de Dios. Como pueden ver, a una persona se le declara justa por las obras, y no sólo por la fe. De igual manera, ¿no fue declarada justa por las obras aun la prostituta Rajab, cuando hospedó a los espías y les ayudó a huir por otro camino? 26 Pues como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. (Santiago 2:22-26).
Señor Yeshúa, ayúdame a seguir tu camino y el buen ejemplo de nuestro padre Abraham. Ayúdame a ser como el tamarisco, que aun luchando por crecer en un entorno difícil, que aún con estrategias para vivir aislado para no sucumbir ante sus circunstancias, no dejó de ser una herramienta útil para ayudar a Abraham con la virtud de su hospitalidad, descrita como un acróstico en la misma esencia de su nombre hebreo אשל – Eshel. Así como fue sembrado como un testimonio para otros, que podamos ser sal y luz como tú nos has pedido.
Referencias
- http://lexiconcordance.com/hebrew/0815.html
- Traducción desde el inglés al español a partir de: https://www.sefaria.org/Genesis.21.33?lang=bi&with=Rashi&lang2=en
- Traducción desde el inglés al español a partir de: https://www.sefaria.org/Genesis.21.33lang=bi&with=Rabbeinu%20Bahya&lang2=bi
- Traducción desde el inglés al español a partir de: https://www.sefaria.org/Genesis.21.33?lang=bi&with=Radak&lang2=en
- Traducción desde el inglés al español a partir de: https://www.sefaria.org/Genesis.21.33?lang=bi&with=Radak&lang2=en
- http://www.flowersinisrael.com/Tamarixaphylla_page.htm
- https://jbg.gardenexplorer.org/taxon-2874.aspx
- https://www.jstor.org/stable/27925373?seq=1Traducción desde el inglés al español a partir de: https://www.wildflowers.co.il/english/plant.asp?ID=1135
- https://doi.org/10.1016/j.jaridenv.2009.09.007
- Traducción desde el inglés al español a partir de: https://www.wildflowers.co.il/english/plant.asp?ID=1135
- Traducción desde el inglés al español a partir de: https://www.sefaria.org/Genesis.26.15with=Rabbeinu%20Bahya&lang=bi&aliyot=0
- Traducción desde el inglés al español a partir de: https://www.sefaria.org/Genesis.21.33?lang=bi&with=Radak&lang2=en
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Soy bióloga con maestría en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia, Creyente en el Mesías Yeshua desde la cuna, miembro activo de la Comunidad Mesiánica Yovel y felizmente casada. El estudio de la creación del Altísimo ha sido mi pasión, y me deleito en ampliar mi comprensión del textos bíblico desde el conocimiento de las Ciencias Ambientales.