Celebración de Tu Bishvat 5782: Río Bogotá Reverdece
Ser partícipe de la siembra de 50 árboles para conmemorar este nuevo año de los árboles es una experiencia maravillosa, es tener una aproximación a los inicios de la humanidad y comprender cómo la Torá nos lleva paso a paso para recordarnos que así como podemos sembrar un árbol y responsabilizarnos del cuidado de este, el Eterno se ha dedicado a cuidar su creación y llevarnos al crecimiento de nuestra espiritualidad.
El pasado domingo 14 de Shevat de 5782 (16 de enero de 2022) en un parque lineal que acompaña el curso del río Bogotá desde el emblemático Puente de Guadua (a la salida de Bogotá, D. C.) se realizó la siembra de los primeros 50 árboles de una meta de 30.000 como parte de un proyecto de reforestación de la ribera del río Bogotá. Acto simbólico realizado en esta fecha con motivo del año nuevo de los árboles ( Tu Bishvat ) según el calendario hebreo. La actividad fué liderada por la CAR, en cabeza del ingeniero Amaury Rodríguez (también comunitario Yovel) junto a un equipo de trabajo técnico de la empresa Verde Bogotá. En Colaboración con a la Keren Kayemet y la Confesión Mesiánica Yovel representada por los miembros del equipo Yovel Ambiental y sus familias. El proceso de siembra fué orientado por el equipo técnico de Verde Bogotá y fué de suma importancia la participación de los niños en este proceso de aumentar nuestra sensibilidad ambiental y espiritual generación tras generación.
Desde el equipo de trabajo del proyecto Yovel Ambiental nos gustaría compartir algunas reflexiones en torno a esta actividad y esta fecha especial.
Cuándo comenzamos a acercarnos a la Torá y sus fiestas, el Eterno nos deleita con tiempos de regocijo y aprendizaje en cada una de las celebraciones y nos encontramos con la oportunidad de relacionarnos con diferentes aspectos de nuestra propia naturaleza y relación con Ha Shem. Tu Bishvat en particular es una celebración que nos permite interactuar con la creación, como creación que somos, para comprender que tenemos una relación real y orgánica con la naturaleza y una responsabilidad acuestas.
Ser partícipe de la siembra de 50 árboles para conmemorar este nuevo año de los árboles es una experiencia maravillosa, es tener una aproximación a los inicios de la humanidad y comprender cómo la Torá nos lleva paso a paso para recordarnos que así como podemos sembrar un árbol y responsabilizarnos del cuidado de este, el Eterno se ha dedicado a cuidar su creación y llevarnos al crecimiento de nuestra espiritualidad.
Reconocernos como un árbol que fué una semilla que llegó a desarrollar su potencial, de esa misma manera llegamos al camino de la vida con Elohim, siendo una semilla que depende de Él completamente para ser plantada y que necesitamos de la misma creación para ser hidratados y alimentados en el espíritu y llegar a crecer hasta alcanzar nuestro propio potencial espiritual.
La Torá habla en muchas ocasiones acerca de la importancia de los árboles pues aportan al ser humano oxígeno, alimento, cobijo, calor, resguardo, evita desertificación, y si desde el inicio se le proporcionan buenos cuidados, con el tiempo rendirá sus frutos con creces.
En esta actividad pudimos trasplantar arbolitos. ¿Qué podemos aprender sobre el proceso?
Luego que nacemos y crecemos el Señor nos permite formar una nueva familia o vivir en un entorno para influenciarlo y dar fruto.
Transplantar incluye:
1. Buscar el terreno idóneo para que pueda desarrollar todo su potencial. El Eterno va delante de nosotros para ubicarnos en el sitio correcto. No tengamos miedo en salir de la zona de confort y seguir la dirección que va estableciendo el Señor.
2. Hacer un estudio del suelo, para ver qué requisitos exige el terreno a fin de que el arbolito vaya creciendo bien: qué nutrientes y micronutrientes necesita el terreno y alistarlo. El Señor va ubicando situaciones.
3. Hacer el hoyo donde se realizará el trasplante definitivo, la siembra definitiva, y sacar los elementos que no sirvan o vayan a impedir que las raíces crezcan apropiada y fuertemente arraigadas a la tierra. Ahondar es un trabajo que requiere esfuerzo, sacrificio, pero vale la pena porque se estarán estableciendo las bases para algo grande. Eso hace el Señor: si nuestra encomienda es grande, primero ahondará en nosotros y sacará, si se lo permitimos, lo que impida crecer al potencial que Él desea y sabe que podemos llegar a tener, cumpliendo el propósito con el que nos trajo a este mundo.
4. Aplicar en el fondo el abono y/o el hidroretenedor a fin de que no le falte el agua, vital para un correcto desarrollo de la planta. Es cuando El Señor coloca la Torá en nuestros corazones a través de la familia, los valores, las bases para poder llegar a ser “personas de bien”.
5. Apisonar bien. Para que el árbol quede bien sostenido. No nos gusta ser tocados, tratados por el Señor, pero es necesario, para que no nos caigamos al primer embate.
6. Colocar un tutor a fin de ayudar en sus primeros años a que los fuertes vientos, las borrascas, los animales grandes no lo tumben. Así es como el Señor nos va rodeando de personas que son soporte en nuestras vidas. Son voces a través de las cuales Él nos va direccionando a fin de llegar a la meta rectos, como ese ser integral que podemos llegar a ser, para honra y gloria de Su nombre.
7. Fertilizar con micro y macronutrientes. La Torá nunca nos debe faltar, para no crecer “raquíticos” espiritualmente. Solo el Rúaj HaKodesh nos guía a toda verdad.
8. Regar oportunamente. Que del agua de la Torá siempre estemos bebiendo para crecer. Solo Yeshúa calma nuestra sed.
Los arbolitos quedaron allí bajo el cuidado de la CAR y nosotros nos fuimos con la alegría de haber podido ser partícipes de un acto simbólico al parecer tan sencillo pero a la vez tan profundo y lleno de significado.
Quiera el Altísimo que sea la primera vez de muchas más.
Tu Bishvat Sameaj