CUIDADO CON HACER JUICIOS
Por Luis Gabriel Forero y Stella Diaz.
La Parashá Shoftim o Jueces, corresponde a la porción 48 de la Toráh y la quinta del libro de Devarin. En esta porción el Todopoderoso instruye a su pueblo de Israel sobre las leyes para la Administración de la Justicia, y les ordena que deben administrarla sin corrupción ni favoritismo, donde los crímenes deben ser investigados meticulosamente y la evidencia examinada a fondo. Teniendo en cuenta que para condenar o castigar a alguien, debe haber como mínimo dos testigos honestos o verosímiles.
Esta parashá Shoftím (jueces) también incluye las prohibiciones contra idolatría y brujería, las leyes que gobiernan la denominación de un rey; y las indicaciones para la creación de «ciudades de refugio» para el asesino no intencional. La Toráh prohíbe todas las formas de superstición y magia practicadas por un adivino, ya que Israel no tenía necesidad de recurrir a tales trucos pues el Señor le proveería de inspirados profetas surgidos de entre los propios israelitas. Ellos debían comunicarles la voluntad de Di-s; los falsos profetas que hablaran en nombre de ídolos debían ser castigados con la muerte. El falso vidente podía ser descubierto al no cumplirse sus predicciones. La remoción de un mojón para ampliar una propiedad era considerada robo. Antes de atacar una ciudad hostil, Israel debía tratar de negociar una entrada pacífica, en cuyo caso los habitantes se convertirían en sus subordinados. En términos generales este es el resumen de la Parashá Shoftim.
Durante el desarrollo de esta parashá logramos considerar la importancia de juzgar correctamente todas las situaciones que se dan a nuestro alrededor, es importante que nuestro juicio se dé tomando en cuenta que sobre nosotros se encuentra un ser supremo que juzga con justicia todas las cosas, solo actuando de esta manera podremos entonces realizar juicios justos, sin orgullo, sin arrogancias y sin el abuso excesivo de poder; ya sea en nuestro medio de trabajo, en nuestra empresa, en nuestro hogar e inclusive dentro o fuera de nuestra Kehilat o Comunidad. Observando y teniendo en cuenta estos detalles relevantes estaremos en la disposición adecuada de cumplir con lo que El Creador ha dispuesto: «Justicia, justicia perseguirás sin ningún favoritismo”. Recuerda, los Jueces emiten “Juicios”… pero ten cuidado con lo que emites, ¿estás haciendo juicios?.
Como formadores y certificadores de Líderes COACH Ejecutivos y Empresariales, enseñamos que dentro de las Competencias Conversaciones en las que todo Líder debe entrenarse, está la de “Hablar con Poder”, y para hablar con poder es importante tener en cuenta los diferentes “Actos Lingüísticos”, entre los cuales podemos mencionar: a) Las Afirmaciones o Descripciones de nuestra realidad, b) las Declaraciones, para abrir o cerrar posibilidades, estableciendo límites o expresando apreciación, reconociendo errores o expresando emociones. c) Las Promesas, Peticiones y Ofertas, que como actos lingüísticos comprometen la coordinación de acciones con otras personas. Y finalmente, d) Los Juicios, como manifestaciones de propiedades y de cualidades. Los Juicios son veredictos. Con los Juicios creamos una realidad que solo existe en el lenguaje; si no tuviéramos lenguaje, la realidad creada por los juicios no existiría. Los Juicios son otro ejemplo importante de la capacidad generativa del lenguaje. No describen algo que existiera ya antes de ser formulados. La realidad que generan reside totalmente en la interpretación que proveen. Ellos son enteramente lingüísticos. Cuando decimos, por ejemplo, «Esta reunión es aburrida», ¿Dónde habita «aburrido»?
Algo importante a considerar, el juicio está o reside en la persona que lo formula. Si una comunidad ha otorgado autoridad a alguien para emitir un juicio, éste puede ser considerado como un juicio válido para esa comunidad. Sin embargo, aún cuando suceda eso, aún si hemos otorgado autoridad a alguien, siempre podemos tener una opinión diferente. Podemos inclinarnos ante el juicio de esa persona. Podemos, incluso, decidir dejar a un lado nuestro propio juicio por razones prácticas, de todos modos, va a existir. Los juicios no nos atan como las afirmaciones, siempre hay un lugar para la discrepancia. Los juicios son declaraciones, pero no toda declaración es necesariamente un juicio.
Los Juicios y Opiniones tienen las siguientes características:
• Son una facultad del entendimiento por la que se conoce y se compara.
• La Opinión es un juicio particular acerca de algo cuestionable.
• Cuando emitimos un juicio u opinión, estamos hablando de la manera en que vemos el mundo, y lo que pensamos sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.
• Es necesario saber distinguir entre Hechos y Juicios
• Los JUICIOS no son descriptivos, no responden a hechos observables, no hay testigos ni evidencias necesariamente.
• Los JUICIOS proceden de nuestra propia experiencia, conocimiento y de las generalizaciones que hacemos.
• Los JUICIOS son interpretaciones de la realidad
• Los JUICIOS pueden ser Verdaderos o Falsos, Los juicios son válidos o inválidos pueden ser fundados o infundados.
• Los JUICIOS vienen del pasado, se emiten en el presente, y abren o cierran posibilidades en el futuro.
• Los JUICIOS se enfatizan con un calificativo, No es lo mismo decir: «Ha llegado a trabajar a las 9:30am» a decir: «Ha llegado tarde a trabajar»
Los seres humanos tenemos la capacidad de actuar, hablar, pensar, sentir y opinar respecto de algo o alguien, basándonos en una experiencia previa o en la imagen que nos hacemos del futuro. En el dominio del lenguaje los seres humanos nos relacionamos con el mundo en función de lo que pensamos y decimos verbalmente. En esta relación entre personas interpretamos de diferentes maneras las cosas, no todos vemos el mundo con la misma perspectiva. Estas relaciones que construimos se expresan en palabras desde el dominio del lenguaje (en nuestro cerebro neocortex). Los juicios habitan en este dominio, permitiendo colorear nuestro mundo. Los juicios son opiniones, interpretaciones que tenemos sobre algo o alguien. Los juicios son construcciones personales, son actos lingüísticos que en ocasiones tienen el poder de cambiar el curso de las cosas. Y a veces, los juicios son confundidos con las «afirmaciones», y cuando esto sucede ocurren dificultades en las relaciones.
El ser humano, a través de la conciencia y el conocimiento de la Toráh sabe qué es bueno y qué es malo. Y de acuerdo a cómo actúe, será juzgado por Jueces, policías o alguaciles, y por supuesto, por el Eterno. Debemos emitir juicios justos, Nunca juzgar a la ligera, no juzgar por las apariencias. Yeshua nos exhorta con sus palabras: “Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado. Porque por tus palabras se te declarará inocente y por tus palabras se te condenará” Mateo 12:36-37NVI. Preguntémonos entonces: ¿Por qué somos tan rápidos para juzgar a los demás? ¿Y por qué somos tan lentos para juzgarnos a nosotros mismos? ¿Por qué juzgamos tan duro a los demás? ¿Qué es y qué no es justo? ¿Qué es un juicio recto? ¿Cómo debemos juzgar a los demás? Antes de juzgar a los demás, ten en cuenta, qué no todo es lo parece. Nunca juzgues por las apariencias, pues, “mala y engañosa ciencia, es juzgar a los demás por la apariencia” dice el refrán. En muchas ocasiones, nos dejamos llevar por falsos paradigmas, ejemplo: Este hombre tiene mucho dinero, quizás engañó a otros, quizás les robo, quizás hizo algo ilícito… o lo que es peor, juzgar a conveniencia: Tiene mucho dinero y contactos, puede hacer parte de mi círculo de amigos…, ¡Cuidado, pues Juzgamos todo el tiempo! Recuerda: Nuestra manera de percibir y ver a los demás, tiene que ver con nuestra propia historia, nuestros sesgos cognitivos, y aún con esas “raíces de iniquidad”. Si juzgas todo el tiempo a las personas, no vas a tener tiempo para amarlas o para conocer realmente cómo son. Un juicio puede considerarse como Lashón hará (lengua para el mal) לשון הרע … si lo que emites es algo dañino en contra de alguien (fundado o infundado, verdadero o falso…). Y ¿qué dice la Toráh al respecto?: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, veahavta lereacha kamocha: ama a tu prójimo como a ti mismo, וְאָהַבְתָּ לְרֵעֲךָ כָּמוֹךָ Levítico 19:18 se podría entender o interpretar como: Ama lo malo de ti mismo, que ves en las otras personas.
Conoces el dolor de las otras personas, entonces ¿por qué juzgas sus lágrimas?
Conoces la frustración de otra persona, entonces ¿por qué juzgas su enojo?
¿Conoces las tormentas, desiertos y dificultades, por las qué ha tenido que pasar otra persona? quizás el Eterno ha puesto una prueba en ella o él, o quizá pasa por una situación sentimental, engaño o mentira. Recuerda que dentro del fruto de la Ruaj está la bondad, benignidad, mansedumbre, etc..Y por supuesto Jesed חסד , que se puede definir como “Amor misericordioso”. Por lo tanto: Escucha sin juzgar, habla sin ofender, observa sin despreciar. Antes de juzgar a otra persona, ponte en su lugar. Recuerda que cuando señalas a alguien con tu dedo, ¡hay otros cuatro dedos de tu mano señalándote! Quien juzga a otra vida, no es feliz con la suya propia. El juicio final, le corresponde solo Di-s. A nosotros nos corresponde amar, comprender, orar por los demás, ser sembradores de paz, teniendo la certeza qué hicimos lo correcto, lo justo, que obramos con sabiduría, y según lo que el Eterno nos ordena en su Palabra.
En Conclusión, si el Juicio Final le corresponde al Padre Eterno, conocemos la Palabra de Di-s, pero, ¿la estamos Aplicando? ¿Qué dice nuestro Mesías Yeshúa y la Palabra, con respecto a los JUICIOS?
En Romanos 2:1 “Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas”. En Mateo 7:1 “No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes”. En Proverbios 21:2 “A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los corazones”. En Romanos 14:13 “Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien, propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano”. En Mateo 7:3 ¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? En Lucas 6:37 “No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará”. En Romanos 14:4 “¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga en pie, o que caiga, es asunto de su propio señor. Y se mantendrá en pie, porque el Señor tiene poder para sostenerlo”. En Santiago 4:12 “No hay más que un solo legislador y juez, aquel que puede salvar y destruir. Tú, en cambio, ¿Quién eres para juzgar a tu prójimo?”
“Cuando comprendemos el poder de nuestras palabras, juicios y declaraciones, como una facultad otorgada por Dios; asumiremos con mayor responsabilidad y sabiduría nuestros actos lingüísticos, y con ello, todo lo que decimos, cómo lo decimos, cuándo, dónde y a quién lo decimos”
Stella Díaz – Terapeuta – Executive Master Coach
Shavua Tov
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LuisGabriel Forero & Stella Díaz de Forero
Ingeniero Industrial y Terapeuta del Lenguaje y la Comunicación, Empresarios, Executive Master Coachs, Conferencistas.
Su propósito: Transformar vidas desde su empresa de Consultoría Gerencial en Liderazgo, SoftSkills y Habilidades Directivas; todo fundamentado en valores.
Son Cabeza del Ministerio de Empresarios & Emprendedores Yovel