DEPENDENCIA EN HASHEM Y EL GANA – GANA EN LOS NEGOCIOS
Por Luis Gabriel Forero y Stella Diaz.
BeHar (בהר (en hebreo significa “En la montaña” o “en el monte”. En esta Parashá (Levítico 25:1 a Levítico 26:2), el Eterno le comunica a Moshé las leyes del año sabático. Cada siete años, todo el trabajo en la tierra debe cesar, y su producto debe ser dejado libre para que lo tomen todos, tanto seres humanos como animales.
Ésta parashá contiene más mandamientos – 24 Mitzvot, también contiene leyes adicionales que gobiernan la venta de tierras, y las prohibiciones contra el engaño, el fraude y la usura. Dios promete que, si el pueblo de Israel observa Sus leyes fielmente, no faltarán alimentos y serán bendecidos. En Behar, la Torá menciona el año del Jubileo, el Yovel: Donde cada 50 años las tierras volvían a sus dueños originales. La tierra nunca se vendía a perpetuidad sino hasta un plazo máximo de 50 años.
Las deudas también quedaban canceladas o saldadas en este mismo proceso. Todo esto evitaba que a largo plazo algunas personas se empobrecieran demasiado y otras se enriquecieran demasiado, (buscando un equilibrio, un gana – gana). En el año de jubileo también se liberaba a todos los esclavos, que en ese tiempo eran las personas que, dada su pobreza, se empleaban como sirvientes para sobrevivir y/o para pagar sus deudas.
El contexto de ésta parashá, hace referencia a lo que es la integridad y la honestidad, donde se deben seguir las leyes de compra y venta de objetos y propiedad con absoluta integridad y honestidad.
Está prohibido engañar o dañar al prójimo económicamente. La Torá también indica que hay que evitar dañar al prójimo con palabras que lo dañen emocionalmente. También, nos habla de lo que debe ser la Justicia Social, refiriéndose a ayudar a un hermano que tiene dificultades financieras. En primer lugar, hay que evitar que alguien caiga en la indigencia, ofreciéndole un préstamo que lo pueda hundir económicamente. La Torá nos recuerda, sin embargo, la prohibición de cobrar intereses sobre un préstamo a un hermano en la fe y el imperativo de tratar a los servidores o sirvientes de manera digna y respetuosa. La Parashá Behar concluye con una exhortación final a observar el día de Shabat y a guardar un máximo respeto por el Templo o Santuario.
Ésta parashá, nos explica acerca de la prohibición de trabajar el campo durante el año de Shemitá o año sabático, cada siete años. Si trasladamos esta prohibición a nuestro contexto actual, laboral-empresarial, vemos que vivimos inmersos en los “afanes de este siglo”, envueltos en el caos político, social y económico, presos de las noticias y de la demanda del sistema actual de “hacer, hacer, hacer” y se nos olvida SER; Elohim nos creó como seres humanos, pero lo confundimos con hacedores humanos, por algo, en esta parashá hace énfasis en que todo tiene Su tiempo, en especial el “tiempo de trabajar y tiempo de descansar”. En esta era actual, muy poca gente puede darse el lujo de abandonar su trabajo sin recibir paga durante un año entero. Al ver esto con ojos terrenales, podemos imaginarnos lo que ocurriría si toda una nación decide abandonar sus puestos de trabajo y tomarse vacaciones por un año, tomaría años reestablecer la economía, pues se generarían perdidas de millones de dólares en la economía de una nación. Aunque parezca inverosímil, esto de no trabajar durante un año ocurría, pues se tomaban el año sabático, y obedecían al Eterno. Y al obedecer a Di-s, veían y experimentaban los milagros en sus vidas. Pues “la lógica de Di-s es muy diferente a nuestra lógica humana”, con todo y esta explicación, aún somos demasiado terrenales. A veces los milagros los vemos como algo imposible, algo inverosímil o algo que ya no aplica a nuestros días…, ¡Depender de HaShem lo cambia todo!, como dice la Palabra: “si tuviéramos fe, como un grano de mostaza, podríamos mover montañas…”.
Definitivamente, nos falta mucha fe, ¡y más si somos directivos de una empresa! Pues, debemos depender de Él y poner nuestra confianza en Sus promesas. Pero, si miramos a la sociedad actual podemos observar que la gente tiende a relegar a Di-s a la Kehilat, la comunidad, o a la sinagoga. Algunos más piadosos lo dejan entrar en sus vidas personales. Pero muy pocos están dispuestos a dejarlo entrar a sus negocios y en sus empresas, menos en su bolsillo, sus billeteras o sus cuentas bancarias (estén bien o mal manejadas). La gente dice: «Yo oro a Di-s, estudio Torá y cumplo mandamientos… pero negocios son negocios…». El sistema del mundo, sacó a Di-s no solo de la vida laboral y empresarial, sino de la educación, de la familia, y de otras áreas, “la biblia ya no aplica”, dicen otros más atrevídos… Pero, Yeshua dice: “El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.” (Juan 10:10 nvi). Yeshua, la Tora Viviente, es nuestro Manual de Vida y por ende el Manual de Ética, y en esto se fundamenta nuestra Fe, depender de lo que el Eterno nos dice a través de Su Palabra, a través de esta porción BeHar: en ella se nos ordena además de Trabajar y Descansar, destinar el diezmo de nuestras ganancias a la kehilat, en tener actos de misericordia – bondad (Jésed חסד(, nos prohíbe prestar con intereses, estafar, engañar, malversar, así como trabajar en Shabat; a veces pasamos por alto (conscientemente) estos mandatos bíblicos pensando en aumentar nuestras ganancias, entendiendo ante todo, y valga la aclaración, que primero la vida que el mandamiento (solo si es necesario trabajar y la situación o premura económica lo demanda). Y toda ganancia mal habida, o aquella que se logra desobedeciendo al Eterno, no es de bendición y puede llegar a convertirse en tristeza, lágrimas y maldición, pues Di-s es un Di-s celoso, y si es solo por ganar más dinero, “no debemos servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro …” (Mateo 6:24-31) ¡HaShem es nuestro Elohim justo!. Y como empresarios, nosotros también debemos ser justos, referentes y dependientes de Di-s, hablando lo correcto, pagando a cada trabajador / colaborador, lo que merece, lo que le corresponde, no reteniendo los salarios, sino por el contrario pagando a tiempo, ser bondadosos, ofrecer buenas o excelentes condiciones de trabajo, de bienestar y de clima laboral; debemos ser éticos, justos y honestos con los clientes dando productos de calidad y excelencia, a un precio justo, no cobrando más de lo debido, usando “pesas justas”; así mismo con los proveedores pagando lo correcto y a tiempo por los productos o los servicios recibidos, en otras palabras nunca engañar, hacer fraudes o ser usureros, aprovechando las circunstancias o las necesidades de otros. Y si soy el cliente, también debo ser ético, justo y cumplido, pagando lo que debe ser en el tiempo y lugar correcto, de cara a HaShem, honrando mi palabra con compromisos adquiridos.
El Trabajo es el medio para vivir con dignidad, como dice la palabra: “te ganaras el pan con el sudor de tu frente”, esta frase del libro de Génesis (3:19), condensa la realidad económica que acompaña día a día al ser humano: emplear el esfuerzo intelectual y físico a los fines de poder obtener los medios para vivir y prosperar, siempre y cuando honremos al Proveedor del Sustento que es nuestro Di-s. “El que no trabaje, que no coma” (2 Tesalonicenses 3:10) esto nos advierte que cada cual debe esforzarse para lograr su sustento, y no caer en ser ociosos (tal como el sistema del mundo actual lo está enseñando a algunos); el trabajo es algo inherente al ser humano. “Debemos trabajar para vivir, más no vivir para trabajar”, pues el trabajo es un medio y no es un fin. El ser humano, debe trabajar – no solo para conseguir “el sustento – parnasá” sino también para rectificar el mundo. En ésta parashá BeHar nos dice el Eterno la instrucción que debemos dedicar seis años a trabajar la tierra, pero que el séptimo debe ser un año de descanso para Di-s. Paralelamente tenemos el Shabat semanal que sigue a los seis días laborales. Di-s es quien nos dá la parnasá tová, “HaShem es el dueño del oro, de la plata y de las piedras preciosas…”, Él es quien nos sustenta, como oramos y repetimos al terminar el shabat en la Birkat Hamazón: “Bendito eres tú ADONAI Di-s nuestro, soberano del universo, el Di-s por cuya bondad nos alimenta, tanto a nosotros como a todo el mundo…, El proporciona el pan a todas las criaturas, porque su benevolencia es eterna, y por su inmensa bondad nunca nos faltó ni nos faltará jamás el sustento. Pues el alimenta y sustenta a todos…. Bendito eres tú, ADONAI, que sustenta a todos”.
Pero qué pasa si hay un creyente en el Mesías, que está pasando por dificultades económicas, que nos dice la Parashá (5 Aliyá) al respecto: Levítico 25:35 “En caso de que un hermano tuyo empobrezca y sus medios para contigo decaigan, tú lo sustentarás ya sea un forastero o peregrino, para que viva contigo.” (LBLA) – El judío (en nuestro caso Mesiánicos que vivimos el judaísmo de Yeshua) tiene la obligación de ayudar con préstamos o donativos tanto a su hermano judío como el converso, como al que reside en su tierra, si están en necesidad de apoyo económico para no quebrar, y esto es lo que conocemos como Tzedaká.
De acuerdo a messianictorah.org / Dr. K. Blad / Hay ocho niveles de caridad, o tzedaká, que traemos a colación del tema:
- Cuando se da con mala gana. Este es el nivel más bajo.
- Cuando se da menos de lo que se puede, pero con alegría.
- Cuando se da directamente al pobre que lo solicita.
- Cuando se da directamente al pobre sin que lo solicite.
- Cuando se da indirectamente, de modo que el dador no conoce al beneficiario, pero el
beneficiario conoce al dador. - Cuando se da indirectamente, de modo que el dador conoce al beneficiario, pero el beneficiario no conoce al dador.
- Cuando se da indirectamente, de modo que el dador y el beneficiario no se conocen, mediante la contribución a un fondo de ayuda social administrado por personas responsables.
- Cuando el dador mantiene una persona antes de que empobrezca, dándole una ayuda
importante de manera digna, con un préstamo, asesoramiento o educación para poder
encontrar empleo o establecer una empresa para que no dependa de la ayuda de otros.
Y desde nuestra experiencia personal, familiar, ministerial y empresarial, hemos sido testigos, que “HaShem bendice al dador alegre”, ¡Él es fiel a Su palabra!
En conclusión, una de las grandes reflexiones que nos deja esta parashá BeHar, es que la calidad de vida del hombre, es cuando trabaja en el tiempo debido, cuando deja de esforzarse por acumular riquezas materiales y se dedica integralmente al crecimiento espiritual, a depender de Hashem, a cumplir los mandamientos que Él demanda, a ser testimonio de la Fe, y en nuestro caso, ser testimonio práctico del Mesianismo de Yeshua, desde nuestro proceder, deberes y relación con los demás. Si yo cumplo los mandamientos, soy correcto en los negocios, si no hago daño a otros con mis palabras o actos, si procuro el bien común, inclino mi corazón a la ayuda social, a la bondad y justicia (Jesed + Tzedaká), no explotó la tierra en tiempo de reposo (Shemitá), dispongo el tiempo de Shabat semanal en familia, como reposo y recarga física, mental, emocional y espiritual; no altero ni afecto el entorno, etc.; no solo gana el ecosistema, hay un equilibrio en todas las relaciones, gano yo, gana mi círculo de influencia y lo mejor, ganamos el favor del Eterno.
Rab Shaul nos exhorta a vivir una vida de testimonio desde el ser y el hacer, procurar vivir con el
propósito de ayuda mutua (gana – gana) así: “El que recibe instrucción en la palabra de Dios comparta todo lo bueno con quien le enseña. No se engañen: de Di-s nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su carne, de esa misma carne cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos y en especial a los de la familia de la fe.” Gálatas 6: 6 -10
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LuisGabriel Forero & Stella Díaz de Forero
Ingeniero Industrial y Terapeuta del Lenguaje y la Comunicación, Empresarios, Executive Master Coachs, Conferencistas.
Su propósito: Transformar vidas desde su empresa de Consultoría Gerencial en Liderazgo, SoftSkills y Habilidades Directivas; todo fundamentado en valores.
Son Cabeza del Ministerio de Empresarios & Emprendedores Yovel